— Sé que hubieron cosas que lastimaron a ambos en el pasado, pero Kiya no tuvo la culpa de lo que pasó, incluso ahora puedes caminar. No dejes que el miedo o el resentimiento te impidan ser feliz, Bastián. Todos cometemos errores, pero eso no significa que no merezcamos una segunda oportunidad.
Bastián guardó silencio por un momento, procesando las palabras de Charlize. Sabía que tenía que tomar una decisión, y no podía permitirse perder a Kiya. No quería vivir con el arrepentimiento de haber dejado escapar a la mujer que amaba.
Después de un largo suspiro, Bastián finalmente habló, con determinación en su voz.
— Tienes razón, Charlize. No puedo dejar que el miedo se interponga en mi camino. Voy a hablar con Kiya y decirle cómo me siento. No pienso perderla otra vez.
Charlize sonrió,
