**SIENNA** Mía se acercó, con una mirada inquisitiva que me hizo estremecer. La conocía desde que era una niña. La había ayudado a comprar su primer auto, su primer apartamento. La había ayudado a conseguir el trabajo de sus sueños. ¿Y ahora, qué? —Si no tienes trabajo, ¿cómo es que compraste ese montón de cosas? Y la mayoría son de marcas. ¿De dónde sacaste el dinero? —preguntó. Su voz era un susurro, pero el peso de sus palabras era más grande que cualquier grito. —¿Hay algún problema con eso? —respondí, con la voz llena de resentimiento. —Nos estás mintiendo. ¿De dónde sacaste el dinero? —insistió. —Crean lo que quieran. No tengo por qué darles explicaciones. —dije, sintiendo que la furia me invadía. Me subí a mi coche y me marché. Las vi en el espejo retrovisor, paradas en la

