**GABRIEL** «Señor Sinclair, ¿no revisó los memorandos de la semana pasada?» Su tono contenía esa paciencia forzada que usaba cuando creía que yo había pasado por alto algo obvio. «La señorita Sienna fue enviada a negociar con el señor Mateo. Ya lleva dos horas fuera.» El mundo se detuvo. Por un momento, las palabras no se procesaron correctamente en mi cerebro. Mateo. El zorro plateado, el único socio en mi imperio que no podía controlar completamente, el único hombre que había logrado mantener su independencia a pesar de todos mis intentos de absorber su participación. El único que se atrevía a decirme «no» en reuniones de junta. «¿Mateo?» La palabra salió más áspera de lo que pretendía, y vi cómo Elena parpadeó sorprendida por mi reacción. «Sí, señor. Al parecer, el señor Mateo ha e

