**SIENNA** La maleta está cerrada a mis pies. Una sola maleta. La misma con la que llegué, como si estos días aquí nunca hubieran existido. Como si pudiera simplemente borrarme de esta casa, de esta familia, sin dejar rastro. El chófer espera junto a la puerta principal, sus manos cruzadas frente a él, la mirada fija en algún punto indefinido del suelo. Profesional. Discreto. Como si esto fuera una rutina más, no el final de algo que apenas comenzó. La madre de Gabriel está a pocos metros, observándome con esa frialdad que ya conozco. Augusto está junto a ella, los brazos cruzados, su expresión, una mezcla de satisfacción y alivio apenas disimulados. Mi mano se estremece al llegar al asa de la maleta. El corazón me late tan fuerte que estoy segura de que pueden escucharlo. Cada fibra d

