**SIENNA** La pobre Mirian parecía estar procesando información que su cerebro no estaba preparado para manejar. —Mira, te voy a dar un consejo gratis, porque soy generosa: deja de medir el éxito femenino por la cantidad de anillos que llevamos en el dedo. Algunas preferimos llevar las llaves de nuestro propio destino. Y créeme, pesan mucho más que cualquier argolla matrimonial. Di media vuelta con la elegancia de una reina que acaba de declarar jaque mate. —¡Ah! —me volteé una última vez— y la próxima vez que quieras insultarme, al menos sé creativa. “Solterona aburrida” es tan… predecible. Como tu vida, prima. Mientras me alejaba, escuché sus tacones intentando seguirme, pero ya era demasiado tarde. La bomba había explotado, y los escombros de su superioridad moral estaban esparcidos

