Capítulo 32

1683 Words

LISSANDRO RINALDI Carmina me puso los pelos de punta. Su voz era temblorosa, sabía que estaba asustada, pero no sabía por qué hasta que me explicó. Tuve que interrumpir un importante momento para correr a la empresa. Otra llamada de Carmina arribo a mi celular. —¿Y ahora qué? —Dije furioso en cuanto contesté la llamada. —¡Disculpe señor! Quería saber si ya venía en camino. Es que ¡No sé qué hacer! —Dijo desesperada. —¿Por qué no llamas la policía y así se lo llevan de una vez? —Contesté. Un largo silencio se hizo presente del otro lado. Me masajeé la cien y respiré profundo. —¡Sólo espera a que llegue! —Y colgué. «Esto es algo que solo yo puedo solucionar». —¡Toma ese atajo! —Dije con voz firmé a Massimo. Él miró por el retrovisor y movió la cabeza en señal de confirmación e hizo

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