Capítulo 28 No me gusta beber, siempre l considere una falta de respeto con uno mismo, ni por placer ni por enojo. Mucho menos la segunda, pero como lo demás que estoy haciendo ahora, hoy no lo considero tan descabellado, por eso estoy como un tonto, sentado en la barra de un bar con la misma copa hace más de tres horas, le doy un sorbo y la regreso a su lugar cada quince o veinte minutos. – Si lo que intentas es emborracharte, no l vas a conseguir de esa manera – dice Alan parándose a mi lado – Llegaste antes de lo que imagine – le digo – Es que estaba cerca – me deja saber – me aseguraba de que mi nueva prometida no cometiera una locura – sé que se refiere a Yuliana, no sé qué va a hacer ella por este lugar, no queda para nada cerca de su casa – ¿no quieres saber

