Capítulo 7
Estar celosa es un sentimiento nuevo para mí, hasta ahora he sido yo la que causa ese sentimiento en las personas, por eso me puse en ese estado. Pero sé que no sucedió nada, por el tiempo en el que estuvieron dentro de la oficina, como mucho se podrían haber dado un beso y el labial de la profesora es tan intenso que Elris no se lo hubiera podido quitar tan fácilmente, voy al estacionamiento, me percato de que no sé qué auto conduce, me dispongo a llamarlo cuando siento un claxon a mi espalda.
– ¿Qué haces ahí de pie mirando de un lugar a otro? – pregunta Elris – sube al auto – lo hago de inmediato
– ¿No te da miedo que alguien pueda vernos? – le pregunto yo una vez dentro
– No, a partir de mañana serás la estudiante asistente así que va a ser algo normal – ya sé por qué es un profesor, su inteligencia es algo del otro mundo
– Nunca habías tenido asistente – me percato
– Es que me molesta tener detrás a un estudiante siguiéndome – me mira un instante y luego regresa su vista a las maniobras que hace para salir del estacionamiento – pero contigo el caso es diferente
– ¿quieres tenerme cerca? – me rio
– No, quiero tenerte a la vista, donde pueda saber lo que haces – me insulta un poco que se comporte de esa manera
– No tienes que vigilarme, yo sé bien lo que hago – miro en la dirección que toma y no tengo idea de a donde se dirige - ¿A dónde vamos? – suspira
– Tengo clases por la tarde así que debo regresar de inmediato – explica – por eso vamos a un hotel – si vamos a un hotel, en esta dirección. Solo puede ser un lugar, el hotel de mi familia, o bueno; uno de ellos
– ¿no hay otro lugar al que podamos ir? – muerdo mi labio inferior
– A pesar de que si he tenido muchas relaciones – le digo – algo de lo que no me arrepiento – le dejo en claro – nunca he estado en ese hotel
– ¿Por qué? – se ríe – tus acompañantes no podían pagarlo
– Me alegra saber que no tienes problemas de dinero, sin embargo comprende que eso a mi no me interesa ¿a caso sabes como se llama ese hotel al que quieres llevarme? – asiente – bien, eso quiere decir que sabes quienes son los dueños – me mira
– No – sonríe - ¿debería?
– El hotel YF pertenece al grupo F corporation – le cuento – y esa F significa Franco – me mira muy serio, se ve que comienza a comprender a lo que me refiero – incluso esa Y significa Yuliana – él se ríe desenfrenado
– ¿no dices que lo peligroso es interesante? – asiento, está jugando con mis propias palabras – pues entonces probemos que tanto, vamos a tener sexo en el hotel de tu familia a ver que tal sale – odio cuando las personas intentan retarme
– De acuerdo, si quieres guárdate tu tarjeta y solo usemos mi pase – le sonrío cuando me mira
– ¿no crees que sea capaz? – me encojo de hombros
– No lo sé, me estas retando y lo más apropiado es que haga lo mismo contigo – Elris niega – voy a decir que no por esta vez, no me interesa que sepan que tenemos sexo, sin embargo, no soy hombre de dejar que una mujer pague en las citas
– ¿así que es usted machista? – asiente, omito la parte en la que llamo a esto una cita
– Machista y muy dominante señorita Franco – sí que lo es, y extrañamente eso no me molesta, llegamos al hotel y él se baja primero, da la vuelta y abre la puerta del auto para mi - ¿no piensas bajarte? – pregunta
– Debo hacerlo, no puedo quedarme aquí – no vengo demasiado a este lugar así que cabe la posibilidad de que nadie me reconozca, camino por el lobby sin mirar a otro lugar que no sea el suelo, él llega a recepción, se registra y vamos a los elevadores
– Para no tener miedo, pareces bastante asustada en este momento – me dice una vez solos, está disfrutando burlarse de mi
– Para ser profesor universitario, vive usted muy desahogado de dinero – le devuelvo
– Soy un hombre muy capaz – se defiende – ser profesor no es lo único que hago – me doy cuenta de que no se mucho sobre el
– ¿Qué más haces? – le pregunto con real curiosidad, él se acerca a mí y me aprisiona contra las paredes del elevador
– ¿ahora sientes curiosidad por mí? – asiento y trago en seco – veo que te parezco interesante más allá del sexo - se pega completo a mí, comportándose de esa manera y hablando así se ve extraño vestido con su traje, le quedaría más apropiado algo de cuero
– Tengo que reconocer que es usted un hombre interesante – me besa
– Este hombre interesante está dispuesto a saciar todos sus deseos, pero no me pidas más, nunca me pidas más que eso – suena algo desesperado con esa petición
– ¿le tiene usted miedo al compromiso? – asiente. Se aleja y mete las manos en sus bolsillos
– Vi lo que una relación puede provocar en las personas – se ríe – no me interesa experimentarlo en carne propia. Estoy bien con el sexo sin sentido – recuerdo un rumor que estuvo circulando por la universidad. Las personas decían que él era el hijo mayor del grupo Stand, si es así sería hijo de su presidente, lo he visto un par de veces y no se parecen. El elevador se detiene en el décimo sexto piso, salimos del ascensor y Elris abre la puerta
– ¿me puedes hablar de ti? – le pido, se voltea, me jala del brazo entrándome dentro de la habitación y cierra la puerta, me carga sobre sus caderas y lo abrazo con mis piernas
– Ahora no tengo tiempo para eso – me dice – hay cosas más importantes que hacer – me besa como loco, levanta mi vestido por encima de mis caderas
– Cualquiera diría que estas intentando distraerme – le digo entre besos
– No lo hago – abre su pantalón, su erección choca con mi trasero, baja una mano y toca mi v****a por encima de mis bragas
– ¿sabes? – llamo su atención – dicen que las camas de este lugar son estupendas – se ríe
– Lo siento, cariño. Pero no poder llegar hasta allí – y habla en serio, me acaricia un poco y rompe mis bragas – tendrás que pasar por la tienda antes de irte – me rio, el corta esa risa poniendo uno de sus dedos en mi interior
– Estas tan mojada que no puedo esperar para estar dentro de ti – es una petición, lo se
– ¿Qué esperas entonces? – le pregunto, lo comprende de inmediato y va dentro de mi cuerpo, lo recibo con un suspiro que sale directamente desde mi pecho, su pene es tan grande que siempre me da la sensación de estar llena por completo, sobre todo en el instante en el que se queda quieto para que me adapte a su tamaño – me encanta tu pene
– Si, es un poco genial – se ríe, se mueve al ritmo que dicta su deseo y me deja sin palabras, gimo como una posesa – estaba loco – suelta de pronto, cuando logro juntar aire suficiente le pregunto
– ¿Por qué? – se demora en responder, este concentrado en nuestro placer me hace sentir como una muñeca en sus manos, sabe qué hacer y no me necesita para conseguirlo
– Por querer mantenernos alejados de tanto placer – sonrío, Elris sujeta mis muslos y deja mi peso contra la pared, cada vez que entra y sale de mi cuerpo aprieta más ese agarre, la sensación que envía a todo mi cuerpo es sumamente extravagante, cierro los ojos y apoyo mi cabeza en la pared – dime cuanto te gusta – yo sé lo que le gusta a él, eso es escucharme hablar
– Mucho – me limito a decir, acelera su ritmo, e pronto se detiene
– Abre los ojos – lo miro seria
– ¿Qué sucede ahora? – me molesta un poco que me cortara en el momento en el que estaba llegando al orgasmo
– Cuando te haga una pregunta, se mas especifica, quiero que justifiques esa respuesta – me grita el a mi
– Bien profesor Sams – le digo, pongo mis manos alrededor de su cuello, acerco mi cara a la suya – me gusta malditamente mucho, hace un momento cuando te detuviste estaba a punto de terminar y por eso ahora estoy molesta, muy molesta – le comunico, él sonríe
– Eso tiene solución señorita Franco – me besa, junto con el beso reanuda sus movimientos, gimo a la par de sus embestidas y me concentro en volver al punto en el que me encontraba antes, pasa su agarre a mi trasero, sentir la presión que antes estaba en mis muslos en mi trasero es aún más genial, a pesar de que estoy segura de que eso me dejara una marca, no me interesa - ¿estas cerca? – asiento, pero algo me dice que, si no justifico la respuesta, se va a volver a detener
– Si, estoy muy cerca, Elris – comienzo – tan cerca que mi cuerpo se está contrayendo en este momento, mi cerebro va por su cuenta y el resto de mi por otra – estoy haciendo un esfuerzo por hablar mientras pierdo la cordura en sus manos, pone su cabeza en el hueco de mi cuello y lo siento respirar fuerte – ¿no lo sientes? – le pregunto una vez siento a mi cuerpo estallar en convulsiones locas.