—¿Te ofrezco algo de beber o prefieres ir a tu habitación?
—La habitación, por favor.
—Bien, acompáñame, es escaleras arriba —le indico el camino y asiente, comienzo mi andar mientras él me sigue, no puedo sacarme de la cabeza el hecho de que he visto sus ojos antes, pero no recuerdo donde.
—Y dime Demian —lo llamo tratando de sacar algo de conversación—. ¿Creciste en Nueva Orleans?
Él sube un poco más rápido para quedar justo a mi lado mientras seguimos el recorrido por la escalera.
—No, realmente tiene poco menos de cinco años que vine a América —responde atento—. Mis hermanos se habían mudado antes y quise incursionar con mis negocios aquí.
—Ya veo, ¿eres inglés? —pregunto curiosa, creo que lo ideal es someterlo a un interrogatorio, pero sin abrumarlo, no quiero tener una experiencia negativa con esto.
—Así es —afirma con una sonrisa—. ¿Cómo lo notaste?
—Tu acento, aunque tu apellido es extraño, sin ofender —digo y mis mejillas en automático se tiñen de rojo en cuanto noto esa sonrisa de medio lado, llegamos a la segunda planta y nos dirijo hacia el ala oeste, su habitación queda justo al lado de la mía, ya que será mi responsabilidad, prefiero vigilarlo de cerca, aunque me pone un tanto nerviosa.
—Mi apellido es galés —explica—. No es muy común, significa protector de la prosperidad, curiosamente, mi hermano mayor, Howard, es embajador y tiene un proyecto para combatir el hambre, mientras que mi otro hermano, William, es congresista, parte del comité de seguridad nacional, también tengo otro hermano, Patrick, al igual que yo, es empresario.
Noto como sus labios se curvan en una sonrisa, para tener un significado tan profundo, su aura es muy oscura, ¿Sus hermanos tendrán el mismo tipo de aura? Ni idea.
—¿Tu eres el menor?
—Si.
Decido darle un poco más de cortesía con algo de historia familiar.
—¿Sabes? se dice que mi familia vino desde Escocia, los Alden, bueno, el registro que tenemos es de esa generación en adelante, imagino ellos tuvieron raíces aún más antiguas —suelto haciendo ademanes—. Pero a lo que voy es que migraron hace siglos aquí a Salem y desde entonces la familia ha radicado en este lugar por generaciones, hubo acuerdos y otras cosas que hicieron que el apellido cambiara a Foster y se mantuviera así por muchos años, bueno, para mi abuela no fue complicado conservar su apellido de soltera.
—Entonces ¿Fue madre soltera? —pregunta mientras seguimos nuestro andar por el largo pasillo.
—Algo así, era recién casada cuando mi abuelo fue a la guerra de Vietnam dejándola con pocas semanas de embarazo, murió en combate y no conoció a mi padre, Peter, fue su único hijo.
Noto como arquea su ceja, pareciera desconcertado, es un poco incómodo hablar de cosas trágicas, pero prefiero hablar que dejar un silencio incómodo o quedarme con ello en el corazón, admito que hay cosas que aún me duelen, sobre todo lo que tuve que vivir con mamá, así que mejor sacarlo que ahogarme.
—Mi padre murió cuando tenía cuatro años, un accidente en la carretera, al tiempo murió mamá, abuela se encargó de nosotros.
Se pasa una mano por la barbilla, pareciera estar analizando toda la información que acabo de darle.
—Ya veo, lo siento mucho.
—No lo sientas, abuela hizo un trabajo increíble con nosotros, ahora, deja te muestro la habitación, por cierto, esta —me detengo señalando la puerta de mi pieza—. Es mi habitación, cualquier inconveniente puedes llamar a mi puerta con confianza y sin importar la hora, sí te es incómodo tenerme cerca, yo puedo mudarme de habitación y…
—Está bien —interrumpe con una sonrisa levantando su mano—. Me parece excelente el tenerte cerca, prefiero la comodidad de una voz dulce de frente, a la impersonalidad del uso del móvil con sus mensajes de texto.
Mis mejillas arden de nuevo, parecieran pagarle por provocarme sonrojos.
—Bien, entonces continuemos, acá —me adelanto y abro la puerta de la habitación que alguna vez fue de mis padres—. Tu habitación —le señalo y entra, sus ojos se iluminan y me lleno de satisfacción al verlo tan admirado, la habitación es amplia, una de las más grandes de la casa, todo es madera pulida, muebles finos y una enorme cama clásica de cuatro postes, un ventanal con gruesas cortinas azules que me he encargado de dejar corridas para que entre la tenue iluminación vespertina, veo cómo recorre el lugar rozando el muro con sus dedos, además de la cama, hay dos burós, una pequeña cómoda, una mesa auxiliar con su respectiva silla, lámparas clásicas para la decoración, una pantalla plana empotrada en el muro frente a la cama, una pequeña repisa y un espejo oval.
—¡Wow! tiene estilo, me gusta —espeta girando hacia mí.
—Lo único moderno es la pantalla, ah y el aire acondicionado, pero hemos dejado el estilo clásico impecable, ya sabes, las casas antiguas solo son para restaurarlas dejándoles su vieja gloria, ahora por aquí —me encamino hacia una de las dos puertas del fondo, la abro y le muestro—. Tu armario por estos días, y la otra puerta el baño, he dejado toallas limpias en la repisa al lado del lavamanos, el botiquín del espejo está equipado con antigripales, antiácidos, algunos medicamentos para el dolor y fiebre, además de que hay artículos de aseo personal nuevos en caso de que hayas olvidado los tuyos y los requieras, espero cumplir con tus expectativas, ¡Ah! Y también hay agua caliente, puedes usar la ducha o la tina sin problemas.
—Gracias, me dejas completamente sorprendido, Kali, la verdad es la primera vez que uso Airbnb, pedí solo tres días para probar, pero ¿Te molestaría si reservo por un mes?
Mis ojos se abren como platos sorprendida por su pregunta, eso sí que no me lo esperaba, me aclaro la garganta.
—¿U-un m-mes? ¿Enserio? —balbuceo.
—Si, ¿Te molestaría? —pregunta de nuevo ahora con una expresión más seria, tomo algo de aire y ese olor cítrico amaderado entra a mi nariz de nueva cuenta, entonces él es dueño de ese aroma, ¿Cómo es que pude percibirlo antes de que llegara?
—Para nada, eres bienvenido el tiempo que desees reservar, verás, también soy nueva en esto, eres mi primer inquilino —respondo sincerándome, él ha tenido la amabilidad de hablarme un poquito de su vida, justo es que yo corresponda; sus ojos zafiro se clavan en mí y siento una paz increíble.
—Me alegra ser el primero, de verdad eres muy atenta, Kali.
—Tu eres bastante amable, Demian además de tener buen gusto al elegir esta casa para que sea tu hogar momentáneo —suelto dándole un guiño.
—Todo un placer.
—Bien, si me disculpas, te dejaré instalarte, puedes ponerte cómodo, iré a preparar la cena y te avisaré cuando esté lista.
—¿Puedo cenar contigo? —pregunta sorprendiéndome aún más, su gesto pareciera suplicante, ¿Este hombre sexy quiere cenar conmigo? Deja de imaginar, Kali Ann.
—Claro, solo, Demian, hay un detalle que no te comenté —suelto una pesada respiración, no quiero que se lleve una mala sorpresa al ver a Georgia, quizás esto lo haga reconsiderar su estadía aquí, espero que no se vaya todo al carajo, me siento nerviosa, tener a un inquilino me daba una gran emoción, no solo por el dinero, sino la experiencia de conocer a otras personas, pero Georgia es insufrible—. Salió de última hora, verás, mi media hermana llegó de improvisto con su hija, ellas duermen en el piso de abajo, solo será por unos días, lo prometo, espero que no te cause inconvenientes —completo jugando con mis pulgares, él se acerca y me estremezco cuando sus manos toman las mías, levanto la mirada al instante y esa sonrisa cálida me devuelve el alma al cuerpo.
—En lo absoluto, también describías que alguien más vivía aquí ¿cierto?
—Mi hermano Kole, ya no debe tardar en llegar, trabaja casi todo el día, es un buen tipo, te caerá bien.
Asiente y yo solo atino a sonreír, este hombre hace que una corriente eléctrica me recorra de pies a cabeza y no entiendo el porqué, incluso su toque es increíble, es como sí lo conociera de tiempo atrás, pero es imposible, él es de esos tipos que una jamás olvidaría, empezando por su amabilidad y terminando por ese cuerpo de infarto con una linda sonrisa como adorno, creo que mi cuerpo está reaccionando a mis bajos instintos primitivos, No fantasees con tu invitado, Kali.
—Bien, entonces, te llamo para cenar.
—O quizás yo baje primero y pueda admirar el resto de la casa —dice dando un guiño, acabo de sentir como el ambiente de la casa ha cambiado, ¿Hace calor aquí?, debo guardar la compostura.
—Prometo darte un tour ¿Te gusta leer? —pregunto en un intento de distracción para mis ardientes pensamientos.
—Admito que soy fan de la literatura.
—¿Algún autor en específico? —continuó deseosa de más información.
—Edgar Alan Poe —mi boca cae abierta, su respuesta me deja sorprendida, quizás es el primer hombre que conozco que no solo le guste leer, sino que precisamente le atrae la poesía y relatos oscuros cómo a mí.
—¿Dije algo malo? —pregunta con un dejo de preocupación, parpadeo un par de veces y niego con mi cabeza, una sonrisa parte en dos mi rostro.
—Es solo que también es de mis favoritos, en nuestra biblioteca tenemos algunos ejemplares de Poe, te encantarán.
Me dedica una media sonrisa que podría derretir al mismo sol, estoy luchando por no suspirar ahora mismo.
—Gracias Kali.
—Es un placer, Demian.
Asiente y me giro en mis talones para salir de la habitación, solo cerrar la puerta y suelto un suspiro ¿Qué carajos? No comprendo, su aura, esa energía que guarda, pero a la vez es tan tranquilo, me resulta intrigante, solo espero descubrir los secretos que guarda nuestro inquilino, sería interesante.
Me dispongo a ir hacia la escalera, bajo cada peldaño y veo como la puerta principal se abre, Kole es quien entra y pareciera sorprendido.
—Kali ¿De quién es el auto que está afuera? —pregunta ansioso, arqueo mis cejas.
—De nuestro inquilino, ¿Por?
—¡Wow! ¿Sabes qué clase de auto es ese? —pregunta señalando hacia la entrada mientras con la otra mano me toma por la muñeca—. ¡Es una bestia, Kali Ann! —suelta emocionado, la verdad jamás lo había visto tan feliz de ver un auto.
—Kole, yo no sé de autos.
—Ese es un Dodge Charger Hellcat SRT, esa bestia tiene setecientos siete caballos de fuerza, hay un v8 Hemi Hellcat bajo ese capó ¡Es increíble! —suelta mientras hace ademanes.
—Kole, parece que estás a punto de tener un orgasmo visual.
—¿Orgasmo? Me corro de ver esa belleza —dice divertido, sonrío negando con la cabeza.
—Solo no abrumes a Demian, iré a preparar la cena, seguro debe tener hambre, condujo desde Nueva Orleans —sus ojos se abren como platos y su boca cae abierta.
—¿En serio?
—Si, fue lo que él dijo, ahora, tu ve a dejar tus cosas y yo me encargo de la cena, creo Georgia salió al parque con la niña, no sé a qué hora pretenda llegar, esperemos no joda esto.
Kole cruza los dedos y se va corriendo hacia la escalera subiendo a toda prisa, es un niño, ahora creo que someterá a Demian a un interrogatorio respecto al auto, espero no se moleste; me dirijo a la cocina, es una suerte que ya tengo algo de la preparación adelantada, sopa de champiñones lista, el filete de pollo aguarda en la nevera solo para ser horneado, lo acompañará una buena guarnición de vegetales al vapor y algo de arroz, quiero causar una buena impresión con esto, sé que mis comidas quedan bien la mayoría del tiempo, pero es la primera vez que me esfuerzo en preparar algo para alguien, al llegar a la cocina me pongo manos a la obra, enciendo el horno y me encamino hacia la nevera para sacar el pollo, solo unos minutos y tendremos una cena grandiosa.
—Kali Ann, tu momento de brillar ha llegado, hazlo bien, nena —musito dándome ánimos, puedo lograrlo.
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