Destinada a la muerte

Capítulo 5.- El forastero (parte 2)

Son las tres de la madrugada, por alguna extraña razón me desperté justo a esta hora, me incorporo un poco quedando sentada sobre la cama, siento una energía cerca, dejo que mis ojos se acostumbren a la obscuridad y justo en uno de los rincones puedo observar una sombra, una que no posee ojos, es solo cómo si fuese una silueta, levanto una de mis manos mostrando mi palma hacia este ente.

—Exi e domo mea, iubeo tibi —menciono el conjuro para sacarlo de casa y al instante se desvanece, aun así estoy intranquila, siento su presencia aun por el lugar, con cautela, me pongo de pie y camino saliendo de mi habitación a hurtadillas, Kole tiene el sueño ligero, mañana debe trabajar y no quiero despertarlo, miro por el pasillo, está completamente despejado, de pronto, el silencio se ve interrumpido por un grito aterrador proveniente de la primer planta de la casa, corro a toda velocidad hacia las escaleras, escucho pasos tras de mí, seguro es Kole, bajo los escalones y llego a la primer planta, las luces están apagadas.

—¡Ayúdenme! —escucho el grito de la pequeña Ruth rompiendo el silencio de nuestro hogar.

—¿Kali Ann? —la voz de mi hermano se escucha a mis espaldas.

—Quédate tras de mí, Kole, hay algo en la casa, un ente.

—¡Ayuda! —grita de nuevo la niña y con Kole a mi lado nos movemos con cuidado hacia ese punto, el vello de mi nuca se eriza, la sombra no se fue con mi encantamiento después de todo, justo ahí veo a la pequeña contra el muro siendo acechada por la sombra, no entiendo cómo es que Georgia no escucha sus gritos.

—¡Exi e domo mea, iubeo tibi! —ordeno de nueva cuenta levantando ambas palmas hacia este ser que se gira hacia mi dejando a la niña, se aproxima quedando a escasos pasos de nosotros.

—Kali Ann… —dice mi hermano nervioso, siento cómo mi energía me recorre de pies a cabeza, muevo las manos tratando de contener a la sombra con el encantamiento, es el mismo ente que atacó a mi abuela aquella noche, pero ¿Cómo es que entra en casa? Yo puse protecciones, ¿Por qué se manifiesta justo ahora?

—Ve con la niña Kole, yo sacaré a esta cosa de aquí.

—¿Estás segura?

—¡Solo hazlo! —chillo y él obedece al instante, cuando el ente está por atacarlo lo contengo.

—Virtutem umbrarum invoco ad te continendum et ad te flecto ante me, tuum esse tenebrarum, nunc iubeo te excedere domum meam —recito y mi aura aumenta haciendo que las luces se enciendan, los candelabros al igual que algunos muebles se agitan de forma violenta.

—¡Hechicera! —dice una voz hueca emanando del ser, puedo ver algo diferente en la sombra, sus ojos, esta cosa tiene unos ojos verdes escasos de pigmentación, concentro mi energía al ver como poco a poco la sombra disminuye su aura.

—¡Virtutem umbrarum invoco ad te continendum et ad te flecto ante me, tuum esse tenebrarum, nunc iubeo te excedere domum meam! —vocifero y en un parpadeo desaparece de la casa en una cortina de humo, el silencio se apodera de la pieza, la calma esta de vuelta, ya no siento su presencia, suelto un suspiro, lidiar con esta clase de espíritus puede ser agotador, veo a mi hermano abrazando a la niña en el umbral que da a la cocina, me acerco a ellos.

—Tranquila, niña, ya pasó, mi hermana es la bruja más poderosa de todas —sonrío al escuchar su afirmación.

—¿Bruja? —pregunta la niña, me agacho a su altura y revuelvo su cabello.

—Así es, soy una bruja y no necesariamente soy fea ni monto una escoba, ese ser no te molestará de nuevo, ahora ¿Dónde está tu madre y que haces despierta a esta hora?

—Está dormida y me dio sed —responde encogiéndose de hombros, justo cuando estoy por decir algo, veo que la luz de la cocina se enciende.

—¿Ruth? —la llama Georgia.

—Aquí estoy, mami —grita la pequeña, ella se encamina a toda prisa, pareciera asustada al vernos a los tres juntos.

—¿Qué pasó?

—Que duermes como oso y la niña tenía sed, se asustó con una sombra, solo eso, la escuchamos gritar hasta nuestras habitaciones.

—¿Sombra?

—Cosas que no entiendes, Georgia, solo cuida de tu hija a la próxima.

Ella asiente y toma a la pequeña en brazos cargándola en un intento de consuelo, Kole arquea sus cejas y me da una mirada.

—Ni siquiera dio las gracias, en fin, vamos a la cama, Kali Ann, solo tengo unas horas más de descanso, debo trabajar.

—Vamos.

—Después de ti —dice señalándome el camino, sonrío y le doy una palmadita en el hombro, tengo muchas cosas que investigar sobre esta sombra, necesito deshacerme del problema antes de que nuestro invitado llegue, no quiero que salga huyendo de aquí con la peor experiencia de su vida, el ente huyó, así que debo cazarlo y exterminarlo, buscaré en los antiguos grimorios por la mañana, ahora necesito dormir un poco más.

******            ******

Me dispongo a tomar el frasco de sal de la cocina junto a mi gran dotación de salvia, comienzo a hacer pequeños mazos atándolos con un cordel rojo, debo poner estos rodeando el perímetro de la propiedad para protegernos de los espíritus, además tomé algunos cuarzos de la bodega del sótano para enterrar en las esquinas, eso debe detener a la sombra.

Hice una pequeña lectura del tarot, al parecer todo saldrá bien, pero habrá algo peculiar en mi invitado, dice que traerá grandes cambios, más no tengo ni la menor idea.

—¡Listo!

Me encamino hacia afuera y comienzo con mi pequeño ritual colgando los mazos y haciendo mi perímetro de sal empezando con el patio, me siento un poco aliviada con haber limpiado la casa, purifiqué el cuarto de nuestro invitado e hice que Georgia se encargara de limpiar una parte de la casa, justo es que si se queda ayude con el quehacer, de pronto, siento mi móvil vibrar en el bolsillo de mis vaqueros, dejo las cosas en el suelo y lo saco rápido, veo un número desconocido en la pantalla, quizás sea el inquilino.

—Hola —respondo la llamada un tanto animosa.

—Buenas tardes, ¿Me comunico con la señorita Foster? —esa voz tan varonil me hace tragar en seco.

—Si, así es, ¿Con quién tengo el gusto?

—Soy Demian Edevane, sé que mi hora de llegada estaba prevista para dentro de dos horas, pero me he adelantado, espero no haya inconvenientes.

—No, claro que no, señor Edevane, ¿Ya se encuentra cerca?

—Según mi GPS a quince minutos, solo quise cerciorarme de que todo estuviese bien, señorita Foster —dice a través de la línea, hay algo en su forma de hablar tan correcta que me parece sexy, solo espero no sea un viejo cascarrabias.

—Excelente, lo estaré esperando señor, hasta luego.

—Hasta luego —corta la llamada y arqueo una ceja, vuelvo a colocar mi móvil en mi bolsillo y a toda prisa sigo con mi círculo y las ramas de salvia, creo los cristales esperaran, rodeo todo el patio y abro la pequeña cerca que da hacia la parte delantera de la casa, coloco mazos por la cerca, una brisa fresca choca contra mi rostro y mechones de mi cabello revolotean con el viento, un peculiar aroma floral invade mi nariz, pero hay algo más, hay algo cítrico amaderado en el ambiente, es sutil, pero ahí está, el atardecer luce increíblemente bello en esta época del año; cuando estoy terminando de atar el último mazo un auto aparca en la acera, es intimidante, color azul obscuro, pareciera deportivo, la verdad no sé en lo absoluto de autos, pero se nota que es costoso, trago en seco, siento un aura oscura, tranquila, no se compara con la de los seres que he conocido anteriormente, no tengo idea de lo que es, pero viene con este tipo, veo como desciende del auto y justo ahí mi pulso se dispara, ¡Dios! Es increíblemente sexy, un tipo de un metro ochenta y tantos, cuerpo fornido, más no exagerado, enfundado en camisa negra y vaqueros, zapatos bien lustrados, rasgos varoniles, porte elegante y cabello levemente ondulado, unos ojos azul zafiro se clavan en los míos y estoy casi segura de que los vi brillar, pero hay algo más, esos ojos ya los he visto antes, arqueo una ceja y me acerco cautelosa.

—Buenas tardes ¿Señorita Foster? —pregunta ladeando su cabeza, reconozco la voz, es quien me llamó hace unos minutos, le ofrezco una sonrisa y extiendo mi mano para saludarlo.

—Buenas tardes, así es, usted debe ser el señor Edevane, por favor, solo llámeme Kali, seré su anfitriona —estrecha mi mano, sus labios se curvan en una sonrisa perfecta y siento una corriente eléctrica desde ese punto, él es el portador de esa aura oscura, debes tranquilizarte, Kali Ann, quizás este ser sea de las leyendas que te decía la abuela, un caído o quizás parte de la corte infernal, suelta mi conciencia, aun así, debo estar atenta a cualquier movimiento, aunque el tarot indica que todo irá bien, debo ver que todo marche de la mejor manera.

—Solo llámame Demian, los formalismos para la oficina —dice despreocupado.

—Está bien, Demian, ¿quieres que te ayude con tu maleta? —pregunto señalando le maleta deportiva que carga en su hombro.

—No, tranquila, yo la llevo, es algo pesada.

—Adelante entonces.

Asiente y juntos caminamos hacia la entrada de la casa, por unos instantes se detiene viendo la estructura, si, muchos se asombran al ver este lugar.

—Debo decir que es más grande de lo que imaginé, las fotos no le hacen justicia, es bellísima.

—Gracias, y te doy la razón, es una hermosa construcción, la hemos cuidado bastante, espero te sientas como en casa.

—Seguro, tengo a una buena anfitriona después de todo —ese tono seductor hace que mis mejillas se sonrojen, ¿Por qué este tipo me pone nerviosa? Su aura, seguro por eso—. Entonces, ¿Eres bruja? O solo una descripción interesante para atraer turistas.

Frunzo levemente el ceño.

—Soy una bruja y estoy orgullosa de serlo, jamás usaría eso para llamar la atención, Demian.

—Lo siento, no quise hacerte enojar, solo quería estar seguro de vivir la experiencia que se me prometió.

—Lo estarás cuando te de un tour por la casa y los alrededores, ahora, vamos, tengo algo esperando en la cocina, se acerca la hora de cenar y seguro debes estar exhausto.

—Algo así, conduje desde Nueva Orleans.

Mis cejas se arquean con sorpresa, este hombre condujo por un día entero para venir aquí, trago en seco y abro la puerta principal.

—Eso está lejísimos.

—Creo vale la pena si consideramos que estoy en búsqueda de alejarme del ambiente abrumador de la oficina.

—Prometo que no te arrepentirás.