Capítulo 5.- El forastero (parte 1)

2381 Words
—Buenos días, hermano —saludo desde la barra del desayunador sirviendo el desayuno, es domingo por la mañana, este asunto con Georgia ha hecho que la tranquilidad de la casa se pierda, me siento un tanto estresada con lo de ser anfitriona de Airbnb y que mi impertinente media hermana no arruine todo. —Buen día, Kali Ann —responde tomando asiento, su cara de pocos amigos delata que al igual que yo, no se encuentra cómodo. —Kole, solo será en lo que llega Lora de vacaciones. Sus ojos marrones se clavan en los míos, veo algo de tensión y cansancio, en definitiva, las vibras de Georgia nos afectan a todos, se estrecha el puente de la nariz entre sus dedos y suelta una ruidosa exhalación. —Kali, no creo que haya sido una buena idea, sí bien la niña no tiene la culpa, ella no ha cambiado nada, ¿No notaste que sigue con sus aires de diva? —dice con tono molesto mientras pone azúcar en su café—. Sentí como un gancho al hígado cuando te pidió mantas casi en una orden, odio a esa perra. Anoche fue algo intenso, Georgia me exigió ropa de cama para ella y su hija, estuvo graznando todo el rato que le dimos la habitación más fría del lugar y que no le teníamos la mínima consideración, ¿Qué esperaba? ¿Pastel? Es lógico que no la recibiremos con los brazos abiertos, menos con ese comportamiento atroz, pensé que con el tiempo quizás aprendiera un poco de humildad, pero es más que evidente que Lora solo siguió alimentando al monstruo, admito que quizás me equivoque al dejarla entrar a esta casa, pero la niña me hizo flaquear. —No soy ciega, se irá, ¿Ok? Yo me encargaré de bajarle los humos, solo espero que no joda mis planes del Airbnb. —Cierto, esperemos tu famosa aventura en el mundo de la hospitalidad turística no se arruine, por cierto ¿Ya te aceptaron la solicitud? —asiento mientras le doy un sorbo a mi café. —Ya, recibí un mail anoche con la autorización, ya sabes, ellos son los que se encargarán de depositar las ganancias, ahora hay que esperar a que nuestro primer invitado aparezca. —Harás tus rituales extraños ¿Cierto? —Solo una vela inocente, Kole, no es como que controlaré la mente de las personas para que vengan acá. —Créeme, te creo capaz de hacerlo. —¡Oye! —llamo su atención—. No soy tan mala, soy bruja ¿Qué esperabas? De vez en cuando tengo que usar la hechicería para mi beneficio —respondo dándole un guiño, nuestra plática matutina se ve interrumpida cuando Georgia aparece por el pasillo justo en el umbral de la cocina, su rostro refleja fastidio. —Buen día —dice de mala manera, Kole y yo arqueamos una ceja. —Buenos días —soltamos al unísono y veo como se acerca peligrosamente a los gabinetes de mi cocina, no, querida, nadie irrumpe en el equilibrio de mi cocina, me acerco de inmediato hacia donde se encuentra. —¡Whoaw! ¡Whoaw! ¡Whoaw! —exclamo levantando mis palmas hacia el frente deteniéndola—. Nadie toca mi cocina. —Solo busco algo de cereal para desayunar —espeta con su ceño fruncido, veo como está tensa, sigue siendo una cretina de lo peor. —Mi casa, mis reglas, las cosas se piden y por favor, recuerda que esta no es tu casa, Georgia. —¿Puedes dejar el pasado atrás? ¡Dios! Te comportas como una perra —chilla y Kole se pone de pie de inmediato, noto como Georgia traga en seco retrocediendo un paso, Eso, trágate tus palabras, creo que después de todo le tiene algo de respeto o quizás miedo a Kole, y eso que ella le lleva algunos años. —No vuelvas a ofender a mi hermana, Georgia —la señala haciendo hincapié en su advertencia—. Al contrario de ella, yo no me tiento el corazón y por mi te puedes ir al carajo de aquí, no me importa que no puedas con tu hija, es tu problema, no el nuestro. Agacha la mirada hacia la punta de sus pies a la vez que frunce el ceño, la tensión es cada vez mayor, incluso puedo ver el choque de nuestras auras. —Son demasiado crueles conmigo —dice abrazándose a sí misma. —No somos crueles, solo no somos hipócritas, no nos caes bien, siempre fuiste una persona horrible con nosotros, sobre todo conmigo, y ahora quieres venir acá para que te tratemos como ama y señora, todo felicidad porque Georgia lo merece todo y así no son las cosas —mi tono serio la hace levantar la mirada de inmediato, a veces solo no logro comprender el cinismo de algunas personas. —Solo estaré aquí hasta que Lora llegue, ¿Puedo agarrar algo para desayunar? —¿Por? —Por favor —masculla, Kole me lanza una mirada y asiento. —Esta bien, toma algo de la nevera, una cosa más —señalo hacia uno de los costados de la cocina—. No quiero que abras ninguno de esos gabinetes, no debes tocar mis hierbas ni herramientas. —Está bien. —Una cosa más, Georgia. —¿Qué, Kole? —Mi hermana tiene un área de la casa disponible para invitados, se suscribió para ser anfitriona de Airbnb, no quiero saber que te comportarás impertinente y arruines esto o te las verás conmigo. Sus ojos se abren como platos mientras boquea cómo si fuese un pez. —A ver ¿Escuché bien? ¿Van a meter a un desconocido a casa? —Georgia, lo que hagamos o dejemos de hacer en NUESTRA casa —esto último lo recalca en voz alta—. Es nuestro problema, no tuyo. —Pero ¡Tengo a mi hija aquí! —Georgia, nosotros somos desconocidos para esa niña, seguro apenas ayer supo de nuestra existencia, además, no es problema mío, tu puedes irte a un hotel o a algún refugio si no estás cómoda, soy anfitriona, esto es serio y voy a cumplir, y hay más. —Dime. —Tu auto no puede estar en la cochera, ofrecí esa plaza cómo parte del trato. —Pe-pero, tienen mucho espacio allá atrás —balbucea con sus ojos en extremo abiertos. —No voy a dejar que subas al jardín y destroces mis plantas, la cochera es para dos plazas, Kole tiene la suya y mi invitado tendrá la otra, ¿Entendido? Suelta una pesada respiración, veo como su aura se altera aún más viéndose de un color amarillento sucio, esto de ser bruja me hace las cosas tan fáciles, puedo notar cualquier sentimiento que experimente y no podrá mentirme. —Está bien, lo aparcaré frente a la casa ¿Esta bien, señora? —cuestiona fastidiada, cruzo mis brazos sobre mi pecho y ladeo mi cabeza. —Si, pero te daré un consejo, por el bien de tu hija, deberías de ser menos arrogante. —¿Me estás amenazando? —No, te lo estoy advirtiendo, porque eres el ejemplo de esa criatura y con tu actuar seguro se volverá peor de cretina que tú. —Te juro que en cuanto tía Lora llegue me largaré de aquí —masculla con evidente enojo. —Lo sé y en verdad espero que te vaya bien y no te atrevas a regresar de nuevo, Georgia —doy un paso hacia ella y levanto mi mano—. Mas de una vez te rogué, te supliqué que me quisieras un poquito, que fueras una buena hermana mayor conmigo, que me dejaras un buen recuerdo de ti, que fueras amable, pero siempre fuiste soberbia, egoísta, ¿Cuántas veces me humillaste cuando éramos niñas? ¿Cuántas veces me gritaste bruja? ¿Cuántas veces me culpaste por lo de mamá? —mis ojos se cristalizan, es la primera vez que me atrevo a enfrentarla, ya no existe ese miedo que le tenía, todo este resentimiento que lleva guardado años, al fin puede explotar y salir—. Fuiste cruel, horrible, una mierda de hermana, jamás te acercaste, disfrutabas mi dolor y lo provocabas en cada ocasión, aun así, ahora que necesitaste de nuestra ayuda, quise comportarme como una adulta y tener algo de compasión, pero tus jodidas actitudes de diva siguen ahí, crees merecer el puto mundo, Georgia, y te informo que no lo mereces. Las lágrimas resbalan por mis mejillas, Kole se acerca a mí colocándose a mis espaldas para poner sus manos sobre mis hombros, es su modo de reconfortarme, veo a Georgia con sus ojos cristalizados. —Ya estoy pagando mucho, Kali. —¿Con qué? —Ya te dije los maltratos que viví con ese hombre —responde y yo solo sonrío irónica negando con la cabeza. —No, querida, eso no es karma, eso es algo que tú te buscaste, no has pagado nada, pero esto te hace darte cuenta que no soy tan desgraciada como tú, por lo menos por esa niña me estoy tentando el corazón de dejarte en mi casa y no haberte cerrado la puerta en la cara en cuanto llegaste, así que no quieras joderme con eso del karma, que no te va, ni siquiera sabes lo que eso significa realmente. Sorbe por su nariz de forma poco femenina e inútilmente, trata de limpiar sus lágrimas. —Siento todo lo que te dañé. —No lo sientas, Georgia —interviene mi hermano—. Mejor cambia tu actitud de una vez por todas y trata de ser una buena persona, esa si sería una buena disculpa, ver que tienes la intención de cambiar. Ella solo logra asentir, mis manos van a las de Kole liberándome de su agarre. —Acompáñame, hermano —musito caminando para salir de la cocina con él a mis espaldas, dejando a Georgia en aquel sitio, cruzamos toda la pieza y llegamos hasta el salón principal, me giro en mis talones encarándolo mientras me abrazo a mí misma. —No le tengo confianza, Kole, pero no la echaré de casa aun. —Sabes que si no estas a gusto se debe ir, no tienes porque verte forzada a estar incómoda en tu propia casa. —Lo sé, pero dejaré que se quede unos días, solo que creo lo ideal es quedarme también en casa, no sería buena idea dejarla aquí con la niña, hay cosas que puede romper o ¿Qué tal si aparece el tipo y hace destrozos para llevársela? No puedo permitir que alguien irrumpa en nuestra casa —explico con evidente preocupación, Kole suelta una pesada respiración, se pasa una mano por el rostro y su gesto se torna analítico. —Sí, lo mejor es que te quedes, pero cualquier inconveniente con ese hijo de puta, la cuarenta y cinco está en el primer cajón de mi escritorio —dice tomándome por los hombros, hace años que mi hermano adquirió un arma por si alguna vez se llegara a necesitar, por suerte no se ha utilizado, solo le da su respectivo mantenimiento para que no se estropee, la verdad no tengo idea de cómo usar un arma, solo lo he visto en las películas. —Terminaré arrojándola como pelota de beisbol, Kole, sabes que no se usarla. —Es sencillo y tu eres una excelente alumna, te enseñaré, ya lo verás, ahora, creo debo ir por mi móvil a mi habitación, lo olvidé en el buró. —Y yo olvidé el mío en la cocina, odio tener que verle la cara a Georgia, pero ya pasara. Su mano va a mi cabello revolviéndolo con mimo. —¡Ay hermanita! En que líos te metes, tenemos al mismo diablo metido en nuestra casa. —No te preocupes, que tu bruja hermana hará un exorcismo —respondo dándole un guiño, sonríe negando con su cabeza. —Kali —la voz de Georgia suena a sus espaldas, suelto una pesada respiración, el efecto Georgia. —¿Si? Estira su mano sujetando mi móvil. —Este artefacto sonó, creo una notificación. Me acerco a ella y lo tomo, sí, tengo una notificación de correo electrónico. —Gracias, Georgia —digo mientras me dispongo a revisar. —De nada —suelta volviendo de nueva cuenta por donde vino, mis dedos se deslizan en la pantalla de mi móvil y sonrío ampliamente al ver que tenemos una solicitud de hospedaje por tres días. —¿Qué ocurre? ¿Por qué la sonrisa? —Tendremos a nuestro primer invitado —respondo cantarina. —¿Ah si? —Si, un tipo al parecer quiere vivir la experiencia de dormir en nuestra casa. Miro a Kole que me observa con una amplia sonrisa, creo que está contento por mí, solo espero que todo salga bien, vuelvo mi atención hacia el móvil leyendo los datos del futuro inquilino. —¿Sabes el nombre o los de Airbnb son los únicos con registro? No tengo ni la menor idea de cómo funciona esa cosa, prefiero reservar en un hotel. —Tu eres aburrido, hermano, seguro nuestro inquilino quiere algo diferente, a ver, solo deja leo por aquí —mis ojos recorren el mail y justo ahí encuentro el nombre del tipo. —Demian Edevane, ese es su nombre —con solo mencionarlo, siento algo recorriendo mi interior, cómo una especia de electricidad, quizás sea una buena señal, sería bueno verificar mi tarot en estos momentos. —¡Wow! que extraño apellido, Edevane. —Bastante, aunque creo le preguntaré cómo se pronuncia, no vaya a ser que sea de los que se molesten por que no dicen bien su nombre. —Si, mejor estar seguros de eso, bueno, Kali Ann, felicidades por tu pequeño triunfo, ahora, debo ir arriba, tengo que revisar que no me hayan llamado —dice dándome un guiño, va hacia las escaleras y las sube a toda prisa, por mi cabeza pasa el nombre de nuestro inquilino una y otra vez, Demian Edevane, ¿Por qué siento esta electricidad? Será mejor prepararme con alguna protección adicional, el día será largo, aprovecharé para dar una limpieza a fondo a toda la casa, quizás en algo pueda ayudar Georgia.     ******            ******
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD