Me costó demasiado dormir, me mantuve gran parte de la madrugada pensando en lo que pasó, a lo mejor no debería pensar demasiado en lo ocurrido ni de lo que me enteré. Pero es que el solo pensar en todo lo que habrá pasado, las discriminaciones, no se más o menos la edad en la que dejó de ver, aunque allá sido a la edad que allá ocurrido, es un golpe duro.
Si fue cuando era niño, es difícil darse cuenta que a tu alrededor tu eres el único niño que tiene ese problema, si fue de adulto es más fuerte porque la diferencia de haber sido cuando eras niño es que te a lo mejor te habrás acostumbrado y el golpe no es tan duro, aunque si ocurrió al caso contrario es algo que induce a demasiados pensamientos negativos porque a lo mejor habrá experimentado experiencias, salidas o quizás deportes. Cosas que debes dejar de hacer debido a que cambiaron las tornas, ese es el momento preciso en el cual sabes quién estará ahí a pesar de las circunstancias, la enfermedad es donde se mide quien es quién, quien realmente vale la pena, tanto en el ámbito familiar como en el de amistad.
Pase toda la mañana analizando muchas cosas y el solo pensar o tratar de adivinar por lo que habrá pasado me genera una opresión en el pecho que me deja sin aliento, a pesar que habremos compartido como mucho un par de días, siento un vínculo, que el me entiende solo eso es suficiente para generar muchos sentimientos en mi interior.
Me trate de reprimir precisamente porque se que soy una persona muy sentimental, que se entrega demasiado a las personas, ya sea en lo que respecta a amistad o parejas. Me enfoco en tratar de reprimir ese tipo de sentimientos debido a que más de una vez he sido dañada, no quiero que ocurra de nuevo eso no se lo deseo a nadie, es la peor sensación. Entregar todo de ti sin reprimir nada, y luego ser desechada como un mueble viejo.
Solo al recordar eso me deprimo, cuando pensé que lo tenía todo controlado, afloja todo esto, todas mis inseguridades, sentimientos. Quisiera que fuera el caso contrario, pero es que el solo verlo indefenso cuando me enteré, eso me rompió el corazón. No quiero que piense que lo trataré diferente, no sería capaz de hacer algo así.
Lo he experimentado, se lo que se siente claro que no en esa magnitud pero igual pega demasiado. Yo misma me prometí no juzgar, no discriminar a nadie por nada, es lo peor que el ser humano podría hacer. Yo lo describo como el peor pecado posible, discriminar sin saber porque uno no sabe lo que cada persona experimenta, lo que siente cada día o lo que ha pasado.
— Ya es momento de levantarme, no puedo seguir aquí acostado si sigo analizando y analizando me voy a volver loca — menciono antes de decidir por fin salir de la cama
Salgo de la misma para encaminarme hacia la ducha, procedo a entrar al instante. Accionó el agua caliente para relajarme, salgo de la ducha después de mucho tiempo no podía más con mis pensamientos sentía que me ahogaba allá adentro. Salgo para vestirme.
— ¿Será que voy a la casa de Alexander? — me pregunto algo indecisa, lo medito un momento dudo demasiado pero recuerdo que ellos me invitan
Con ese pensamiento de resolución me dirijo hacia el subterráneo para encaminarme hacia mi automóvil, tiemblo un poco antes de introducir la llave. Estoy demasiado nerviosa y eso que no estoy ni cerca de la casa, voy entrando en la zona cerca de la casa, si estaba nerviosa ahora más al vislumbrar su casa aún más cerca.
— No puedo seguir así, ellos me invitaron debo eliminar los malos pensamientos de mi mente. Eso no me llevarán a ninguna parte — me digo decidida en voz alta para darme la fortaleza suficiente para salir
Salgo para caminar lentamente hacia la puerta, doy un gran suspiro antes de proceder a tocar la puerta. Escucho unos pasos que se acercan lentamente hacia la misma acompañado de un ruido, estoy algo nerviosa. Abren la puerta, pero la persona que abre no es quién imaginé que sería.
— ¿Quien es? — me pregunta Alexander, dudo un poco pero al fin y al cabo decido hablar
— Buen día, ¿Cómo te encuentras? — en cuanto hablo se congela en su lugar, eso me hace sentir mal porque antes estaba tan cómodo conmigo pero ahora es como si no me quisiera cerca suyo, eso me deprime demasiado
— Mucho mejor, gracias por preguntar — me dice todavía algo tenso —. ¿Quieres pasar?
— Claro que sí, vine porque tus padres me invitaron pero si no te sientes muy bien entiendo — trato de conciliar porque se cómo se siente en mi presencia
— No seas tonta, puedes pasar además no hay ningún problema
Me hace espacio para que me pueda introducir en su casa, asiento algo dudosa pero entro al final. Con tal es cierto, no hay nada malo, se que está un poco incómodo con mi presencia, lo mejor es generar esa confianza de nuevo. No quiero que se sienta incómodo en mi presencia, converso interiormente para luego entrar decidida.