Mis ojos aguantaban las lágrimas y en mi rostro la angustia era más que palpable. Robert se puso de pie mientras me hablaba; sin embargo, no podía oír una palabra de la que decía, ya que en mi cabeza solo se escuchaba un pequeño zumbido, negué volviendo a ver la pantalla. Sé que quería convencerme de que tal vez aquel joven de cabellos oscuro y ojos claros no era Gael, sin embargo, ahora mismo tenía su rostro en primera plana y aquello confirmaba mis sospechas. Mis manos temblaban, y el semblante de mi rostro desapareció. Vi que ingresaban muchos individuos de Blackblood a la celda, apenas si cabían todos, ahora mismo se encontraban tantos en un pequeño espacio, de tal manera que todos debían ponerse de pie para entrar allí dentro. –¿Qué sucede? –preguntó Robert tocando mi hombro y trayé

