Me senté juntó a Annie frente a la televisión, observé el programa y parecía ser uno de competencia de baile, aunque no estaba demasiado segura, destape el helado. -¿Seguro que no quiere? .- insistí. -No, es solo para ti.- contestó Annie dejando el crucigrama que tenía en sus manos y apagando las luces. Probar aquel primer bocado fue algo así cómo tocar una estrella o lo que creía que sería tocar una estrella. Mi paladar se sentía maravillado con la experiencia del frío y el sabor dulce tan delicioso. -¿Te gusta?.- preguntó entusiasmada. -Es lo mejor que he comido en mi vida.- contesté sinceramente, realmente era raro que una greenblood jamás haya probado uno, pero Annie no lo veía así, y eso convierte esta charla en algo más sencillo. -Come despacio o se te congelará el cerebro y

