tercer capitulo

1288 Words
- Gina, mira eso.- señaló en dirección de lo que parecía una tienda repleta de dulces de todo tipo. Está tenía diferentes estantes con sus colores apropiados para cada Blood.   Bajé la mirada observando el suelo, pasamos por una calle bastante trascurrida, repleta de Blood de diversos linaje, algunas tiendas eran exclusivas, podías deducirlo por su color, varias tiendas de ropa eran solo de sangre blanca, ellos al ser figuras públicas de seguro deberían de tener muchos atuendos.  Esto era bastante bonito, al frenar en el parque respiré aquel aire puro que salía de esté, en Blackblood casi no hay árboles, debido a las empresas de carbón y otros materiales, la vegetación no crecía apropiadamente, pero aquí la naturaleza era abundante, supongo que ella tampoco deseaba vivir del otro lado del muro.   -No excedan el limité del parque y estarán bien.- habló un guardián entregándonos unas bolsas y pintas para basura.  -Entendido, gracias.- dijo Gael sonrió y tomó nuestras herramientas de trabajo.  -¿No se quedarán a cuidarnos?.- pregunté.   El guardia bajo del coche y se enfrentó a mí.  -¿Planeas algún crimen Blackblood?.-  -No.-contesté rápidamente moviendo mi cabeza Sin dejar de mirarlo.  -Eso es lo que quería escuchar, no tengo tiempo de desangrar a otro hoy.- el guardia formó una gran sonrisa y observó a su compañero, puso su mano en mi hombro palmeándolo.- Ahora vayan a trabajar que para eso les pagamos.-  Imité su sonrisa y acerque mi rostro unos centímetros más cerca del suyo. Aquello lo descoló y rápidamente sacó su brazo de mi hombro. Gael me tomó del brazo y me alejó del guardia mientras yo continuaba sonriéndole.  -Malditos locos, ellos no son como nosotros, su linaje los lleva a perder la cordura tarde o temprano y así cometer locuras.-comentó el guardia a su compañero.  -¿Porque te comportas de esa forma?-Gael tomó una bolsa junto con su pinza mientras negaba y ante mi silenció se alejó.  Comencé a juntar la  basura mientras observaba el paisaje, de un lado varios Greenblood hacían un picnic, ellos tenían tantos libros en el suelo que la loca idea de tomar uno y correr perseguía mi mente.  En otra punta algunos Redblood parecían discutir apasionadamente algo y finalmente terminaron riendo, un individuó muy anciano tocaba un instrumento no sabía cuál, pero sé que de el una música bonita brotaba. En mi paisaje apareció Gael observando todo su alrededor con anhelo, alguien tiró una basura cerca de él y mi amigo se apresuró a juntarla, aquel grupo de Red comenzaron a reír mientras Gael permaneció con la cabeza a gacha y continuó su trabajo.  Desearía poder acostumbrarme a esté sentimiento, y así cada vez que aparece ya no me sorprendería, pero no tenía un nombre para todo lo que ser un Blackblood representaba. Y así como cada Blood acarreaba con características de utilidad de su linaje, desearía que mis antepasados me hubieran dado el recurso para aguantar tal desprecio, una sensación que contrarreste la impotencia y algo que quite el dolor de la desigualdad.  Caminé rápido tras Gael y aunque aquello no evitaría que continuaran molestándolo ya no estaría solo, tendría una amiga a su lado. Iba de prisa cuando sentí que alguien chocaba contra mi lado derecho y luego colisionaba en el suelo.  Era una Whiteblood, era una de las primeras veces que observaba a alguno tan de cerca, traía una vestido tan blanco como el algodón, sus ojos eran celestes claro, casi grises. Su cabellera rubia grisácea y su piel tan blanca como una nube. Su aspecto casi angelical fue destruido cuando está habló.  -Idiota.- escupió con rapidez mientras se ponía de pie y observaba una gran mancha verde en la parte trasera de su vestido.-Idiota.- volvió a decir.  Negué con la cabeza e iba a hablar pero no pude siquiera defenderme.  -Di una sola palabra y te reportaré, Blackblood.-amenazó.  La observe con enojó y luego dejé escapar un suspiro de hartazgo, me fui de allí antes meterme en problemas. Mientras avanzaba hacia Gael podía sentir los molestos gritos histéricos de aquella Whiteblood intentando borrar sin éxito aquella mancha.  Al llegar junto a Gael el silencio nos invadió, aún no entendía porque le seguía sorprendiendo mi actuar, me conocía desde hace 17 años, siempre fui así o tal vez solo evolucione en una versión aún más molesta.  -No dejó de pensar quien será ese Blackblood que fue al desangro hoy.- habló rompiendo el silenció.  -No lo sé, ¿pero eso en que te cambiaria?- pregunté deteniéndome.  -No me cambiaria en nada, es solo que siento pena por él.-tenía su mirada baja, Gael es un individuó altamente sensible.  -Ni siquiera lo conoces.- respondí levantando mis hombros.  -Pero tal vez sí, no sabemos quién sea.-habló  -En todo caso, no deberías sentir pena por él, ya que ahora es libre.- comenté.  -¿Libre de qué?.-  -De esta vida, Gael.- levanté un papel del suelo y me puse de pie. -De ser un Blackblood, de servir desde que eres niño, de alimentarse mal, de descansar aún peor. De enfermedades con cura pero no para ti, nos morimos de fiebre, de gripe y tantas otras complicaciones que ellos se salvan con solo una inyección. De todas formas cada día que pasamos allí nos mata el monóxido de carbono y la porquería que todas estas empresas largan sobre nuestro barrio. Morimos cada día, lentamente o rápida, pero nuestro destino desde la concesión es ese. No hay otra salida más que la  muerte.-hablé.  -¿Si eso es lo que piensas porque no te entregas a morir?.-preguntó  -Por mi padre, sé que él me necesita.- respondí. Gael se detuvo a mitad de parque, y observó su alrededor suspirando. Mis palabras oscuras y desalmadas lo hicieron sentir mal. Me lamenté profundamente, mis pensamientos debían quedar conmigo en donde no pudieran dañar a nadie, pero estos eran tan salvajes que rara vez podía dominarlos. -Nadie me extrañaría, sé que mis padres apenas me notan allí.- confesó Gael desviando su mirada a la copa del algún árbol en busca de fortaleza. -Yo lo haría.- respondí.- Eres mi mejor amigo. Tú sangre, es mi sangre, ¿recuerdas?. -pregunté. Cuando mi madre murió, me sentía sola y confundida.  Recuerdo que ese mismo día jugando con él me corté el dedo con un vidrio, comencé a llorar por el dolor de la herida y el dolor de haberla perdido. Fue entonces cuando un pequeño y tonto Gael se acercó a mí, tomó aquel mismo vidrio y cortó su dedo voluntariamente, lo acercó al mío y unió nuestras sangres. Mi familia ya no era tan pequeña con dos individuos, ahora volvíamos a ser tres y aunque aquello no reparó su ausencia me hizo sentir mejor. Gael me dijo aquellas mismas palabras que recitas a un familiar importante. “Tú sangre, es mi sangre”. Era una frase que formaba parte de nuestra antigua cultura y solo podías recitarla a un familiar digno de tú amor y respecto. Gael sonrió luego de aquello y quiso abrazarme pero lo aleje con la bolsa de basura. -Vamos solo uno.- insistió. –Ya has dejado tus sentimientos expuestos, no te mostraras débil por una unión.- * Unión: abrazó.* -Ni siquiera te conozco.- hablé alejándolo. -Claro que me conoces. Soy tú mejor amigo, los has confesado.-insistió corriéndome. Tal vez varios Blood nos observaban, tal vez continuaban con sus burlas y otros nos arrojaban basura  pero cuando tienes un compañero riendo  a tu lado transformas tú alrededor en una burbuja y ellos pasan a ser los invisibles. Hay amistades genéricas, otras por simple costumbres y luego están esas que cambian tú día, mi sangre continuaba siendo la de un Blackblood pero eso no podría evitar que mi felicidad, por momentánea que sea.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD