Las palabras del desconocido fueron breves, pero las sintió como una brisa que soplaba sobre sus mejillas, proporcionándole consuelo. Incluso alguien que no tenía ninguna relación con Susana se preocupaba por ella, mientras que la persona a la que más quería era la que más daño le había hecho. Susana sonrió irónicamente, cogió el pañuelo del hombre y se secó las lágrimas. —Creo que algún día me necesitará —dijo el hombre, sacando una tarjeta de presentación de la chaqueta de su traje y entregándosela a Susana—. Espero que se ponga en contacto conmigo entonces. Donald Read... Susana bajó la cabeza y miró la tarjeta de presentación, que revelaba que el hombre era abogado. Adrián había presenciado la conversación de Susana con Donald. Una ira inexplicable invadió a Adrián, que ni siqui

