Cuando Donald escuchó la pregunta de Susana, un poco desconcertado, cogió una copa de champán y se la entregó. —Tal vez, ¿crees en el destino? En este mundo, siempre había una fuerza invisible que unía a las personas destinadas a encontrarse. Donald no creía en esas cosas antes, pero sus pensamientos cambiaron tras conocer a Susana. ¿“Destino”? Susana se rio al oírlo, cogió la copa de vino y la agitó suavemente. —¿Eres una persona tan seria y, sin embargo, disfrutas con una charla romántica tan cursi? Al ver que Susana no entendía su intención, Donald no la forzó, sabiendo que ella acabaría comprendiendo el profundo significado que encerraban sus palabras. No había prisa en ese momento. —Viniste a la fiesta esta noche para conocer al Sr. Hines, ¿verdad? Donald parecía conocer bien l

