Punto de vista de Vladimir
El aire de la sala era pesado, cargado de tensión y un aroma a humedad. En el oscuro rincón del castillo, lejos de los ojos curiosos, me encontraba junto a Dentriel, mi viejo aliado. Las paredes, cubiertas de moho y silencio, parecían ser las únicas testigos de la conversación que se avecinaba. La luz tenue de las velas parpadeaba, proyectando sombras distorsionadas sobre nuestras figuras.
—Entonces, ¿qué hacemos con ella? —preguntó Dentriel, sus ojos llenos de incertidumbre. Sabía que este no era un juego para mí. No era solo otra prisionera más que caería en mis manos. Miranda… su poder era algo diferente, algo que no habíamos previsto.
Mi mirada se endureció, y mis manos se apretaron en un puño, recordando el momento en que su rabia había estallado, rompien
