Dejar de sentir

5000 Words
Querer a una persona es un sentimiento completamente único, sinceramente no entendía la forma en la cual yo me sentía tan preocupada por el, sentía tantas cosas incrustadas en el estómago, sentimientos vueltos locos por el no saber que era lo que estaba pasando dentro con el. No quería que se metiera en problemas. Cruzo los brazos esperando, comenzaba a impacientarme y más cuando Liz comenzó a golpear la mesa con las uñas, el sonido resonaba tan fuerte en mis oídos, aturdiendome, sentía cada sonido en mi, escuchándole una forma tan... Dios por qué solo no podía detenerse. Escucho el sonido de la puerta abrirse, veo como sale Alex de la oficina a lo que camino rápidamente hacia el, sintiendo como las emociones dentro aumentaban. Toma mi mentón y lo levanta un poco levemente a lo que suspira. Yo sentía el pómulo palpitarme y era seguro que me saldría un morete. Me miraba con tristeza y enojo, sabía que el enojo no era conmigo, era con él. Por el simple hecho de que alguien me pusiera las manos encima quizá, no lo sé pero me parecía demasiado. Siento sus manos aún en mi, para después acomodar mi cabello y darme una pequeña sonrisa. —Ese idiota te dejo morada la cara.-dice mirando a muerte a Dylan, le tomó ahora el mentón yo para que me mire, no necesitaba que se pusiera de nuevo como lo hizo hace un rato, menos fuera de la dirección. No necesitaba que se buscará más problemas. Pareciera que era lo que le gustaba. Los problemas. Apenas el me miro puedo notar como todo su rostro se suaviza, era como si el hecho de mirarme le calmara todo. Era lindo pensar eso. Que algo dentro de mi podía llegar a causarle esas emociones. Quizá quería creerlo o quizá en realidad estaba pasando. —No debí meterme cuando comenzaron a pelear.-Suspiro aunque no me puse en medio, sabía que Dylan era torpe y más con su puntería.—Mejor cuéntame, ¿Por qué peleaban? El rasca su nuca y me abraza, escucho como su corazón late, lo hace de una manera tan estrepitosa que se que los nervios se adueñaban de el, quizás el castigo que le pusieron fue grave, no latía de forma tan rápida, si no fuerte, que quizá en una distancia considerable se escuchará. —Vamos por helado y te cuento. —¿Me estás invitando a salir?.-Me burlo sonriendo inocente, pestañeo un par de veces intentando demostrarle una especie de coqueteo, no intenso, solo que demostrará que lo hacía, sin embargo era más que un simple juego. El ríe y aplasta mi rostro al abrazarme más fuerte haciéndome sentir aquella cercanía que tanto me gustaba, me hacía sentir que podía estar aquí y sentirme feliz, me hacía sentir que si estuviéramos en una habitación solo nosotros dos jamas seria aburrido.—Considéralo una cita preciosa. Río y salimos de ahí, me giro levemente al ver como sale Dylan y me mira preocupado en su mirada se encontraban cientos de palabras que el me quería decir sin embargo pareciera que no estaría seguro de que decir, el está por acercarse a mí pero Liz lo detiene al tomarlo y decirle varias palabras que no era capaz de escuchar y sinceramente tampoco quería hacerlo. En realidad toda esta situación me asqueaba, más por el simple hecho de la cercanía en la que ellos se mantenían, quien debía de haber estado en esta habitación debía ser Hannah, quien debería estar preocupada por el debería ser ella, no esta chica con complejo de persona superior que sabía que tenía novia y aún estaba ahí, coqueteandole de una forma tan cínica y descarada. Era una maldita. Caminamos por el pasillo hasta llegar a la salida donde se encuentra una Lola bastante enojada, río al ver como mueve la pierna impaciente, ella siempre se preocupaba por todo lo que hacía y es que Alex no era de ayudar siempre estaba metido en líos. Recuerdo perfectamente cuando vi a Lola por primera vez así, creía que le gustaba Alex, hasta que me enteré que eran medios hermanos, se cuidaban mutuamente. Era algo que yo tenía en un modo de admiración y algo que me hubiera gustado que me pasara a mi, tener una relación así de hermanos, yo no los tenía. Mi mamá no había tenido más hijos. Sólo yo. —¿Acaso estas loco?-farfullo molesta cruzando los brazos apenas nos introducimos en su campo de visión, puedo ver como Alex giraba los ojos con una especie de molestia, no sabía si era el hecho de que lo dijera, pero era como conocieran el tema. El niega y sonríe.—Pelee por alguien que vale la pena. Eso me recordaba en una escena de una película que había visto... Sin embargo no recordaba a la perfección cuál, quería fingir que eso no había sonado a la cosa más cliché del mundo, no entendía esas peleas, pelee por una chica, las chicas no eramos un objeto por el cual deberían pelear, como en tiempos arcaicos en los cuales se peleaba para tomar la mano de su "amada" era bueno que defendieran a sus novias... Amigas y demás, pero apenas lo escuche sabía que no era el caso. Ella rueda los ojos y suspira.—Eres todo un Romeo. — Ella merece más que un Romeo. — No creo que la impresiones peleando con alguien más. - señale. —Bueno... No se que es lo que hiciste o como sea ella, pero creo que no será el modo de que la impresiones. — Si creo... - empieza pero niego. — No deberías pelear por alguien. - solté y el me miró. —Si es para ti, si están destinados. No tienes que pelear con alguien para que se quede contigo. — No tienes idea. - Farfullo Lola. —Solo intenta impresionarla y el cree que esa es una gran forma. — Dudo que la impresiones así. — Cuando hablemos de eso lo notaré. Después de un gran regaño que le dio Lola a Alex nos fuimos a la heladería, el camino fue bastante divertido ya que la mayor parte de el la pasamos charlando, bromeando y jugando, eun una de esas casi caigo en una alcantarilla, sin embargo me estabilice. A c s me daba risa que todos me decían que debía llamarme Murphy, que era como si yo fuera esa teoría andando por las calles y aunque yo no creía que las cosas eran así, lo decían. Si llegaba a tener hijos, seguro uno se llamaría así. Una vez leí un libro de una chica que se llamaba así y no podía parar de reír en cada párrafo era lo más divertido y diferente Cuando llegamos el va a pedir, yo me había ido a sentar, puesto que normalmente se llenaba este lugar y si no lo hacía no tendríamos donde sentarnos, apenas lo veo caminar directo hacia mi veo el helado que tiene en manos, él me conocía lo suficientemente bien para pedir una de café le agradezco y comenzamos a comer. —¿Por quién peleaste...?-Pregunté metiendo otra cucharada a mi boca sintiendo el frío llegar a mi paladar, puedo notar como sus ojos se abren un poco más de lo normal demostrandome que le había tomado por sorpresa, frunce un poco las cejas para después meter una cucharada de helado a su boca. —¿Cuándo empezare a darte tutorías?-pregunta el cambiando de tema bruscamente, puedo notar como su tono se notaba serio, quería reír. Hago un puchero y el sonríe .—¿Por qué me cambias tanto de tema? —Por qué eres demasiado inocente. - sonríe y mira hacia su helado, se veía demasiado concentrado. Hago otro puchero.—Claro que no.-Refunfuño y el se burla.—No te burles y mejor cuéntame. —Por una chica.-Dice rascándose la nuca.—Pero ella realmente vale la pena. —No hagas eso.-Murmuro viendo su rostro lleno de moretes.—¿Quién es? —Una amiga.-Sonríe.—¿Cuando comenzamos...? —Hoy si puedes.-Sonrío.—Solo llevo 120 palabras. —Ouh.-Murmura. Me quedo mirando a su rostro y veo como el morete de su pómulo queda pequeño en el de el labio y el de su ojo. Platicamos para después irnos a mi casa a estudiar, siento mi teléfono vibrar y lo tomo. Dylan: ¿Por qué te fuiste con Alex? También lo siento tanto por el golpe. Cierro el chat y bloqueo el teléfono, miro a Axel y él me explica la carga de los electrones, le pongo atención esperando que algo se me grave, cosa que no está sucediendo del todo, pero entiendo más de lo que alguna vez eh entendido, el era bueno explicando y me tenía demasiada paciencia, esta vez podía admitir que entendí todo lo que explico. Después de explicarme por lo que para mí fueron horas, se va, me quedo pensando hasta que decidí seguir avanzando mi ensayo, sonrío feliz al terminar con 482 palabras, no son muchas pero quedan casi las dos semanas completas, escucho mi celular vibrar varias veces, lo tomo después de unos segundos para leer el nombre. Apenas leo su nombre cuelgo, eso sucede alrededor de quince veces hasta que me resigno y contesto la llamada. Dylan.—Aceptar. —Hola. —Dylan.-Digo sentándome en el mueble que está junto a mi.—¿Qué necesitas? —Hablar contigo... En persona, ¿Puedes? Miro la hora y hago una mueca, pues son la 1:37, niego hasta que me doy cuenta de la idiotez que estoy haciendo. —Este... ¿Cuándo? —Ya. —Son casi las dos.-Susurro.—¿No crees que es tarde?. —Conseguí tu dirección.-Ríe.—Estoy abajo. —Mierda... Cuelgo y abro mi balcón, me asomo y si, él se encuentra abajo, con la cara llena de moretees y su celular en la mano, apenas me mira una sonrisa enorme se instala en su rostro y no puedo evitar rodar los ojos. El no parecía rendirse y yo no encontraba una forma más en cual decirle que quería que me dejara en paz. Se lo había pedido ya de mil formas. Era inútil. —No bajaré. Escucho como Mamá toca la puerta.—Hija, llegue, ¿Sigues despierta? Le hago una seña a Dylan de que espere, abro la puerta y la miro, se ve cansada. — Hola má, ¿que tal te fue? — Pudo ser mejor, la sala de urgencias estuvo llena todo el día y noche... ¿Qué tal te fue en tu examen? —Fue pospuesto, lo haré en dos semanas.- mentí, quería darle la calificación del siguiente examen que hiciera, quizás así se sintiera menos abrumada. Me deja un beso en la frente y me desea buenas noches, para salir a su habitación. cierro la puerta con llave y salgo al balcón encontrándome con Dylan sentado en el pasto. —¿Qué quieres?.-Susurro grito y el levanta la mirada con una sonrisa, se levanta y sonríe aún más. —Hablar.-Dice alzando los hombros.—¿Puedes bajar? —Me romperé una pierna.-Muerdo mi labio negando a lo que el ríe, miro hacia abajo y noto que la distancia no es tan grande como creía. —Te atraparé, no está alto.-Hace un puchero, miro y cierro los ojos para después pensar, sin embargo no se si es buena idea o mala. Antes de seguir pensando lo hago. Me siento en la barandilla y me voy bajando lentamente, siento el miedo correr por mis venas estoy por regresar arriba pero toma mis piernas.—Baja un poco más An... Cierro los ojos y con miedo lo hago, sin abrirlos ya puedo sentir como los brazos de Dylan me rodean, me suelto y una leve risa se escapa de él, quería negar que no tenía el corazón acelerado, comenzaba a preguntarme porque había tomado la decisión de bajar, no era algo de lo cual debía de haber hecho y seguramente me metería en un problema si mamá notaba que no estaba en mi cama tomando en conjunto en el que me sentía mal por estar con él, sabiendo que tenía novia. No era que lo viera de una forma afectiva pero una parte de mi se sentía como si le estuviera traicionando a alguna persona, de una u otra forma. Era tan difícil de explicar, pero simplemente todo se había un destrozo dentro de mi, no en manera triste, mucho menos cursi, solo sentía que las emociones que estaba sintiendo no eran las que quería admitir que tenía. —Linda pijama. Sonreí, en realidad era mi ropa favorita y no podía evitar a veces pensar en quererla llevar a la escuela, pero no me sentía que fuera algo cómodo, el short era demasiado corto y el pensamiento de algunas personas también, por lo cual me daba miedo salir con ropa corta a veces. —Lo sé.-Alzo los hombros egocéntricamente y el ríe negando, mira hacia la derecha y aplana los labios, y suspira. Toma mi mentón y se acerca un poco viendo que me dejó morada la cara, hace una mueca y frunce un poco las cejas.— De verdad lamento el golpe An..., estaba cegado por el coraje y apenas note que eras tu ya había tirado el golpe. Si, yo tampoco lo hubiera imaginado. — Ya déjalo.- murmuré alejándome de su agarre, miro hacia el cielo notando lo bonito que se ve con las estrellas iluminándolo, espero a que hable pero el solo me esta mirando directamente, como si me estuviera analizando, carraspeo y es como si eso lo sacara de sus pensamientos. —¿Podré ayudarte con el ensayo?.-pregunta a lo que yo niego, el abre los ojos a par seguido de fruncir las cejas, se veía tan gracioso. Sabía que había sido un error que la vida nos juntara para un trabajo de la escuela, pero una parte de mi al haber estado con el el poco tiempo que estuvimos juntos me hizo recordar todos los momentos que en algún momento habíamos tenido, éramos un par de amigos diferente a lo convencional, de aquellos que podían reír de todo e inclusive nos llevamos bien en los momentos malos. Aunque en realidad no sabia describirnos o definirnos de una u otra forma, porque éramos un par de personas que no tenían ni una década cuando nos conocimos y duramos tan poco tiempo unidos cuando nos hicimos un triangulo amoroso. Un bendito y horrible triángulo amoroso. Casi voy por la mitad.-Miento.—¿Por qué peleaban tú y Alex? Quería saber que chica hacía que Alex lo golpeara, era impulsivo, pero no agresivo, lo que Alex sintiera por ella debía ser tan grande para llegar a hacer esas cosas, de Dylan no me sorprendía, ni poquito, pero de Alex... Además sabía que le preguntara las veces que le preguntara a Alex el jamás me diría lo que yo quería escuchar, era bueno manteniendo sus secretos ocultos en el más profundo cajón. Mira de nuevo hacia un lado para después dar un paso hacia mi, luego otro, lo hace con una lentitud que logra alarmarme, se lo que trama porque el es tan malditamente obvio, su forma en imitar las escenas de películas cursis. Doy un paso hacia atrás y él sigue, mira mis labios directamente, intenta tomar mi rostro y doy otro paso hacia atrás, sentí como mi estomago se contrajo, no podía creer que siguiera con esos juegos absurdos, el tenía novia y cada instante intentaba meterse conmigo, era indignante. Siempre eh querido decirselo a Hannah, que el no me deja en paz, que es un patán mujeriego, que le hara más daño con el paso del tiempo, pero es que jamás me sentía lista de soltarle una noticia como esa, ¿Cómo podría decir eso sin que se le partiera el corazón? Y aun cuando me dijo lo que me dijo de darle una lección, una parte de mi sabía que ella seguía enamorada de el, quizás había un toque de costumbre, pero podía ver en sus ojos como el la emocionaba con pequeños gestos, quizás seguía aferrada a un pasado donde a ambos les fue mejor. Me saca de mis pensamientos cuando de nuevo da un paso hacía mi, retrocedo. —¡Woo!, que crees que haces.-dije con un tono tan agudo, era increíble que tratara de hacerlo, tiene novia, se acerca de nuevo y le doy un manotazo. —¡Déjame! El sonríe y muerde su labio.—Besarte, ¿No es obvio?. Su aliento y el mío chocan, y siento cómo unos centímetros nos separan para estar a punto de besarnos. Olía a alcohol, estaba ebrio y yo demasiado cansada. Sabía que era demasiado difícil hacer que el entendiera lo que quiera decir, o si quiera que entendiera que no quería que él le hiciera eso a ella. Hannah era mucho para él. — Eso, no pasará.-dije frunciendo las cejas y dando un paso hacia atrás aventandolo. El hace un puchero.—An... — Tengo que irme.-murmuré. — ¿Tienes? — Tienes novia Alex, no seas imbécil.-farfulle.— Sigues siendo un patán con ella y no se como aun te soporta. — Terminamos.-interrumpe. — Igual, le contare. — ¿Son amigas de nuevo?- indaga y yo frunzo las cejas. —Siempre. No lo eramos, pero no dejaría que la tratará así de nuevo. No dejaría jamás que le hicieran eso a una mujer. *** Apenas llego a la escuela me encuentro a una Lola que me miraba con una sonrisa burlona, me había desvelado tanto por avanzar el trabajo que mis ojos se habían quedado con unas ojeras tamaño familiar, traía un termo con café en mi mano derecha y en la izquiera mi celular. Sentía que mi cabello por mi rostro, el viento al venir caminando había hecho que se pusiera en mi rostro de esta forma, sin embargo no tenía ninguna mano libre para quitármelo, siento como Lola me lo quita aun con la misma sonrisa que me había dado. — Tan preciosa.-le sonreí y ella Sólo rodó un poco los ojos con un poco de ego.—Gracias. Ella asiente y me toma el café para que me acomode las cosas, apenas lo hago me lo regresa y busca entre su mochila. —No cenaste, ¿Cierto? Solté una risa y le mire ladeando el rostro. —¿Tan evidente? Ella hace una leve mueca y asiente, busca entre su mochila y saca unas galletas en un toper. —Tengo varias... Acompañalas con tu café. Le sonreí y agradecí, estaba por irme a clase junto con ella, cuando se detiene y mira hacia la entrada, donde se encontraba un chico. — Ahm... Dylan te a estado buscando todo el día, parece que es importante.-murmura y prosigue caminando, de una forma un poco extraña. — Con el nada es importante.-dije sin pensar después analice mis palabras.-Solo, olvídalo. — ¿Que tal va tu ensayo?- indaga y suelto un puchero.—¿Tan mal? Asiento y ella suspira—deberías terminarlo pronto. — Lo se. — An, ¿Podemos hablar?- me giro y lo primero que veo es a Dylan, miro a Lola y se despide de mi, para irse a la dirección en donde se encontraba el chico que había mirado hace unos momentos. — Que necesitas. — Quiero que hablemos de todo, si quieres no volvemos a ser amigos pero si quiero que me perdones... Creo que el como piensas que soy es horrible, pero no soy como crees. Nada es como crees. Miro hacia arriba y suspiro no podía odiarlo a fin de cuentas, además me estaba ayudando con química y no era que justificara sus acciones, solo algo de mi quería saber lo que el quería decir, era como si el saber lo que el me quiere decir me regresara a mi realidad, me hiciera sentir un poco más tranquila. Lo quería. Quería cerrar de una vez por todas este desastre. Dejar de estar en un triangulo demasiado impactante en el sentir de los tres. Tenía que parar. — Está bien.-dije para después fruncir un poco las cejas, guardo las galletas que me acaba de dar Lola.—Habla. — Siempre creí que podríamos estar juntos, me gustaste desde pequeños y aunque parecía ser un amor de niños, era real lo que yo sentía por ti, era demasiado. Te quería demasiado. Como Cory quería a Topanga. —Dylan... — Jamás eh sentido absolutamente nada por Hannah, es linda pero no es mi tipo de persona, la quiero pero jamás la vi con algo más que no fuera acerca de amistad. Ella una vez decidió decirle a su madre que estaba enamorada de mi, mis padres estaban pasando un mal momento económica y apenas había conseguido empleo mi padre, trabajando con los tuyos y mis papás creyeron que era una buena forma de mantener el empleo... No amo a Hannah, nunca a sido mi intención lastimarla pero no puedo ver hacía ella sin pensar en una amistad. — ¿Me juras que todo lo que estás diciendo es verdad?-mi voz sonaba tan seria de lo que jamás lo había puesto, era como si una parte de mi aún con todo eso no confiara en el, sentía que mentía. El asiente con frenesí.—Te lo juro. — Yo...-mire hacia aun lado y suspire.—Te perdono, pero ya no somos amigos y dudo que lo lleguemos a ser de nuevo. — ¿Me darías la oportunidad?- el darle una oportunidad también me ponía nerviosa, era darle una nueva oportunidad también de romperme de nuevo, era una oportunidad con dos posibilidades y una de ellas me asqueaba. — Necesito... Necesito tiempo.-murmure y mire hacia arriba esperando que así las cosas se tranquilizaran en mi interior. Intento en vano. Le sonreí levemente y salí de ahí caminando rápidamente, sus palabras sonaban sinceras, todo su discurso a decir verdad, pero una parte de mi no le creía, o quizás solo no estaba dispuesta a caer de nuevo en un juego en el cual yo saldría perdiendo. Era difícil, quería creerle. Pero siempre que llegaba una situación que hacía que todo se estropeara, como si alguien estuviera tronando los dedos y me botaba por ella. Camino hacia un salón vacío y saco una libreta, comienzo a dibujar sin tener una idea en realidad, me sentía abrumada por las cosas que estaban pasándome. No era que tuviera que elegir una gran cosa o hacer algo imposible, quizás alguien en mi lugar de sentiría normal, yo me estresaba y me daban ganas de llorar. — Estuve buscándote.-susurra Alex.— ¿Que haces aquí sola? — Estoy estresada. — Andrea...- toma mi mano.— Es solo una calificación. — Mi madre me matara si repito una materia. — Con todo respeto Andrea.-comienza y me toma el mentón.—Una calificación no te definirá jamás, ni te hará mejor ni peor persona, no cambiará nada de ti. Preciosa, tienes miles de talentos, una cosa que no te salga no te hará menos. — Se que dije que era ridículo que no pudiera siquiera memorizar y soltar todo en el examen, pero no puedo. — Seguiremos estudiando. ¿Te puedo pedir un favor?- asiento y el me dedica una pequeña sonrisa y me toma de mi mano. —Deja de pronunciar la palabra "no puedo" porque puedes esto y más, no límites. Tu puedes, puedes todo. — Tendría que ser un super héroe. — Inclusive los super héroes pueden no tener poderes, guapa. Verás que todo se soluciona. — Gracias. - dije abrazándolo, en realidad me gustaba escuchar el como solía hablar, era demasiado optimista. — Ahora dime, ¿Porque te escondes en el salón? Le sonrió y bajo la mirada después.—Dylan me dijo que quería intentar ser amigos de nuevo... Me contó que sus padres lo obligaban a estar con Hannah.-dije y después me talle el rostro para después soltar un quejido.—Y me duele mi cara. — Como no te dolerá, tienes el ojo morado.-suspira, mira hacia a un lado y entre cierra los ojos.—¿Quieres ir mañana a mi casa? Te quedas ahí, duermes con Lola y estudiamos hasta tarde y te llevo a casa. ¿Que tal? Le sonrió feliz y asiento para después abrazarlo.—Eres un sol guapo. Hannah. Mi mayor problema era seguir intentando arreglar las cosas de todos, arreglar los sentimientos de los demás y no detenerme a pensar en lo mal que yo la estaba pasando. Había dejado que las humillaciones de Dylan aumentarán, porque sabía que estar conmigo... Con sus palabras citadas "era difícil" pensaba que la que hacía que fuera difícil era yo, sin embargo el solo intentaba hacer que yo dejara de sentir, por el o por mi. Sin embargo, era un patán. Y yo una tonta. — Jamás e sentido absolutamente nada por Hannah-apenas escuche esas palabras mi corazón había comenzado a latir con fuerza, sentía su sonido estrepitoso en mi oído, sentía asco, ganas de llorar, mi estómago se había contraído y una parte de mi sabía que las lágrimas se desbordarían en cualquier pequeño segundo. —Ella una vez decidió decirle a su madre que estaba enamorada de mi, mis padres estaban pasando un mal momento económica y apenas había conseguido empleo mi padre, trabajando con los tuyos y mis papás creyeron que era una buena forma de mantener el empleo... No amo a Hannah, nunca a sido mi intención lastimarla pero no puedo ver hacía ella sin pensar en una amistad. importante que Hannah estuviera feliz conmigo... Antes de seguir escuchando algo más salgo de ahí, no podía seguir escuchando eso, no podía darle el poder de hacer que todo dentro de mi se quebrara, el escucharlo ya no era lindo, era un martirio, camino casi corriendo a la biblioteca, quizás era un buen momento para estar en silencio. Apenas llegó, me registro y me siento en una mesa de al fondo cubriendo mayormente mi rostro con el libro y aún así por más que quisiera leer miles de pensamientos nublaban mi interior, una lagrima sale de mi y apenas lo noto la limpio rápidamente. El era un idiota al igual que yo. Muerdo mi labio fuertemente y cierro los ojos esperando que las enormes ganas de llorar que tenia salieran de mi, necesitaba que todo sentimiento de tristeza saliera de mi antes de regresar a clases, faltaban alrededor de cinco minutos, me molestaba bastante el hecho en el cual estuve para el en sus días más dificiles y el hacía así lo mismo, Andrea hace años me dijo que el era demasiado egoísta y que me terminaría rompiendo el corazón, yo siempre justificaba cada comportamiento que el hacia, cada palabra, cada mentira, decía que era porque sus padres no estaban para el la mayor parte del tiempo. Defendí lo indefendible. Una parte de mi creería que podía merecer a una persona como Dylan, siempre lo pensé, que el era demasiado y que yo era demasiado para mí, me tenía con un valor nulo y el con un valor elevado al 1000. — Estas... ¿Llorando? - apenas escucho su voz intento esconderme en el libro, el hecho de que alguien me viera llorar también me avergonzaba. No podía dejar que las personas notarán que el me afectaba. Jamás me demostré débil ante los ojos de alguien más, jamás lo haría. Me gustaba poder tener el control de mis emociones, siempre me había demostrado ser una persona feliz, hoy no cambiaría. Queria ser la persona fuerte, pero como ser fuerte cuando no entendías que era lo que vivías... Que no entendidas si quiera si es que estabas viviendo. Sin embargo yo ya no tenía ese control, estaba hecha un asco emocionalmente. —Estoy estudiando.- mi voz salio aguda, era un hilo de voz que prontamente se rompería, me aclaro la garganta y respiro varias veces hasta que en realidad logro estabilizar me, no quería mirarle a los ojos, no quería que descubriera que estaba tan en lo correcto, que yo me estaba desmoronando y no podía sostenerme de ningún lugar. Me aferro al libro, pero supongo que no fue lo suficiente. Siento como me quita el libro, su mirada me pesa encima. — Es curioso, de niños hasta hoy te has mostrado como si nada te rompiera, como si fueras perfecta. ¿La niña perfecta se fue? Curiosamente el siempre me llamo así, como si fuera una especie de Regina George o algo parecido, suspiro con pesadez ante sus palabras puesto que no estaba para sus bromas. Quería pedirle que se callara, pero el no tenía la culpa de que yo estuviera pasando un mal día, sin embargo tampoco yo estaba dispuesta a escuchar sus bromas que en este momento seguramente me herían de una forma que jamás había pasado. — Realmente... Gabriel... no estoy para tus chistes ni nada parecido.-admití intentado quitarle mi libro pero no es tan sencillo, lo pone detrás de el y es cuando me doy por vencida en quitárselo, me da una pequeña mirada entre tristeza y compasión, sonríe de lado, suspiro. — No estoy jugando Hannah. - dice, se sienta frente a mi. — Siempre sonríes a pesar de estar rota, ¿Te gusta aparentar? Me gustaba no dar lastima, eso decía mamá que daba. "—A las personas créeme que no les interesa si te sientes mal, para eso me cuentas a mi, no quiero que vean que eres de ese tipo de personas. Que quieren dar lastima—" — No me gusta dar lastima.- murmure, el me sonrió, parecía la única sonrisa sincera que había recibido en bastante tiempo, era cálida. — Hagamos algo. - dice susurrando, se acerca a mi y así puedo ver sus ojos más de cerca, note que en una de sus pupilas en su ojo había como una especie de corazón, yo había escuchado una historia acerca de ello — ¿Estas dispuesta?
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