HANNAH
Así que... Siempre soñé con un cuento de hadas, que tontería.
Mamá siempre fue un campo de fuerza para mí, ella me metía las ideas en la cabeza y yo las creía. Así que cuándo era niña con el brazo de Andrea enganchado con el mío fue que empecé a creer que lo que necesitaba—y deseaba era una historia de cuentos de hadas—y por un tiempo, eso funcionaba para mí. Hasta que crecí.
Seguía cada una de las cosas que decía mí mamá, la perfección cómo la base del éxito, así que arrancando cada uno de mis cabellos con el estrés y esperando ser bastante buena en las cosas que hacía, las notas, la postura, la apariencia. Lo más cercano a la perfección. Según mis compañeros.
Según Gabriel.
Si te esfuerzas lo suficiente, podrás ser feliz como yo.
Después crecí, ya no esperaba un "Vivier
