CAPITULO 6

1855 Words
Mi padre movió un poco la tela del niqab, estaba asegurándose de que estuviera perfecto, justamente hoy había escogido uno color rojo con bordados dorados que hacían que luciera con más vida. —Hermosa, idéntica a tu madre—Le sonreí levemente, desde hacía ya muchos años que no lo escuchaba mencionar el nombre de mi madre, sabía que aun después de muchos años la herida seguía viva. Una de las sirvientas se acercó rápidamente a él con cara de preocupación. —Lamento interrumpirlo alteza pero...hay cinco camionetas en la entrada señor, Amir les ha permitido entrar—Mi padre frunció el ceño. — ¿Sabes quiénes son? —Ella negó con la cabeza, mi padre pareció pensativo por unos segundos. — ¡El Jeque! —Aniza llego casi gritando, cuando observo a mi padre se detuvo en seco y sus mejillas pálidas se tintaron—Lo siento alteza...fue un arrebato—Ahogue una risita—El Emir...Mohamed Bin Rashid está aquí señor...—Mi padre abrió los ojos sorprendido. ¡¡Alá!! Lleve una mano a la boca un poco asustada, nunca el Emir de Dubái había venido al palacio, no desde que tenía memoria. —Eso no es todo....También está la princesa Farah y su esposo Teodore Scheneider—Era inevitable no sentir que mis piernas se convirtieron en gelatina, mi padre suspiro, quería parecer calmado pero estaba segura que dentro de su cabeza estaba sacando miles de conclusiones acerca de la visita para nada esperada. —Que los sirvientes preparen un banquete y prepara varias habitaciones—Aniza lo miro con el ceño fruncido—Siempre tenemos que estar preparados—Ella pareció comprender y después se marchó. Mi padre me sonrió, ambos caminamos hacia la enorme entrada, Karim apareció portando un elegante traje smoking a medida y su hermoso cabello rubio perfectamente peinado, ahora se veía como un imponente hombre de negocios. Hice una mueca cuando observe a la mujer que tenía a lado, Zafira sonreía mientras le sostenía el brazo, al parecer habían tenido una importante charla matutina para conocerse, rodé los ojos y centre mi vista a la puerta ignorando por completo la mirada del alemán sobre mí. ¡Pero como ignorarlo si se veía de esa manera! Aghtt....Mi yo interior llevo las manos a su rostro exasperada, no podía creerlo, ese hombre me sacaba de mis casillas. —Lamento que mi familia allá llegado sin avisar, no tenía idea de que planeaban hacer este viaje—Se disculpó Karim, mi padre sonrió y negó con la cabeza. —No te preocupes, le tengo un grato cariño a Mohamed y a toda la familia Bin Rashid—Observe a mi padre centrar su vista hacia el frente y caminar a dar la bienvenida a nuestros invitados. Mohamed era un hombre demasiado alegre, de edad, pues era el abuelo de Karim, traía puesta una túnica color blanca con dorada como símbolo de su pertenecía al linaje real de Dubái. — ¡Amed viejo amigo! —Saludo el hombre con efusividad abrazando a mi padre— ¡No tienes idea de lo feliz que soy ahora que Alá me ha permitido verte de nuevo! Disculpa haber llegado de esta manera pero la ocasión lo amerita—Mi padre lo observo con el ceño fruncido como si no comprendiese. —Mi nieto tiene una respuesta...y eso tiene que celebrarse—Palmeo el hombro de mi padre—No todos los días se unen dos familias del linaje real con un matrimonio... ¡He de gastar los millones  que sean necesarios para que esta sea una celebración de la que se hable en todos los rincones del Emirato! —En eso tienes razón Mohamed—Aseguro mi padre—De ser mi hija o mi sobrina debemos celebrar—Sorprendentemente mi padre esbozo una sonrisa sincera cuando dijo aquello, había hecho lo que estaba en mis manos, incluso desobedecerlo. —Theodore ha viajado desde Berlín solo para saber quién será su futura nuera—Mi vista se centró en el alemán que acompañaba a la que supuse era la madre de Karim. ¡Por dios! Podría asegurar que Karim era un clon de su padre, lo único que cambiaba eran los años y esos ojos color grises que sin duda alguna había heredado de su madre, la cual para describirla no había palabra, hermosa se quedaba corta. Mi padre saludo con diplomacia a sus invitados, mis manos comenzaron a sudar como muestra de mi nerviosismo cuando los tres se dirigieron en mi dirección. —No tengo que adivinar cuál es su hija Emir—Dijo la madre de Karim dirigiéndose a mi padre, haciendo que la respiración se me pausara—Tiene los mismos ojos Fariha—Trague saliva cuando menciono el nombre de mi madre. —Pienso lo mismo...Ella es mi hija Jade. ¿Acaso la conocía? Como si hubiera leído mis pensamientos contesto esa pregunta. —Tu madre era una muy buena amiga mía, teníamos edades distintas pero...congeniamos bien. —Un gusto señora Schneider—No debía olvidarme que la mujer que tenía enfrente poseía un título al igual que yo. —Llámame Farah... Comida, danza, música y festividad, era lo único que se podía sentir en el ambiente, los Bin Rashid habían rentado el hotel Emirates Palace para festejar la unión que aún estaba en duda, me coloque mi vestido de seda acompañado del niqab y el abaya. —Jade—Karim me tomo del brazo y me llevo hasta uno de los muros del enorme salón, observe de reojo que mi padre no estuviera observándome—Me dejaste anoche con las palabras en la boca, debemos hablar. Rodé los ojos. —No, espero que te hayas divertido esta mañana con Zafira—El bufo. —No puedo quitármela de encima—Se lamentó mientras pasaba su mano por su cabello rubio. ¡Oh Alá! Que hombre... —Eso es lo que pasa cuando le das cabida a mi prima, esta obsesionada, después de todo debes de comenzar a soportarla. será tu esposa, si me disculpas—Me solté de su agarre—Veré que excelentes partidos han llegado desde Dubái, supongo que más que uno quiere a una princesa como esposa. El intento decir algo pero rápidamente me aleje de él, haciéndolo hacer un gesto de frustración. Sonreí, si definitivamente que se exasperara, eso sería un buen comienzo. Zafira se acercó discretamente a mí, la sonrisa que estaba establecida en sus labios no podía ser más grande, se acercó a mi oído y logro susurrar. —Te dije que sería mío. Evite contestarle y me aleje en dirección a mi padre, me senté en la butaca que había a su lado y contemple la enorme fiesta que se había montado el Emir Mohamed, había gastado mucho dinero, había más de quinientas personas observando todo el ambiente. —Desde el gobierno de mi padre hemos intentado formar lazos firmes con la familia Saadi—Hablo Mohamed—Ahora que se ha dado la oportunidad no penamos desaprovecharla, Farah ha traído algunos regalos para la princesa Jade—Me puse de pie cuando un sirviente trajo ante mí una caja, la abrió y dentro yacían muchas joyas de oro, como toda legitima mujer árabe amaba el oro, era algo que no podía explicar pero me encantaba ese tono dorado que emanaba cuando tenía contacto con el sol. —Gracias—Observa la caja por última vez y la cerré, llame a uno de los sirvientes y este se apresuró a llevarla a algún lugar seguro—No se hubiera molestado. Zafira se quedó mirándola, intentaba hacer presión en mis labios para no reírme, no le había traído nada a ella, pobre, cuando llegáramos a casa le daría uno para que no se sintiera tan excluida. Estaba nerviosa, mis manos sudaban incontrolablemente ante la espera, las horas pasaban y con ello el momento de la anunciación se acercaba, la mayoría del gremio árabe estaba aquí, Karim era la última esperanza para mi padre pues ellos mismo habían dado ese ultimátum. "Un Scheneider o nada" Ali se sentía confiado, sabía que su hija se había adherido a Karim como una lapa, y si duda alguna eso le causaba regocijo, para él Karim era una amenaza a menos que decidiera desposar a su hija. Sentí su mirada, aquellos ojos grises me observaban, me exponían y no podía negar que amaba la sensación cuando me observaba. Esos hermosos ojos grises. — ¿Qué crees que pasara padre? —Pregunte, el me miro y negó con la cabeza. —No lo sé, Scheneider es un hombre que no trasluce nada—Alzo un poco las cejas como solía hacerlo cuando tenía algún pensamiento. — ¿Cuál te gustaría que fuera su decisión? —Esa no es la pregunta adecuada, más bien ¿Cuál quieres tu que sea su decisión? —Me interrogo, sabía perfectamente cuál era mi respuesta—No importa lo que yo desee, quiero que seas feliz. Y yo quería que él lo fuera. —Lo quiero a él padre, si me toma como esposa sería muy feliz—Dije con sinceridad. Él sonrió levemente. —Estoy muy contento de estar aquí, ante todos ustedes—Mohamed llamo la atención de los invitados, era un hombre que emanaba poder, al igual que toda su familia, parecía que le gustaba hacerla de emoción—El día de hoy abriremos nuevas puertas en el comercio y la diplomacia, la familia real Saadi—Observo a mi padre el cual asintió—Estrechara lazos con mi familia, la Bin Rashid a través del matrimonio de una de sus hijas con mi nieto Karim. Quería llevar las manos a mi rostro del nerviosismo, más me contuve. ¡¡Dios!! Todo el mundo me miraba a mí y a Zafira. Alá, ayúdame, ayúdame, ayúdame, suplique. Zafira mostro su mejor sonrisa, en cambio mi expresión era inadmisible, completamente inobservable, centre mi mirada en el alemán que camino hacia mi padre mientras mi corazón latía a miles de veces por minuto, contuve la respiración. —Emir, Alí—Se dirigió a ambos, por costumbre así debía de ser, ya que ambos eran los dos familiares varones de las dos, mi padre y mi tío, en el caso se Zafira era lo mismo—Ante todos los presentes el día de hoy quisiera pedir en matrimonio la mano de... No miraba a ninguna de las dos y eso lo complico todo, sentía que de un momento a otro me ahogaría. —Su hija Emir, quiero la mano de Jade en matrimonio. Quise saltar de felicidad en ese momento, mi padre lo miro estupefacto, Ali tenía una cara de enojo que fue visible y Zafira parecía querer echarse a llorar en cualquier momento. Mi padre trago saliva. —Mi hija lo decidirá—Haciendo que uno que otro presente soltara una exclamación—Si ella está dispuesta ambos daremos nuestro consentimiento para que la boda se realice de acuerdo a las normas. Su mirada gris me recorrió, de un momento a otro me había quedado sin palabras, aspire profundamente haciendo que el aire llenara mis pulmones. —Estoy dispuesta—Respondí. La vena del cuello de Ali parecía querer explotar en cualquier segundo, apretó los puños fuertemente. —No firmare el acta—Mi padre lo miro furioso. — ¿Qué has dicho? —Pregunto, si mi padre alguna vez me hubiera mirado así me hubiera causado terror—No queremos armar un escándalo, justo aquí—Musito mi padre entre dientes. —No queremos tener problemas con la familia real de Dubái, si firmo ese acta probablemente nos lleve a un escándalo mayor cuando Karim quiera el divorcio en el mismo altar, es considerable mi decisión debido a que nadie ha visto a la princesa—Me estremecí. ¡Acaso estaba dejándome en evidencia! —Lamento no estar de acuerdo con usted Ali—La voz de Karim sonó muy segura—Yo decido con quien casarme, considero correcto que solo firme los papeles y se evite todo este escándalo, si usted no quiere podemos buscar a alguien más de la familia que esté dispuesto a hacerlo. —Le diré a Zamir que lo haga—Ataco mi padre, el tío Zamir era hermano de mi madre, Ali alzo las manos rendido, ante la negativa de Karim no había nada que discutir. —Que sea como Emir dice—Espeto entre dientes con una sonrisa falsa. Por suerte nadie había escuchado esa pequeña discusión, algo que decía que había ganado la batalla pero no la guerra.
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