Entre a la habitación de invitados que mi padre le había asignado, era extraño estar allí, después de todo era una prohibición que estaba violando.
—Debo de admitir que estoy sorprendido—Él se pasó las manos por su cabello—Podrías meterte en problemas Jade, será mejor que regreses, alguien puede tocar a la puerta y mal interpretar las cosas—Negué.
—Me lastima saber que ya has escogido Karim—El parpadeo como si no pudiera comprender como lo sabía—Lo siento...he escuchado sin querer—Él estaba nervioso, fue perceptible cuando observe su mejilla, estaba mordiéndola internamente como muestra de sus nervios.
—Lo siento Jade pero...creo que he tomado una decisión—Se disculpó.
—No tienes ni idea de cómo me duele que me sacaras del juego sin ni siquiera dejarme jugar—Observe la estancia, intentando no mirarlo a la cara—Por lo menos tenías que probar lo buena que era...Después de todo la decisión la gano la que no traía niqab—Bufe—Pensar de que era capaz de todo...
El entrecerró los ojos, para después formular una pregunta.
—Dime Jade, ¿Qué estarías dispuesta a hacer por salvar a tu padre? —Supuse que esa era la pregunta que más pude haber esperado, pues tenía en mi mente una muy buena respuesta.
Me acerque a él, estábamos tan cerca que su colonia llego a mis sentidos descolocándome un poco, sin embargo me estabilice de inmediato, coloque mi mano en su hombro, aquel roce provoco que mis mejillas se pusieran rojas debajo del niqab por suerte estaba cubierta, si no mi vergüenza quedaría expuesta.
Mis labios se acercaron a su oído, lo sentí ponerse tenso y eso provoco que riera. Su aroma era una tentación para mí y sus labios lo complicaban todo, su leve barba rubia oscura me provoco cosquillas...ese hombre era un divina creación de Alá.
—Soy capaz de entregarme a ti, en cuerpo y alma—Logre susurrar, me aleje de él y conecte mi mirada con la suya—Y como prueba serás el primer hombre en ver que es lo que hay debajo del jilbab...
Narra Karim
Trague saliva cuando escuche aquellas palabras, mi subconsciente dictaba que la detuviera, estaba arriesgando demasiado para hacerme cambiar una decisión que estaba a nada de poner en duda, en cambio mi mente y corazón dictaban que la observara, sentía una inmensa curiosidad de saber que escondía debajo.
Probablemente su cuerpo estaría cubierto por unos jeans o algo por el estilo, las mujeres solían llevar ropa normal debajo de las túnicas que cubrían sus cuerpos como señal de pureza, solo su esposo sabía que había debajo, solo las paredes de la habitación y su marido mismo podía apreciar la belleza de su desnudez.
Llevo las manos a su cabeza y comenzó a quitar el manto del niqab ante mi atenta mirada, poco a poco su rostro quedo a la vista.
¡¡Maldita sea!!
No podía creer lo que mis ojos veían, cuando termino de quitarse todo levanto la mirada dejándome observándola con total libertad.
Piel morena pero sin ninguna mancha ocasionada por los rayos del sol, cejas perfectamente perfiladas en forma perfectamente curva y gruesa, la forma de su nariz era distintiva de las mujeres árabes, una nariz perfecta, perfilada, y un rostro que parecía haber sido esculpido por la misma diosa afrodita. Cabello oscuro, n***o, tan largo que rosaba sus muslos, parecía una inmensa cascada, lacio, completamente lacio.
Sus labios eran carnosos y perfectos, estaban entre abiertos ansiando ser besados.
Solo había una palabra para describirla: PERFECCIÓN, hecha mujer.
Quería ir donde Amed y propinarle un buen golpe en el rostro por evitar que se admirara una belleza tan exótica como lo era su hija, más me contuve y me sentí completamente honrado de ser el primer hombre a excepción de él que la había podido observar con total grandeza, tal y como lo estaba haciendo ahora.
—Dios mío Jade...Yo no...—Me sentía...ni siquiera tenía palabras para describir lo que sentía.
—Escógeme a mi Karim...Esta soy yo...y es lo único que puedo ofrecerte...a mí misma—Acerque mi mano a su rostro y debe que mis dedos acariciaran su delicado rostro, ella se acercó más y la observe cerrar sus bellos ojos a mi tacto.
Se alejó un poco y se quitó el jilbab dándome una vista del vestido color perla que cubría su cuerpo, nada comparado con los jeans que esperaba, alce las cejas ante la sorpresa... Su cuerpo era un perfecto reloj de arena, con curvas donde debería tenerlas una mujer sensual y seductora.
— ¿Qué hizo ella para hacer que la escogieras? —Su pregunta me tomo por sorpresa, Zafira era bonita, pero ahora que conocía a Jade sabía que su belleza solo era una pequeña porción de lo que la mujer que tenía enfrente poseía—Su danza hace que los hombres caigan a sus pies...lo se...y si es lo que te gusta puedo hacerlo para ti también...solo que no ahora—Bajo la mirada y negó con la cabeza—Tómalo como mi garantía de que si no me escoges seguiré teniendo la misma validez como si lo hubieras hecho...solo te pido que lo que ha pasado esta noche quede solo en tus pensamientos y en los míos—Suspiro—No quiero tener problemas...supongo que sabes a lo que me refiero.
Ella se llevó las manos al pecho cuando el silencio de la habitación se vio interrumpido por el sonido de la puerta, un leve toque indicando que alguien aguardaba afuera.
Lleve las manos a mis labios indicando que guardara silencio, levante de la cama el jilbab y lo puse en sus brazos, rápidamente la tome por la espalda y la conduje al armario.
—Espera aquí, veré quien toca la puerta y cuando se allá marchado volveré por ti—Ella asintió asustada y apretó fuertemente la fina tela que tenía en sus manos.
Abrí la puerta un poco molesta.
¿Quién demonios se empeñaba en molestar tan tarde?
—¿Qué sucede? —Dije cuando abrí el pomo, Zafira entro a la habitación con su cabello ondulado cayéndole por los hombros, si alguno de los Saadi entrara ahora sería hombre muerto.
— ¿Pensé que estarías contento de verme? — ¡Maldita sea!
NARRA JADE
Suspire cuando escuche la voz de Zafira, nunca en la vida había estado más feliz de escuchar su voz y no la de otra persona como por ejemplo la de Alí o peor la de mi padre.
Su tono me dio a indicar que ella estaba más involucrada con Karim de lo que yo pensaba.
—Basta Zafira...quiero que regreses a tu habitación antes de que Alí venga y me metas en problemas muy serios—Karim no parecía contento.
—Vamos Habibi...no tengo porque hacer eso, además...qué más da, mañana le dirás a mi padre lo de nuestra boda ¿verdad? —Ella chillo—¡¡Estoy tan contenta!!
Apreté los puños y poco a poco sentí mis dedos tronar ante la presión. Observe por la ranura del armario y la observe, cabello suelto de manera irrespetuosa...nunca pensé que Zafira pudiera llegar a romper las reglas de tal manera, más sin embargo me sentía como una sinvergüenza al decir aquello...pues lleve las manos a mi cabello, estaba de las misma manera descubierto, sin ninguna clase de pudor. A lo que aún no daba crédito era que Karim le hubiera dicho su decisión tan...tan a la ligera.
—Respecto a eso...
— ¿No estás pensando en retractarte? —Karim se alejó de ella.
—Nunca te asegure nada, solo dije que tal vez mi madre y tu congeniarían bien...haz mal interpretado las cosas.
Observe entre mis jilbab buscando el niqab, rápidamente desdoble la ropa y efectivamente no estaba allí.
¡¡POR FAVOR ALÁ AYUDAME!!!
— ¿De dónde has sacado esto Karim? —Trague saliva.
— ¿A qué te refieres? —El pareció no comprender, pero cuando observo que Zafira se ponía de cuclillas para tomar la tela color café del suelo una expresión de terror paso por su rostro pero antes de que mi prima la notara...se esfumo, era un hombre que sabía cómo improvisar.
—Ahhh...es un regalo para mi madre—Le restó importancia—Supongo que alguien de la servidumbre debió de haberlo tropezado—levante la mirada para poder observar con más precisión a través de la ranura. Zafira hizo una mueca y negó con la cabeza.
—La servidumbre aquí es despistada...pero este niqab tiene un olor peculiar...estoy segura que esta fragancia la he olido en alguna parte—Mi prima no parecía del todo convencida...más sin embargo se dio la vuelta.
—Presiento que mi visita no fue muy esperada de tu parte, no quiero tener problemas...nos vemos mañana Habibi—Comprimí las ganas que tenia de ir y ahorcarla con mis manos, Habibi, ¡¡Habibi!! Aun no era su marido para que lo llamara de tal manera.
Karim abrió la puerta del armario y yo salí como un torbellino arrebatándole de sus manos el niqab, rápidamente me metí dentro de la tela color café y coloque correctamente el niqab bajo su atenta mirada.
—Jade...vamos a hablar—Negué con la cabeza.
— ¿Quieres que hablemos? —Me quite el niqab para que observara mi rostro y sonreí levemente —Lo haremos cuando arregles con mi padre el contrato prenupcial...que pases buenas noches Karim...