Aleister fue a buscar a Draven, lo más seguro era que estuviera en las profundidades del bosque donde ellos entrenaban sus dones cada mañana fuera de la vista de los mundanos para tener control sobre si mismos.
Precisamente lo encontró allí intentando con todas sus fuerzas controlar su hipnosis, Aleister se rio de él al ver como sus ojos perdían intensidad y no lograba aun poder dominar su control mental.
—¿De qué te ríes? —pregunto enojado con intenciones de clavarle algo puntiagudo.
—De que más voy a reírme, de lo inútil que eres, claro está —contesto con burla.
—Ah sí, eso crees —Draven se abalanzó contra Aleister, pero no sirvió de nada pues cayó al suelo sin tener la oportunidad de siquiera tocar a su hermano mayor, quien se había quitado sin esfuerzo.
—No es justo —reclamo el menor —. Tú tienes privilegios.
Aleister frunció el ceño y esta vez se enojó; Ataco a Draven y lo dejo tirado en el suelo quejándose de dolor.
—¿No es justo? Enserio —pregunto con ira —. ¿Dime que no es justo? Vivir aislado durante casi setecientos años o vivir con miedo toda tu vida porque pasaste quinientos años torturado, violentado y casi asesinado por tu propio padre. Vamos Draven, háblame de lo injusta que ha sido tu vida comparada con la mía. No señor, háblame de injusticia cuando hayas tenido que cargar con todos mis demonios y aun tengas ganas de seguir adelante y proteger lo único que importa, Desmond. No un maldito llorón, malcriado, egoísta que piensa solo en su propio tormento. Sino comienzas actuar como lo que eres, un adulto, tendré que empezar a enseñarte a actuar como tal.
—¡¿Vas a convertirte en papá?! —grito el menor. Aleister lo miro sin expresión y Draven se arrepintió de sus palabras —. Lo lamento, yo no…
—Escúchame Draven —interrumpió —, estas empezando a cansarme, tu actitud comienza a fastidiarme, así que, has lo que se te dé la gana, pero no vas a poner en riesgo la inocencia de Desmond, no voy a permitírtelo, tú y yo estamos en un punto que no tiene retorno, pero él no tiene la culpa de tus estupideces y no voy a permitir que nos arrastres.
Aleister le dio la espalda y Draven comenzó a llorar, porque sabía que su hermano tenía razón en todo, Pero en este momento Draven estaba demasiado molesto como para admitirlo. Quizá después de todo el chico no estaba enojado por tener que irse de allí, más bien, estaba enfadado porque tenía celos de su hermano mayor y miedo, porque Aleister podía dejarlo cuando quisiera, sin mirar atrás y eso lo asustaba, le aterraba el hecho de saber que mañana Aleister podía no estar allí y simplemente él era incapaz de poder seguirlo, porque era únicamente una carga.
………………………
—Hannah, el demonio más fuerte después de Amón —relato su madre, mientras sus tres hijos disfrutaban de un desayuno ameno —, estos demonios son meramente acuáticos y habitan en mares, ríos, lagos o lagunas. El tamaño de estos demonios no es mayor a un metro treinta, sus colores son tonalidades verdes claras, oscuras, pasteles o suaves, su figura es la mezcla de un humano con cola, poseen tres ojos, piel llena de escamas, branquias y aletas.
El poder de estos demonios consiste en su hermosa voz, la cual atrae a cualquier ser, logrando poner en marcha sus habilidades ilusorias cuando la víctima se calma ante la melodía de su voz, esta puede caer en ilusiones, dependiendo del grado de experiencia y control, la fantasía puede cobrar vida en la realidad logrando infringir daño físico o psicológico en la victima, o viceversa, bienestar y curación.
—¡Asombroso! —exclamo Desmond fascinado —. Habla sobre Bel mami. Cuéntanos sobre él, ese demonio es mi favorito —admitió el chico mordiendo con emoción su panecillo.
—El tercer pecado capital es conocido como Bel, este es sublime, porque comparte la apariencia física de dos animales, el águila y el león, poseyendo poderosas alas igual o más hermosas que las de los ángeles, las cuales le permitían volar por donde quiera. Sus poderes consisten en detener el tiempo, desde veinte a treinta minutos; los más poderosos pueden detenerlo incluso por una hora. Además, en su poderoso pico pueden concentrar una gran cantidad de poder dándole forma de una esfera y lanzarla a un lugar o persona específica para matar o destruir.
—¿Qué hay de Baal? —pregunto Draven indignado —. Él es más grandioso que tu Bel.
—Claro que no —replico Desmond.
—Oh por dios Desmond, él controla los cinco elementos y no solo eso, los climas, los estados de la materia y mucho más, dile mamá —exigió Draven.
—Bueno, el cuarto pecado capital se caracteriza por sus cinco patas, que quizá por ello no le agrada a Desmond, porque puede ser un poco temible para los niños, cada pata asemeja a una especie diferente; un ave, un reptil, un carnívoro, un herbívoro y la última es humana, su cara posee seis diferentes ojos y sus colores son una gama de cafés claros u oscuros.
Claro que sus poderes son asombrosos como: controlar el clima y no solo eso, es capaz de adoptar el estado de la materia, ósea convertirse en la lluvia, neblina, rayos, fuego, etcétera. Además de su control sobre todos los fenómenos naturales. El gran Baal junto con Amón, Hannah y Nina cedieron su sangre a los vampiros con el fin de apoyarnos, y gracias a ello no hemos llegado a la extinción. Sin embargo, esa sangre aún sigue sin ser utilizada por ningún vampiro, porque nuestra familia es más poderosa de lo que pudieron imaginar esos arcángeles y estamos a punto de ganar y llevarlos a la extinción.
—No olvides entonces a Nina —hablo Aleister esta vez, defendiendo al demonio que había sido lo suficiente generoso y consiente del estado crítico de las razas para ceder sus poderes a los vampiros aceptando las consecuencias que esto podía traer en un futuro —, el quinto pecado capital es igual de importante que Bel y Baal, ¿no?
—Claro mi amor, estos son mis favoritos. A pesar de su tamaño de diez o quince centímetros de alto, son creaturas hermosas con apariencia casi humana, que brillan con sus colores y tonos únicos dejando un rastro de energía que parece polvo mágico, mejores conocidos como hadas.
Los poderes de estas creaturas consisten en la posesión de cuerpos con vida o sin ella, pueden acceder a la información, conocimiento, memoria, recuerdos y demás pensamientos del sujeto en cuestión. Logrando obtener información y ser un espía encubierto por un tiempo determinado o prolongado.
—¿Ya te olvidaste de Paimon mami? —pregunto Desmond con ternura.
—Claro que no mi amor, pero ya es hora de ir a practicar tus lecciones con tus hermanos —advirtió Elizabeth mientras Desmond hacia un puchero —. Está bien, Paimon, el antepenúltimo demonio, nadie sabe cómo luce realmente, su poder consiste en cambiar de forma y tamaño a voluntad apropiándose a veces de la apariencia física del ser que quiera, incluso pueden ser objetos inanimados. También tienen la habilidad de mover objetos a voluntad con solo pensarlo.
Este demonio suele ser más un problema que una ayuda, pues ama hacer bromas y estar jugando todo el tiempo o descansando en algún lugar fingiendo ser un árbol, una flor o cualquier cosa entre los sobrenaturales. Es difícil poder controlarlos y mantenerlos vigilados.
—En ese caso termina de una vez con los siete pecados mamá —dijo Draven —. No puedes dejar afuera de tu relato a Ariel.
—No, se les hace tarde —negó Elizabeth.
—Anda mamá, sino no podré irme concentrado a entrenar —hablo Desmond sin querer irse.
—Que sería de nosotros sino sabemos de ese tal Ariel, es transcendental esa información —dijo Aleister rodando los ojos. Después de todo, él sabia aquella información de memoria.
—Bien, me rindo —admitió Elizabeth al ver la insistencia de su niño pequeño que al parecer era al único que le interesaba y no entendía el sarcasmo de su hermano mayor. Por su parte, Draven intentaba fingir con todas sus fuerzas verse igual de aburrido que Aleister, pero era evidente que a él también le encantaba escuchar sobre ello.
—El ultimo demonio es Ariel, él tiene la capacidad de aumentar emociones, puede sembrar sentimientos buenos o malos en cualquier ser, despertando el odio o el amor de su víctima. Además, pueden darle vida a algo casi muerto o llevar la muerte a algo lleno de vida, su poder es conocido como: El corrompe almas. Ariel es de color magenta y tienen la capacidad de cambiar de tamaño a su antojo, volviéndose gigante o pequeño.
—Maravilloso, simplemente los siete pecados capitales son sorprendentes —admitió Desmond cautivado.
—Si demasiado, vámonos ya antes de que sea más tarde —ordeno Aleister con seriedad. Sus hermanos tomaron sus cosas y se dispusieron a salir.
—Aleister —llamo su madre —. Cuida a tus hermanos, en una semana nos iremos, pero debes estar alerta mi amor, no los descuiden ningún momento. Por favor. —Aleister asintió y salió junto con sus hermanos, él chico tampoco estaba en su mejor momento, tenía miedo, cada día, cada minuto e incluso cada segundo que pasaban allí era un riesgo. Porque si los ordinarios sospechaban de alguien, era cuestión de minutos para que los arcángeles llegaran al pueblo y comenzaran una cacería que terminaría con toda su familia.
Aleister salió siendo consciente de que la situación cada vez estaba peor, pronto ninguna r**a quedaría viva para contar la historia de una vida llena de miseria, terror y muerte.