Me dolía todo el cuerpo, intentaba abrir los ojos pero no podía. ¿Qué me pasó? Todo pasó como flash por mi mente, y me pare rápidamente. Mala idea, me maree y caí al suelo.
Gracias a Dios estaba en mi cuarto, a tientas llegue al baño. Mi pijama estaba cambiada, ese maldito, juro que cuando lo vea lo mato. Esperen, tenía otra pijama, me vio desnuda, ay por Dios ¿y si me toco? ¡O me violó! No, dudo que me haya violado, me dolería ahí abajo. Creo.
En mi cuello había una clase de tatuaje, era una A y sobre esta pasaba otra, entrelazándola con lo que parecía ser una corona. ¿Qué demonios? Ahora sí lo mato con más ganas cuando lo vea.
El tipo está loco o que, nada de lo que pasó anoche era normal, primero los rayos, luego se va la luz, la maldita oscuridad, y de pronto llega este chico que apenas lo conozco y me muerde.
O sea, era un fanático de los vampiros ¿o que?, ya me estaba empezando a asustar, tenía que hacer algo rápido.
¿Pero qué? No iría a la policía con el cuento de que un chico extremadamente sexy me mordió y me tatuó el cuello anoche. Pensarían que estoy loca. Aunque he de admitir que el chico tenía una aura oscura. Pero es lindo.
¿Pero qué estoy diciendo? ¿Por qué me estoy tomando todo esto a la ligera? Otra en mi lugar estaría volviéndose loca, porque un maldito acosador llega y te suelta que eres suya y te muerde. Eso no tiene sentido.
¡Dios! ¿Qué voy hacer?
Si ya se, mientras tanto ir a la universidad y hablar con Dianna.
Ella me tiene que explicar de dónde conoce ese chico, quien es, que sabe de él.
Esto es demasiado extraño. Si, ya estoy asustada. Ese chico me intimida.
Cuando salgo de la ducha, me pongo unos jeans apretados, un top blanco con diseños negros y unos zapatos negros altos. Me maquillo un poco y dejó mi pelo suelto para intentar tapar el maldito tatuaje.
Recojo todo y salgo fuera, no desayunare, quizás lo haga en la universidad, subo al ascensor y en el piso 7 sube un chico... Dios esta buenísimo.
-Hola. - dice con una sonrisa.
Es un castaño, de tes un poco morena y ojos avellana.
-Hola.
-¿Eres nueva? Nunca te había visto.
-Bueno algo así, tengo algo más de una semana viviendo aquí. - digo con una sonrisa.
-Oh, eso lo explica. Me llamo Brandon.
-Ileana. -
-Lindo nombre para una linda chica.
-Gracias. - dije sonrojada.
-Bueno, espero volver a vernos, si necesitas algo vivo en el 7B.
-Claro, adiós.
Me dirigí a mi auto y antes de subir, escucho que me llaman. Cuando volteo veo a Brandon.
-Oh, este, bueno... Aquí está mi número, por si acaso.
-Esta bien.
Vi que se marchó, y estaba apunto de subir de nuevo cuando alguien me agarra del brazo.
-¿Qué hablabas con ese? -Dice con su fría voz.
¿De dónde salió? Eso no importa, el acosador estaba frente a ti. Creo que todo sentido abandono mi cuerpo.
-¿Qué quieres? No te basto tu intento de vampiro anoche. - dije intentando sonar ¿fuerte? Bueno, intento fallido. Escuche como ¿gruño? ¿Qué es ahora, un perro?
-Soy algo mejor, preciosa.
¿Cómo supo que estaba pensado? Esto me está asustando.
-Lárgate, Deavon. No quiero verte cerca de mi.
-Oh querida, me veras cuantas veces quiera, eres mía bonita. Ah y no quiero verte cerca del tipo ese.
Y se fue, este que se cree.
Cuando llegue a la universidad la mayoría me hacía reverencia, ¿Qué demonios? Esto no estaba bien, hasta me daban ganas de llorar de la frustración. Ok exagero, pero esto no es normal.
-¡Ileana! - suerte. Ya me había asustado.
-¡Dianna, necesito hablar contigo!
-Ok, al paso chica. ¿A ver qué pasó?
-Recuerdas ese chico que me presentaste ayer. Deavon. - asintió con la cabeza. - pues anoche se metió a mi edificio y me mordió, me dijo que era suya, y hasta me tatúo. Oh y eso no es todo ¡me cambio de ropa!
-Uih que sexy, me estás diciendo que tuviste sexo con el.
-¿Qué? ¡No! Te estoy diciendo que el tipo está loco, se cree vampiro, me mordió el cuello, me tatúo ahí mismo y cuando me desmayé me cambio de ropa. Mira aquí está el tatuaje - dije enseñándole mi cuello.
Vi como sus ojos se agrandaron de sorpresa y luego me miró confundida.
-Ileana cariño, ¿te sientes bien? Porque no tienes nada en el cuello.
-¿qué? - dije sacando un espejo. Estaba ahí. - Me estás jodiendo, tengo un tatuaje en el cuello.
-No, no tienes nada en el cuello.
-¡Qué si! Te digo que el tipo me mordió y luego me hizo esto. - dije señalando mi cuello.
-Yo te creo. Quizás. - dijo susurrado esto último. - pero de verdad Ileana, no tienes nada en el cuello. Te lo juro. Quizás anoche te golpeaste la cabeza, ¿quieres ir al hospital?
Suspiré frustrada, ¿Qué demonios está pasando?
-No, no quiero ir. De verdad sé que tengo un puto tatuaje en el cuello y si me estás tomando el pelo para joderme... Lo estás logrando.
-Creo que la que me está tomando el pelo eres tú. - suspiro. - ya sé que te gusto el chico, pero no para tanto.
-Piensa lo que quieras. -
Me fui de su lado, ella no me creía.
-Ileana.
Mierda, ¿Quién dijo eso? Ya estoy volviéndome loca, necesito un médico. Urgente.
-no estás loca preciosa, soy Deavon... Es solo para decirte que tu amiguita no puede ver la marca.
Oh Créeme que ya me di cuenta... Esperen, ¿qué? Maldito estúpido de mierda, ¡Salte de mi cabeza!
-Como quieras. Prepárate, pronto voy por ti.
Jódete. Antes de irte, ¿Cómo puedes hacer esto?
-Conexión bonita, conexión... Adiós.
Quizás y solo lo imagine, eso no era posible, nadie te puede hablar en tu mente, que conexión de mierda... Todos sabemos que eso no es posible. ¿O sí?
No, no es posible. Qué pasa Ileana, estás dudando de tu propia palabra. No te la creo. Suspiré frustrada. Tengo un mal presentimiento de todo esto. Pronto mi miserable vida va a cambiar, lo presiento. Lo malo es que temo que sea para mal.