La confrontación con Sombra Oscura no fue una batalla común, sino una tormenta incontrolable de furia desatada y una desesperación abrumadora que parecía consumir el aire. Rayo de Sol se lanzó con la fuerza explosiva de un rayo, sus colmillos afilados buscando desesperadamente la forma nebulosa de su elusivo enemigo. Pero Sombra Oscura no era un lobo convencional, ni una bestia de carne y hueso que pudiera ser herida fácilmente; era la encarnación misma del miedo ancestral, un ser forjado de la miseria profunda y el sufrimiento latente del bosque, haciéndolo casi invencible. "¡Inútil, pequeño iluso!" resonó la voz gutural de Sombra Oscura, multiplicándose ominosamente y reverberando por todo el valle desolado, creando un coro de desdicha que oprimía el pecho de Rayo de Sol. "¡Tu rabia

