—No Marina, ya me encargo yo de esto.
—¿De verdad?
—Que si cielo, no te preocupes de verdad.
—Vale, bueno, voy a seguir comprando.
—Yo igual, luego en caja lo digo y pago.
—Adiós, María Jesús.
—Adiós, preciosa.
Me da un beso en la mejilla y me voy. Me quedo un poco cortada, no me esperaba que hiciese eso. Ya me llevo bien con la maestra de mates el primer día. Sigo comprando, intentando quitarle importancia a lo ocurrido, cojo la bebida y voy a esperar en la cola.
Después de 5 minutos, llega mi turno. La cajera me saluda y va pasando los productos, me dice el pago total. Veo que María Jesús viene a la misma caja.
—Perdone, esa mujer tiró un bote en el pasillo de refrigeración, aquí tiene también el dinero del bote roto.
—Vale , muchas gracias.
Me voy casi corriendo, no quiero que venga a por mí y me regañe por ello. Camino unos 20 minutos hasta mi casa. Cuando llego, abro la puerta como puedo y cierro la puerta.
Pongo las bolsas en la encimera de la cocina. Voy guardando la comida y mientras, pensando que me dejo preparado para mañana de comer.
Decido al cabo de un rato, hacerme una tortilla de patatas. Es una de mis comidas favoritas. Miro la hora y son las 20:30 , así que voy a mi habitación para coger ropa y ducharme.
Cojo la ropa y me meto en el baño de mi habitación. Me meto en la ducha, mientras suena AC/DC de mi móvil. Me baño tranquilamente, total, no tengo ninguna prisa en este momento.
Salgo de la bañera, quito el tapón y se traga todo el agua. Me comienzo a secar, cuando me miro los brazos. Tengo unas señales blancas, son de los cortes ya curados.
Cada vez que los miro , me entran escalofríos. Recordar ese tiempo , donde sufría buylling , donde solo quería desaparecer, ese tiempo dónde era una chica s*****a.
Sacudo mi cabeza y sigo secándome el cuerpo. Termino y me visto. Después me seco el pelo y salgo. Bajo a la cocina y echo a lavar la ropa sucia. Cuando iba a la habitación de nuevo, miro la hora, son las 21:25, voy a hacer ya la cena.
Voy a mi habitación y cojo el móvil. Vuelvo a bajar y cuando ya estaba a punto de llegar a la cocina, alguien llama a la puerta. Me acerco y miro por la mirilla. Abro la puerta.
—Hola.
—Hola , ¿qué haces aquí?
Entra con total libertad a la casa y se sienta en el sofá.
—Por favor , entre en mi casa , tiene mi total permiso.
Ella se ríe y yo también.
—¿Qué haces aquí? ¿Cómo que ha venido a mi humilde morada?
—Oh vamos Marina , no me trates como una señora, soy tu mejor amiga.
—Claro , una mejor amiga que deja sola a la otra.
—Por favor nena, no te pongas así. Además, no parece que te importó.
—¿Por qué lo dices ? —cierro la puerta y me pongo a su lado.
—Algo te pasa con la de Lengua, ¿o me lo vas a negar?
—No pasa nada , Elisabet.
—¿Pedimos pizza para cenar?
Tiene la manía de cambiar de tema cuando le conviene o no consigue la respuesta que busca.
—Tú te vas a tu casa.
—Pero ya le avisé a mis padres.
—Me da igual Elisabet, haberme avisado antes a mi.
—¿Ya tienes planes ? ¿Con quién?
—No, no tengo, pero debistes avisarme antes.
—Por favor , déjame quedarme.
Me pone cara de un cachorrito que pasa hambre. ¿Se cree que caeré? Pues intuye bien. Caeré seguramente. Siempre caigo en suplicas cuando vienen acompañadas de cara de pena. Y más de mi mejor amiga. Lo peor es que lo sabe de sobra y lo utiliza a su favor.
—Bueno, está bien.
—¡¡¡BIIIEEEN!!!
Me abraza muy fuerte y empieza a saltar como una loca por todo el salón. Es una loca . Pero la quiero así, y mucho.
—¿Vemos una peli ? ¿Pedimos pizza? ¿Invito a más gente? Hacemos..?
—Calma, no haremos nada de eso.
La he cortado, porque si no me comía la cabeza de nuevo. Mis padres no me han dejado dinero para que me lo gaste en tonterías ni fiestas. Aunque Elisabet siempre piensa lo contrario.
—¿Vemos una peli al menos?
—No, cenamos y a la cama. Estoy muy cansada.
—Aburriiidaaa —se echa hacia atrás.
—Y estoy orgullosa de serlo.
—Uuf...vale, ¿qué hay de cenar?
—Pizza que me sobró del mediodía.
—Pues a comer.
Cojo la pizza y la caliento. Tras calentarla , la reparto por la mitad en dos platos y nos lo comemos mientras hablamos. De pronto, se me viene a la cabeza , Ana, la de Lengua. Exactamente cuando me dijo preciosa. ¿Qué me pasa con ella? No me la saco de la cabeza.
—Tierra llamando a Marina, ¿está?
—Ya tonta.
—¿Qué pensabas?
—Nada.
—Ok.
Terminamos de comer y subimos a la habitación. Nos ponemos los pijamas, le he dejado uno mío, y lavamos los dientes.
—Oye Elisabet , ¿la profe de mates te cae bien?
—Si, es mucho mejor que la arpía del año pasado.
—Me la he encontrado esta tarde en el supermercado.
—¿Y que ha pasado?
—Bueno nada, nos hemos saludado y eso.
—¿Y ya?
—Si...¿qué querías que pasara?
—Algo más emocionante.
—No sé que podría haber pasado para que fuese emocionante, buenas noches.
—Buenas noches.
Cada una se gira hacia un lado y nos dormimos rápidamente.