EPILOGO

483 Words
Estoy corriendo por un bosque oscuro, solo me alumbra la luna y las estrellas. Siento como el aire se va escapando de mis pulmones, pero me niego a dejar de correr. Él me sigue persiguiendo como cada noche, aun no puedo ver su rostro, siempre lo lleva escondido debajo de un pasamontaña. No sé qué es está extraña sensación de excitación al ser perseguida por un extraño, en un desolado bosque, donde solo se escucha el sonido de la brisa y de mi respiración. Mi centro se calienta y un corrientoso recorre toda mi espina dorsal, quiero que me atrape y ver que va hacer cuando me tenga en sus manos. Por eso sigo corriendo, por qué me excita y me calienta sentirme en peligro, pensar que, si me dejo atrapar, puede follarme tan duro y salvaje. -¿Por qué sigues corriendo conejo? – Su voz, hace que mi piel se erice, y que mis bragas se mojen. No soy alguien normal, esto es un problema. Nadie en su sano juicio la excita que un desconocido la persiga. -Si te atrapo, voy a castigarte. Siento como la adrenalina recorre todo mi cuerpo, como mi corazón bombea tan rápido que tengo miedo que pueda morir de un infarto. Yo sigo en silencio, pero corriendo, quiero ver hasta donde es capaz de llegar cuando me atrape. Miro hacia atrás para ver, si aún está detrás de mí, pero no veo a nadie, así que, me detengo. Intento tomar un poco de aire cuando, siento que unas manos se posan en mi cadera y otra en mi boca. Comienzan a cortarme el flujo de aire y mi cuerpo responde a esa acción, se estremece y se agita, tengo las bragas húmedas y mi coño no deja de gotear. -¡Te atrape! – Me tiran al suelo y se suben encima de mí, peleo y peleo, pero es solo para no ponérsela fácil, o quizás es porque eso haría alguien normal, luchar para salvar su vida – Te voy a follar tan duro, que no vas a poder a caminar, te voy a marcar la piel y te voy a poner a gritar, hasta que tus cuerdas vocales ya no puedan más. Y, aun así, me pedirás mas. Lleva una de sus manos a uno de mis muslos y comienza a recorrerlo lentamente, quiero poder verle el rostro, quiero saber quién es el que me persigue cada noche y que por fin me ha atrapado. Su mano llega a mi centro y con sus dedos juega con mis pliegues, siento como introduce uno y después otro. Se me escapa un jadeo. -Que conejita tan perversa – Sisea – Mira que mojada estas, por mí. Una suave risa se siente y… Despierto… Otra vez el mismo sueño, otra vez me levanto agitada y excitada. Otra noche en la que el desconocido se cuela en mi cabeza.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD