AGNA
Ya habían terminado las vacaciones de verano, las había sentido tan largas, dirán que soy rara, pero me gusta ir a la escuela, soy un de las mejores de mi clase, ya me encuentro en último año, y cuando me gradúe quiero estudiar Gestión gerencial o administración de empresa, para poder encargarme del negocio de mis padres y poder hacerla una gran empresa.
Soy de clase media, no tengo lujos, pero tampoco me ha hecho falta nada, asisto a una escuela para niños ricos, aquí en Londres, soy alemana, pero básicamente he pasado casi toda mi vida aquí, mis padres decidieron instalarse en esta ciudad cuando yo tenía 5 años. Entré a la escuela Westminster School por medio de una beca estudiantil, y prácticamente he estudiado toda mi secundaria con esa beca. Siempre trato de mantener mis buenas calificaciones, pasar desapercibida es uno de mis fuertes, realmente cuando uno es muy notorio y saben que es becado le hacen la vida difícil, y yo solo quiero terminar bien mis estudios para poder entrar a la mejor universidad del país.
Por eso a lo largo de los años, intento no llamar mucho la atención, tengo dos grandes amigos Emily Taylor y Ilán Davies, ellos si son de clase alta, sus padres son de las familias más influyentes de aquí de Londres, al principio cuando llegue al país, por un traslado de empleo de mi padre, que es de acá, me costaba mucho adaptarme, somos extranjeros en un país, bastante elitista.
Emily y Ilán se acercaron a mí, ellos eran amigos desde pequeños, y al verme sola cuando ingresé al colegio decidieron hacerme parte de su pequeño grupo y desde ahí no nos hemos vuelto a separar, no sé qué sería de mi vida si ellos no estuvieran conmigo, hacen mis días más llevaderos, porque a pesar de que me gusta ir a estudiar, en la escuela es como vivir en un constante campo de batalla, allí no tienes amigos, solo son conexiones para tú futuro.
Doy gracias al cielo el haberme puesto en mi camino a esos dos, realmente lo son todo para mí.
-¡Coneja despierta por favor! -La voz de mi madre me sacó de mis pensamientos, suele decirme coneja, porque amo las zanahorias, si, ya había dicho que soy rara…
-¡Ya estoy lista madre! – Contesto aun desde la comodidad de mi cama.
Aun no me había levantado de la cama, pero eso no es problema, no soy del tipo de chica que suele durar horas arreglándose, me gusta vestir casual y muy deportiva, Emily lo odia, dice que siente que no tiene una amiga y un amigo sino, dos amigos.
No sé qué le encuentran de lindo durar horas y horas arreglándose, total, solo vamos a estudiar.
Termine de arreglarme y baje a desayunar, mis padres ya casi terminaban así que me tocó comer algo ligero.
-¿Ya estas lista? Hoy te llevaré al colegio - Dice mi padre, después de dar un sorbo a café.
Hace semanas que no tengo mi auto. Los chicos se habían ofrecido a llevarme todos los días, pero sentía que era una molestia, así que, decidí tomar el autobús, pero a mis padres no les agrada mucho la idea, ya que, soy hija única y puedo decir que, muchas veces me sobreprotegen demasiado, a pesar de que no estamos nadando en plata, hicieron el esfuerzo de comprarme mi auto, para que yo pudiera ir más cómoda al colegio, pero debo decir que me aterra conducir.
Terminé de desayunar lo más rápido que pude, mi padre no es un hombre que tenga mucha paciencia, así que comí lo más rápido que pude y salí junto con él.
-Debes avisarme si los chicos no te pueden llevar a casa, saldré del negocio y vendré por ti.
-¡Tranquilo papá! Me lo has dicho muchas veces, ya te dije que yo te avisó, además no puedes dejar de hacer tus cosas solo por venir a recogerme, ya estoy grande y puedo tomar el autobús yo sola, no es necesario que ni tú ni lo chicos me estén transportado.
Sabía que no le gustaba mucho la idea, pero tenía que intentar, quiero quitarle la idea de que me va a pasar algo si tomo el autobús, además no estamos lejos de casa.
-¡Lo siento coneja! Pero aun pienso que eres mi niña, me da temor que algo te pase, por eso hicimos el esfuerzo en comprarte el auto… Pero como la niña le da terror conducir, el auto está muy bien en la cochera.
Blanqueo los ojos, siempre me maquilla el regaño con ese discurso.
-¡Lo sé! Papá, pero está en el taller, y tengo la edad suficiente para tomar el autobús, además solo será por unos días mientras el auto está listo… además recuerda ya casi estoy en último año, a veces es vergonzoso que me estés trayendo, y no puedo estar tampoco abusando de la nobleza de Emily e Ilán.
-¡Esta bien! Puedes irte en autobús si lo chicos no pueden llevarte a la casa… pero si cambias de opinión no dudes en llamarme.
-¡Si papá! – Le digo con una gran sonrisa.
Vaya, sabía que lo hacía por cuidarme, pero a veces me sentía asfixiada, siempre he tratado de sacar las mejores notas, ser la mejor en todo, para retribuir en cierta forma todo lo que mis padres hacen por mí, después de llegar acá, tuvo que renunciar al su trabajo porque yo me enfermé, era un trabajo que él realmente amaba, pero estuve grave en el hospital con una neumonía severa, así que tuvo que dejarlo, me siento culpable por eso, así que intento mantener mi beca. Después de eso decidió abrir su propio negocio y desde entonces le ha ido muy bien.
Me despido de mi padre y bajo del auto, ajusto mi bolso y comienzo a caminar. La escuela es bastante grande, llenas de niños mimados que sus padres les ponen el mundo a sus pies si ellos así lo pidieran. No los envidio, estoy demasiado contenta con mi vida, solo que, a muchas personas por nacer con una cuchara de oro en la boca, se creen que el mundo es de ellas y los demás vivimos arrendados en él.
-¡Hola coneja! -La voz de Ilán me saco de mis pensamientos.
Observo al chico rubio, alto, de ojos color miel caminar a mi lado y posar su brazo sobre mis hombros. Puedo decir que Ilán Davies es un chico bastante guapo. Su 1.88, su cuerpo atlético, y su cabellera rubia, un tanto desordenada, pero que le da ese toque sexy le favorece, tiene labios carnosos, es blanco, cejas pobladas y largas pestañas.
-¡Ya te dije que no me dijeras así! – Le doy un suave golpe en el pecho.
- ¡Auch! – Dramatiza a la hora de sobarse - ¿Por qué? Así te dicen tus padres… ¿No?
-¡Si! Pero esos son ellos… - Blanqueo mis ojos
Ilán solo me desordena un poco el cabello y seguimos caminando, aun no llega Emily, siempre es una de las ultimas en llegar, así que nos toca esperarla.
En eso vienen los chicos más populares de la escuela, los hijos de las familias más influyentes del país, todas las chicas se vuelven locas por ellos, sobre todo por el hijo del magnate y ceo del conglomerado más influyente de Londres.
Cristopher Walker Lennox.
No se puede negar que es guapo, mide como 1.90 es rubio, tiene el cabello un tanto largo, es blanco como la nieve, tiene unos grandes ojos color azules, casi grises, un pequeño arito en su oreja derecha, un cuerpo bastante trabajado, pero no lleno de músculos, labios carnosos, cejar pobladas, largas pestañas, hombros anchos, puedo decir que es como un dios griego, un verdadero adonis.
A su lado viene Asher Wright, el casanova de la escuela, el chico es un badboy completo, y su porte de dios del olimpo lo ayuda bastante, es del mismo alto que Cristopher, tiene el cabello en ondas un poco más corto que el rubio, pero este lo tiene pintado de un color azul oscuro, está lleno de tatuajes en los brazos y uno que otro se logra ver por debajo de la jersey que trae, tiene aritos en ambas orejas, cejas pobladas, largas pestañas, cuerpo lleno de músculos, labios carnosos, piernas bien torneadas y un gran culo. Es el hijo del dueño de los mejores clubes nocturnos de la ciudad.
En retrospectiva, los dos realmente son guapos, las chicas se enloquecen cuando ellos llegan a cualquier lugar, van en mi clase, aunque son unos años mayor que yo.
Pero a mi ese tipo de hombres no me gustan, ven a las mujeres como juguetes y siento que no está bien, así que me mantengo alejada de ellos. Claro, son también los mejores en su área
En la escuela nos dividen por áreas, en las cuales cuando nos graduemos podamos ir con bases a la universidad. Cristopher está en el área de administración y gestión empresarial, ya que cuando salga de la escuela se hará cargo del imperio de su padre, Asher le gusta los deportes extremos, así que, decidió escoger el área de deportes, supongo que todavía no tiene la cabeza para pensar en qué área meterse si quiere dirigir las cadenas de clubes de su familia en la ciudad y Edward Abbey está en el área de medicina y de música.
Edward Abbey Spencer el hijo de la familia dueña de las mejores clínicas de la ciudad, un chico, frio, distante, callado, bastante serio, pareciera que odia a la humanidad, el chico como los otros dos tambien es bastante guapo, es alto, 1.92, blanco, cabello castaño, rapado a los lados y largo arriba, pareciera que vive despeinado, ya que constantemente pasa su mano por el cabello, pero le da ese toque, sexy, sus ojos son de un café claro, usa lentes, que lo hace ver intelectual, pestañas largas, cejas pobladas, labios apetecible.
Voy tan distraída en mis pensamientos, suelo perderme en mi mundo constantemente y alejarme de la realidad, cuando:
-¡Ay! ¿no ves por dónde caminas? - Venia tan distraída que no me di cuenta de que había chocado con alguien, cuando alcé la mirada me di cuenta de que era él.
Cristopher Walker.
-¡Lo siento! Venia distraída – Dije rápidamente.
¡Jesús! Solo dime si maté a un cura en mi vida pasada. Porque esto tiene que ser una maldita broma, de todas las personas con las que me podía chocar ¿Por qué él? yo solo queria terminar mi año en paz, tranquila ¿Es mucho pedir?