CAPÍTULO 15

1930 Words

Abrió los ojos con pesadez y con el cuerpo adolorido, descubriendo que no tenía idea de donde estaba, y tampoco manera de averiguarlo, pues el lugar al que la había llevado estaba completamente oscuro, olía mal y lo único que se escuchaba eran los gimoteos de alguien. Apresuradamente buscó con la mirada, intentando descubrir a quien lloraba, y lo hizo. Cerca de ella había un niño pequeño, de quizá cinco o seis años, o eso sugería su estatura baja y su menudo y esquelético cuerpo. —¿Estás bien? —preguntó Renata, sin moverse un ápice, pues no tenía las energías ni las fuerzas para soportar el dolor que cualquier movimiento provocaría en su cuerpo—. ¿Estás herido? El niño no respondió. Él solo siguió llorando bajito hasta que sus quejidos se hicieron pocos y luego nada. Al parecer, cansa

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