Capítulo Tres

1044 Words
Zack tragó saliva, sintiendo sus pies clavados al piso. Sintió escalofríos, como su piel se hacía de gallina. Más cuando aquél animal se enderezo, estirándose elegantemente sobre aquella roca, sin dejar de mirarlo, en ningún momento dejo de hacerlo. El moreno sabía que tenía que correr, sin mirar hacía atrás. Pero su cuerpo no obedecía las ordenes de su cerebro, se quedo ahí, observando como aquel lobo se acercaba a él, lentamente. Bajo la luz de la Luna, pudo apreciar al animal. Su pelaje brillaba bajo la luz, junto a sus ojos. Y Zack volvió a temblar al darse cuenta que era grande, muy grande, mas de lo normal. Y el animal se detuvo, a solo cinco pasos, y Zack se encontró reprendiéndose así mismo al notar que el quería al animal mas cerca de él, ya que se le hacia fascinante. El lobo olfateó, mirándola, deteniendo su mirada en los objetos que Zack traía. El moreno las dejo lentamente en la tierra, dándole a entender a aquel lobo que no le haría daño. Y Zack dio el siguiente paso, estirando su mano, que esta temblaba hacía el animal. El lobo lo volvió a mirar y luego a su mano, y e inclinó su hocico hacía él. Zack sonrío torpemente, cuando el animal frotó su cabeza bajo su mano, reclamando caricias, como un gran cachorro. Y entonces tendió su mano, acariciándolo. Pero un aullido hizo que salte por inercia hacía atrás, con el corazón desbocado. Miro al lobo correr, alejarse hasta perderse detrás de la cascada. Suspiró, sintiéndose más tranquilo, miró hacía abajo en busca de sus cosas. Las tomo y emprendió su viaje hacía su casa, preguntándose si llegaría a salvo en medio de esa oscuridad. *** —¡Papi! Me duele—gimió Logan, con sus mejillas empapadas de lagrimas. Laurie suspiró, mirándolo. Habían llegado del bosque y como siempre Laurie terminaba con algunos raspones, algunos raspones que el castaño tenía que lidiar. Miró a Logan, quién se encontraba en la tina del baño, sentado bajo el agua caliente, llorando. Y Laurie sentaba en un banquito, al lado de la tina, bañando a su cachorro. —Necesito limpiarte la rodilla, Logan. Si no se te va a infectar y va a ser peor—dijo Laurie, logrando que Logan levantará la mirada. —No me importa—decía Logan, secándose las lagrimas. Laurie rió—Vaya, pensé que eras un macho. Logan frunció el ceño—Lo soy. Laurie negó—No, a los machos no le afectan un raspón. Logan bajo su mirada a su rodilla roja y sucia. El era un macho, pero le dolía. Respiró hondo, levantando la mirada hacía su padre. —Soy un macho, por eso dejaré que me limpies. Pero solo si me dejas morder tu otra mano mientas me limpias—anunció Logan. El mayor sonrío—Trato. Y así fue, Logan clavó sus dientes fuertemente en el momento que Laurie pasaba el jabón por su rodilla, sacando le un gemido por lo bajo a su padre. Para cuando termino, los dos se miraron. —¿Quién es el macho ahora, eh papi?—reía Logan, tragándose sus lágrimas con aquella risa. Laurie se levantó para cerrar la canilla y dar por terminado el baño. —Sigo siendo yo—decía Laurie, examinando su mano, observando la marca de los dientes de su hijo. —¡No, yo lo soy!—gritó Logan, salpicando le con agua. Laurie rió, tomando la toalla de Drangon Ball Z de su hijo. Le tendió la toalla a su cachorro quién la toma riendo para luego correr a su cuarto. Y Laurie no podía estar tranquilo hasta que el llegaba a su cuarto, Logan sabía muy bien que no debía correr descalzo y menos con los pies mojados. Pero no le sorprendía. Camino a la cocina, pensado que cocina, pero al abrir la heladera un grito lo detuvo: —¡Papá! No encuentro mis curitas de Bob Esponja! ¿Ya no hay mas?—gritaba Logan desde su cuarto. Laurie carcajeó—Las escondí, yo te las pondré. Escuchaba como el niño bufaba, pero sin protestar hacía él. Sonrío, prendiendo la hornilla de la cocina. Ignorando lo que había sucedido esca noche con Zack, ignorando. *** Zack se miró al espejo a la mañana siguiente, observando sus ojeras. Suspiró, anoche no había podido pegar el ojo en toda la noche, debido a los sucesos de la noche anterior. Y ´sabía que no tenía que importarle, solo fue un suceso, lo suficientemente raro para no contarle a nadie. Se preguntó si alguien mas que el había visto al animal y quizás si y mantenían en secreto para que no los encierren en una jaula. Se negó a volver a pensar en lo sucedido y decidió vestirse, debía ir a pagar al chico de la librería. Sintió sus mejillas enrojecer y sonrío sin darse cuenta. Se dio cuenta que el y el niño eran a los únicos que conocía. Pero no podía pensar hacerse amigo de ese hermoso castaño, no le funcionaría. Primero tendría que conocerlo y probar si sentía la misma atracción que el. Y ya sabía como hacerlo. *** —A la derecha, mueve lo a la derecha—decía Logan, girando en la silla. Laurie movió el cuadro de pintura—¿Ahí? —Creo que a la izquierda quedaría mejor. Laurie se tambaleó en el banquito al escuchar esa voz. Se equilibró rápidamente, girándose, encontrándose con el moreno con sus mejillas sonrojadas, sonriendo le de lado. Larie abrió su boca, pero el moreno se adelanto. —Traje el dinero, justo—respondió entregándole. El castaño lo tomó, pero otra vez alguien más se adelanto. —Mi papá se llama Laurence, pero le decimos Laurie—dijo Logan, sin dejar de girar en la silla y sin mirarlos. El castaño se sonrío sonrojado—Ese es mi nombre pero sí, puedes decirme Laurie—tartamudeó el castaño. Zack sonrío, jugando con sus manos—Bien Laurie, me preguntaba si podrías decirme donde queda un buen restaurante, tengo hambre. Laurie asintió rápidamente—Hay uno muy bueno a unas cuadras de aquí, si quieres te hago un mapa o algo, gratis de la casa. El moreno negó, sonriendo coqueto—Mejor sería que vengas a comer conmigo, ¿te apetece, Laurie?. El castaño lamió sus labios, ardiendo de deseo. Mientras Zack sonreía, lo tenía justo donde quería.
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