Capítulo Cuatro

1262 Words
Zack sentía como sus piernas flaqueaban, bajo la mirada intensa de aquel castaño. Se sentía deseado, sentía como cada partícula de su cuerpo ardía. Se lamió sus labios, volviéndolo loco al castaño, quién pareció desestabilizarse, pero quién rápidamente se recupero, en poco segundos. —¿Papá? Yo también quiero ir—dijo Logan, tomando la mano de su padre, tirando de él para llamar su atención. Laurie lo miró, saliendo de su trance. Pero al mirarlo, no se encontró con su hijo, si no con su amada, mirándolo con sus hermosos ojos color miel, brillando, mas que su fiel compañera, la Luna llena. Se dio cuenta lo mal que hacía, tener esos pensamientos (sentimientos) impuros hacía ese chico. Y solo se dijo, porque hace años no sentía atracción por alguien que no había sido ella. Se dijo que Zack solo era un reflejo, nada más. —¿Papá?—volvió a decir Logan. —Pueden ir los dos, los invito—murmuró Zack, tratando de ocultar la bronca que amenazaba con salir de él en cualquier momento. —De ningún modo, nosotros pagamos nuestra comida. Aceptamos—respondió Laurie, acercándose al mostrador, tomando su billetera. —Pizza, pizza, pizza—cantaba su hijo. —Logan, salgan y yo cierro el local. Adelántense, a lo de Noah y Josh—decía Laurie, dándole una sonrisa a los dos. Ellos salieron, sin decirse palabra alguna, dejando a Laurie adentro, para que cierre. Caminaron por la cuadra, sin mirarse, hasta que Logan habló: —¿Por qué te gusta mi papá? ¿Para qué lo quieres?—saltó el niño. Zack se sonrojó a más no poder—N-No me gusta tu papá. Logan río—Te gusta tanto como a mi me gusta comer pizza y yo amo comer pizza. El moreno sonrío, para evadir el tema. Su risa termino, cuando el castaño llegó hacía ellos, entrelazando su mano con la de su hijo. —Papá, Zack también quiere comer pizza—murmuró Logan. Laurie miró al aludido—¿Quieres? Porque sí no podemos pedir otra cosa y... —No, pizza esta a bien, me gusta—lo interrumpió Zack, sonriendo. El castaño le devolvió la sonrisa. Y Zack sintió como se perdía en ella, en aquellos deliciosos labios finos, que lo llamaban para ser besados. Logan los miró y frunció el ceño, enojado. —No te gusta la pizza, te encanta—se burló el niño. Zack se sonrojó rápidamente, bajando su mirada, bajo la mirada confusa y ceño fruncido de Laurie, más solo siguió caminando. No podía pelear con un niño, no podía rebajarse a su altura, pero le pondría limites. Solo limites. *** Entraron al restaurante, encontrándose con mucha gente, más de la que Zack pensaba. Un rubio teñido de ojos azules detrás del mostrador, levanto sus brazos, tratando de llamar la atención del castaño. Zack miró a Laurie, notando que el castaño ya había divisado al rubio. Logan y Laurie corrieron hacía él y Zack los siguió también a paso rápido. —¡Lau! Te extrañe hermano—había exclamado el rubio, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Laurie, pero con el mostrador aún en medio de ellos, por lo tanto, sus pechos no se tocaban. —Yo también duende—dijo Laurie sonriendo. El rubio saludo de la misma manera a Logan y Laurie aprovechó para mirar a Zack, quién jugaba sin hacer nada con su celular. —¿Acaso tienes que traer a ligue tuyo de una noche para venir a verme?—río el rubio, por primera vez notando la presencia del moreno. Laurie lo miró mal, mascullando—No Noah, es Zack, es nuevo en el pueblo. —Un placer Zack, soy Noah—rió el rubio, tendiendo su mano con harina hacía el moreno. Zack lo miró, bajo su mirada a la mano del rubio y estrechándole la mano—Lo mismo digo. Noah miró hacía Laurie, riendo, antes de retirar su mano. —¡Papá!—grito Logan, desde una mesa. Los dos caminaron hacía él y Zack fue el primero en notar que era una mesa para dos, Laurie le sonrío apenado. —Iré por una silla, solo sien.... —No, iré yo—respondió Zack, caminando a la primera mesa vacía, tomando una silla. Zack escuchó como Laurie retaba a Logan, por lo bajo y como este contestaba retobado. Solo es un niño, se repitió Zack. Colocó la silla, al lado de Laurie y cuando estaba a punto de sentarse, Logan saltó: —No, yo ahí—gritó el niño, sentándose en la silla, empujando a Zack. Laurie suspiró frustrado, mandándole una mirada de disculpa al moreno. Pero Zack solo sonrío falsamente, sin querer, sentándose en la silla donde antes había estado Logan, en frente de Laurie. Cuando llegó la comida, la cosa cambio no mucho. Logan intervenía cada vez que Lauire establecía conversación con el moreno, o se quejaba de que no podía comer la rebanada de pizza porque estaba muy caliente, ordenándole a Laurie a que le cortará en trocitos. Logan fue cinco veces al baño, obviamente con Lauire acompañándolo. Y Zack nunca de odió tanto a una persona, sobre todo a un niño. Más cuando terminaron de comer, pagaron la cuenta, se encontró con la sonrisa triunfante del niño, quién tiraba de la mano de su padre hacía la salida. El camino de vuelta al local, fue silencioso, nadie hablaba, solo a veces Logan se reía del moreno. Cuando llegaron a la puerta del local, Laurie abrió la puerta y dijo: —Logan ve arriba, la puerta de la escalera esta abierta, ahora—murmuró Laurie, mirándolo. Logan negó—¿Qué? No no quiero ir... —Logan, ve arriba—volvió a decir Laurie, bruscamente. El niño suspiró y sin despedirse entró al local. Zack sonrío como idiota, levantando su mirada, encontrándose con la mirada furiosa de Logan mientras este se iba. Y Zack le sacó la lengua, en señal de triunfo. Logan cerró de un portazo, dando a entender a Laurie lo enojado que estaba. —Lamento lo de hoy, no sé qué le paso a Logan, el no es así, lo siento—se disculpo Laurie, refregándose los ojos. —Solo es un niño, no te preocupes. Igual la pase bien—respondió Zack, tratando de sonreír, no tan alegre como se encontraba. Laurie bufó riendo—No hace falta mentir conmigo, sé lo que es mi hijo. Solo déjame recompensarte lo. Zack tragó saliva—¿Recompensarlo? El castaño asintió sonriendo—Te invito a cenar mañana en la noche, si no te agrado Noah, si quieres a otro lado. Y después al cine, solo si quieres. El moreno sonrío de lado, sin ocultar su felicidad—Como quieras, me encantaría. —¿Te parece pasar por acá a las ocho?—sonrío Laurie, tratando de no pensar dos veces en lo que estaba haciendo. Zack asintió—Perfecto. Gracias, mañana nos vemos Laurie. El moreno se acercó a él, colocándose de puntitas, dejando un beso muy cerca de la boca del castaño, en la comisura de sus labios. Laurie sintió una corriente pasar por su espalda, en el momento que los labios del moreno hicieron contacto contra él. Zack se alejó de él, con una sonrisa, se despidió una vez más, antes de comenzar a caminar colina abajo, sin mirar hacía atrás, sabiendo que Laurie aún lo miraba. Laurie entro al local, cuando ya no pudo divisar a Zack. Llevo su dedo índice en el lugar donde Zack lo había besado. Suspiró frustrado. Tragó saliva, sintiendo un nudo en su garganta. Y él no quería pensar dos veces en lo que hizo, porque no quería reconocer que estaba mal, por más que su cabeza le gritará que se alejará, que no podía hacerle eso ella. Pero su corazón gritaba otra cosa, que tampoco quería reconocer.
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