La Reina Del Mafioso

Capitulo 19

Dhara POV'S

Las imágenes que había visto hace unos segundos me habían dejado estupefacta, solo pude reaccionar en el momento en que sentí estar entre los brazos de Alexander. Sentir su cuerpo junto al mío, sus manos con mi piel al soltarme las cuerdas que aún me mantenían atadas y sus ojos correspondiendo los míos, fue una gran sensación de alivio. Sentir que abrazabas al hombre que hace un momento pensaba que no volverías a tener entre tus brazos, a sentir sus labios, sus besos, sus manos, su respiración. Era él y estaba conmigo. Estaba vivo. Lloraba desconsoladamente en su pecho por toda la angustia que había vivido.

- No quiero que me sueltes, no quiero que lo hagas, ¡ni que te vuelvas a ir! Pensaba que no te volvería a tener, pensaba que morirías y me dejarías sola - le dije con la garganta hecha nudos, mis lágrimas no cesaban, eran de alegría por verlo otra vez y del miedo que había tenido hace un rato.

- Mi reina sabes que nunca te voy a dejar ni quiero hacerlo tampoco, si fuera por mi jamás te dejaría ir de mi lado, eres mi reina y un rey sin reina no es nada - dijo abrazándome uniendo sus labios con los mios.

Todo pasó muy rápido. Scarlett y Steve se fueron no sin antes despedirse de nosotros y Alexander haberle dado las gracias por la ayuda que le dio Steve, David se había ido a casa de unos amigos a pasarse la noche y   Daniela y James también se habían ido a su casa, espantados pero salvos. Mientras que Alexander y yo nos fuimos a su departamento mientras limpiaban la casona, recogían los cuerpos y eliminaban las evidencias. Solo tomé un poco de ropa, maquillaje y mi teléfono.

Recién acabábamos de llegar, me di una ducha y me vestí con un conjunto rojo que consistía en unos simples shorts y un top mangas largas.

Alexander también se había duchado y cambiado con solo unos pantalones. Este permanecía sentado en uno de los sofás con su laptop en las piernas muy concentrado. En cuanto me vio movió su ordenador a otro lado y palmeó su regazo para que me sentara sobre él. Eso mismo hice.

- Te debo una disculpa. Realmente siento por todo lo que tuviste que pasar hoy, no deberías sufrir por culpa de mis negocios. Te puse en peligro y eso es mi culp… - dijo acariciando mi cabello al recostarme en su pecho desnudo, pero lo interrumpí.

- No, no vayas a decir que fue tu culpa, porque no lo es. Solo pasó y ya. Estoy consciente de que tus negocios son peligrosos, pero así te quiero, así te escogí, así te acepté - dije mirándolo a los ojos fijamente transmitiéndole que estaba segura de mis palabras.

- Oh por dios! Tus ojos, ¿por qué tienes unos ojos tan hermosos? eso debería ser imposible. Me convences cuando me miras así. Es algo que quisiera evitar - dijo sonriéndome a medias acariciando mi mejilla.

- Solo te digo la verdad, no eres culpable de nada, gracias por el halago- le dije sonriendo ampliamente sintiendo mis mejillas arder.

- Perdóname si algunas ves te hago daño, no estoy muy bien hecho para las mujeres - dijo  haciéndome reír en voz baja por ese tonto comentario.

- Recuerda que un hombre siempre necesita a una mujer, porque incluso en el ajedrez la dama es la que protege al Rey - dije recordándole aquellas palabras sabias.

- Woo, aparte de reina también eres filosofa - dijo riendo haciéndome estallar a mi también a carcajadas.

- Siempre me haces reír, mi mafioso es el mejor - dije besando sus labios delicadamente.

- Amo cuando me llamas así - dijo cargándome entre sus brazos y cruzando mis piernas alrededor de su cadera caminando hacia el cuarto hasta dejarme encima de la cama suavemente mientras me besaba. Empezó a torturarme dejando pequeños besos húmedos en mi punto débil, mi cuello.

- Te quiero Mi Reina – me dijo al oído en un susurro.

- Yo también te quiero Mi Mafioso -