Capitulo 18

1137 Words
Dhara POV'S   Scarlett, Daniela y yo estábamos tomadas de la mano detrás de la puerta. Ya no me aguantaba más, Hacían más de 20 minutos que los chicos habían bajado y los disparos no dejaban de sonar, en cada estruendo pensaba en Alexander, ¿qué tal si fuera a él que le estuvieran disparando? ¿Qué tal si ya él estuviera muerto?   Empezamos a escuchar como la puerta la golpeaban fuerte, le colocamos pestillo y corrimos hacia detrás de los muebles, tomé un jarrón que estaba sobre la mesa y lo escondí conmigo.   Cerré mis ojos para ver si los golpes de la puerta se acababan, pero se hacían más fuertes hasta que escuché un gran ruido, aún más fuerte. Mire por el rabillo del ojo y habían derribado la puerta, los disparos continuaban, solo que ahora eran menos audibles. Entraron tres hombres vestidos de negros con armas en las manos y con sus caras totalmente cubiertas. Sin darme cuenta de cuando y donde deje caer él jarrón de mis manos, entre en un estado nervioso que ni yo misma podía controlar. El Jarrón causo estruendo en toda la terraza llamando la atención de los mafiosos y de las chicas que estaban al lado mío.   Fue allí cuando me tomaron del pelo y mi grito desesperado no tardo en salir.   - j***r! ¡Suéltame! – grite escuchando los mismos gritos de Scarlett y Daniela.   - Suéltame maldito demente! -grito Scarlett chillando muy fuerte.    Pataleé varias veces para que me soltaran, pero mientras más forzaba, sentía como las hebras de mi cabello se quedaban en sus asquerosos dedos.   ¿Alexander donde estas?   Lo primero que recibí fue un golpe con su rodilla en mis pantorrillas haciéndome caer muy fuerte al suelo, malditos tacones. No me ayudan en nada.   Me sellaron la boca con tape y me amarraron con cuerdas las manos y los tobillos a las patas de los sofás. Escuché como le daban una cachetada a Scarlett por resistirse. Ella que de por si era malcriada, imagínense en estas situaciones.   - Perra! - le grito el hombre al darle muy fuerte en su mejilla izquierda otra vez.   Estaba forcejando para poder ver si me sacaba estas malditas cuerdas, pero era imposible, me lastimaba cada vez que intentaba zafarme del amarre.   - ¿Que quieren de nosotras? ¡Suéltennos! – grite en busca de respuestas, sin embargo lo que recibí fue una cachetada haciendo girar mi  mi cara y golpearme con el metal del sillón en mi frente, no tarde en sentir un líquido correr en el área. Sangre.   - Cállate! – me grito.   Todo esto hacía que mi cabeza me diera vueltas y empezara a ver borroso. Estaba a punto de desmayarme y no quería que eso sucediera.   ¡Si seguimos así, nos matarán! ¡Nos matarán!   Alexander POV'S   Habíamos acabados con todos, obviamente murieron algunos de mis hombres, pero los que me interesaban seguían con vida, es decir, Steve, James y David. Estábamos agitados, en mi mente solo se repetían las escenas de sangre. Había disparado tanto que me dolían los dedos. De todas formas, sin importarme los golpes que había recibido, mi angustia más grande era que las chicas estaban arriba.   - ¡Malditos, acabamos con ellos! - celebro David.   - Vamos por las chicas, luego llamaré a alguien para que recoja todos estos cuerpos y limpie la casa sin dejar evidencias – les dije a los muchachos viendo todo el desastre.   Caminamos por todo el transcurso hasta llegar a las escaleras, pero nos detuvimos al escuchar ruidos provenientes de donde estaban nuestras mujeres. No habíamos acabados con todos. Estaban con las chicas. ¡Dhara!   - No, no puede ser - dijo Steve en susurro muy molesto.   - Acabemos con ellos antes de que les hagan daño – les dije a los tres colocándole mas balas a mi pistola.   - A la cuenta de tres entramos - dijo James decidido a terminar con esto.   - 1…..2…..3 - contó David. Derribamos la puerta y entramos corriendo apuntando de inmediato a quienes teníamos al frente.  Dhara estaba sangrando de la cabeza. La habían herido y la iban a pagar muy caro.   Las miradas de los malditos cayeron en nosotros y las de las chicas también. Scarlett lloraba al igual que Daniela, pero Dhara tenía los ojos muy apagados y su rostro empapado de lágrimas.   Nos apuntaban de igual forma que nosotros a ellos, aunque la ventaja era que mi grupo era de cuatro y ellos solo eran dos.     ¿Querían guerra? pues guerra van a tener.   - Dan un paso más y sus princesitas están muertas - dijo uno de ellos apuntado a las chicas con una sonrisa sarcástica.   - No nos vamos a mover, ¿hagamos un trato?  - les dijo Steve   En lo que uno de los hombres miró a Steve tuve tiempo de dispararle al otro en el pecho, justamente en el lado izquierdo, haciendo que este callera al suelo como un saco de papas. Las chicas gritaron asustadas al mismo tiempo debido a la imagen que habían acabado de ver.   Steve le disparó en una pierna al último que quedaba, de inmediato antes de que pudiera reaccionar me lance sobre el y le quite la pistola.   - Que decías? - pregunte sonriendo maliciosamente al maldito que estaba en el suelo retorciéndose de dolor.   Tiré esta vez un disparo en su otra pierna, su grito se escuchó aún más fuerte que el de las chicas. Tiene que ser un hombre.   - Dime quién te mando y te dejaré ir - le dije mirándolo muy bien a la cara.   - No.  No puedo ... Decirte - Decía balbuceando   - A no? Prefieres morir por tu jefe. ¿Acaso no tienes familia? - pregunte sarcástico y otro tiro fue a parar en su cuerpo, pero esta vez en su hombro derecho.   Su grito de dolor otra vez, inundó nuestra habitación.   - Esta ... bi..bi…bien – balbuceó, ya me está hartando. No tengo tanta paciencia.    -Fue la Bestia. Fue el ruso. Me mando a que…que…te…t… matara a ti y a tus…tus… socios .... Sabían que estarían con sus chicas ... También la quieren ... A ellas. - dijo con mucho esfuerzo. Procesé la información y rápidamente asentí.   - Claro, solo te diré algo.  Para la próxima vez ten más cuidado y no te dejes sobornar de nadie ni creer que luego de que hayas amarrado a mi chica y a mis amigas te vas a poder ir limpio. Recuerda eso. - dije mirando la manera en que abría sus ojos sorprendido por mis palabras.   - Me le dices al diablo que te mande yo! ¡Hijo de puta! - grité y disparé fijamente en mi lugar favorito, entre ceja y ceja.
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