Capitulo 6

828 Words
Alexander POV'S   Me había vestido sencillo, unos jeans negros, un suéter gris y mis tenis blancos. El día estaba frío y con amenazas de llover.   Esperé unos minutos a que Dhara estuviera lista y entre las puertas y los sonidos de sus pisadas provenientes de sus tacones, me hicieron dejar de pensar para ver la hermosa chica que tenía en frente.   - ¿No crees que aun estas adolorido para salir? ¿Si quieres lo podemos dejar para otro día? - dijo preocupada por mí.   - ¿Y tú no crees que estas muy hermosa para salir conmigo? – bromee un poco riéndonos los dos.   Esta llevaba unos jeans negros, un top crema de tiros y una chaqueta larga color marrón, y por supuesto, unos tacones para que me pudiera mas o menos alcanzar. La nena era pequeña.   - Creí que no – me dijo sonriendo   - Bueno vamos, que no vamos a dejar esta salida para otro día porque estoy perfectamente, gracias a mi enfermera - dije tomándola de la mano y llevándola conmigo.   No creías en esto, pero te estas dejando llevar de un sentimiento que fue obsesión, locura, culpa y enojo desde el momento que la viste hecha bolita en aquella fiesta para terminar, siendo tu amor.   Al tomar sus manos, sentí algo que no había sentido hace años, esa chispa, ese fulgor. También la sentí tensarse, pero en cuestión de segundos se relajó inmediatamente.   Quería probar cosas nuevas en mi vida, momentos que no solamente fueran de sangre, mal humor, venganza y balas. Me voy a arriesgar a lo que desde pequeño le dije NO.   Al amor.   ¿Qué cosa tan grande puedo perder? Estoy harto de una maldita soledad, a veces personas quisieran dinero para ser feliz, pero yo que estoy podrido de él, no lo soy. Así que esta es mi oportunidad y la única. Sus ojos desde que la vi me decían que sería para mí.   Dhara POV'S   Llegamos a una torre súper hermosa. Las puertas del ascensor se abrieron dejándome ver un precioso departamento de lujo con paredes de cristal.   - Esto esta divino. Esta hermosa la decoración - dije con una pequeña sonrisa visualizando mejor todo lo que adornaba el lugar. Los muebles eran blancos con cojines negros, una mesa de cristal se encontraba en el centro y la cocina parecía de revista, de esas que solo se observaban en los catálogos. El comedor era pequeño, a penas de dos sillas, muy elegante. Al frente había un gran espejo con una repisa de cristal. ¿Acaso todo iba a ser en cristal aquí?   Alexander me extendió una copa de vino cual tome con una ligera sonrisa agradecida.   - Estoy seguro de que todo esto no es más hermoso que tú – me dijo también mirando a su alrededor.   -Muchas gracias- le dije sonrojada agachando mi cabeza – Para que tienes este Penthouse si ya tienes una gran casa? - le pregunte sin entender.   -Créeme que yo tampoco se, lo tengo por tenerlo creo. Pero me gusta porque es tranquilo y me siento en paz conmigo mismo aquí- me explico   - Amor, te estaba esperando - escuchamos una voz femenina, ambos volteamos de donde provenía el hablante. Lo que vi me destruyo por completo la ilusión que me había creado, la mujer estaba solo con un conjunto de ropa interior de lencería roja, muy provocativa. Ya sabía yo. Era rubia, ojos negros, alta, blanca y con un cuerpo bien formado. Perfecta para él.   - Danna que haces acá ?! - le preguntó exaltado Alexander.   - Se te quedó la llave en mi apartamento ese día y pues como no la ibas a buscar decidí traértela yo misma, pero veo que estas ocupado con esa, o mejor dicho perdiendo el tiempo, córrela y quédate conmigo a pasarla bien, como lo hacíamos antes o ¿ya me cambiaste por ella? es una tipeja barata - dijo mirándome con desagrado. Sus palabras hicieron que mi cuerpo ardiera en llamas.   - Si, soy una tipeja barata, pero tú no eres más que una puta, una cualquiera que anda regalando su v****a por hombres que a tal vez ni le sacas lo que quieres. Seré una tipeja barata, pero tengo dignidad y vergüenza y puedo apostar que mi cuerpo cubierto vale más que el tuyo desnudo - dije hecha furia, la cara de Alexander era de sorpresa, pero la de la perra aquí era de enojo.   - Eres una ... - Alexander se interpuso entre ella, la tomó muy fuerte del brazo, le busco la ropa y se la estrecho entre sus brazos.   - Lárgate de mí apartamento y no vuelvas. Lo que tuvimos solo fue una noche. No te quiero para algo serio y te lo dije, solo quise pasar el rato y nada más. Para la próxima te tiro un balazo entre ceja y ceja. ¿Entendiste? – le dijo abriéndole la puerta a la muy perra arrojándola hacia fuera.   Good bye zorra!
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