Después de darme una ducha y calmarme, hice comida. Puse la música, sabiendo que Jay no iba a venir sino hasta bien entrada la tarde, pude respirar un poco mejor. Estaba nerviosa, no podía dejar de pensar en lo que había pasado en el ring, pero sabía que él no le tomaría importancia. Por la manera en la que actuó, podía notar que se arrepentía y estaba determinada a mantener mi dignidad intacta, por lo que no iba a rogarle que me tocara.
En cambio, le guardé almuerzo y pasé la tarde trabajando, aprovechando que estaba sola, llamé a mi mejor amiga. Apenas contestó, me puse a contarle que estaba entrenando, ella lució alegre por ese hecho, más porque estaba haciendo algo por mí misma. Luego, le conté solo lo que había pasado en la mañana, como me había tocado, la mirada que me dio,
