La boda
Soy Daphne Brock, y hoy finalmente estoy firmando mi divorcio con el hombre que estuve casada durante dos años y medios.
Me quedé mirándolo y luego sonreí. —Tuve dos años y medio casada, y aún, soy virgen, ¿Te gustaría quitarme la virginidad esta noche?— Le pregunté dejándolo asombrado.
Flasback
Todo empezó aquel desafortunado día, cuando conocí a Lucían, un hombre encantador.
Tuvimos una relación solo de besos, aunque confieso que muchas veces podía sentir su desesperación.
El 14 de febrero, día de san Valentín, me propuso matrimonio y yo como una tonta caí rendida ante aquella propuesta con globos, velas, y flores.
—Seré el hombre más feliz de esta vida, la mujer que amo se casará conmigo— Dijo en un tono que me dejó aún más pegada a su el sentimentalmente.
—¡Oh Lucían!. Te amo tanto— Fueron mis palabras correctas hacia él.
Después de dos semanas estaba celebrando mi boda en la playa, habían algunos invitados, no eran mucho pero solo estaban los más importantes.
Las sillas blancas, la brisa de la noche, las luces alumbrando y una luna completamente hermosa me hacían sentir dichosa.
Finalmente estaba ahí, al lado de Lucían, con mi velo puesto sobre la cara.
Después de escuchar las palabras de aliento y amor del juez civil, finalmente estábamos uno frente al otro.
—Acepto ser el esposo de Daphne Brock— Dijo sonriendo.
—Acepto ser la esposa de Lucían Ferrer— Respondí inmediatamente con impaciencia y una sonrisa colgada en mis labios.
El tomó mis labios después de que el juez civil dijera que podía besar a la novia.
Lucían se acercó a mí y no dudó en susurrarme a mis oídos.— Finalmente serás mía, esta noche te tendré en mis brazos.
No dije nada, solo sonreí y me sonrojé, esa sería la primera vez que estaría con un hombre, y me sentía feliz porque iba a ser el hombre de mi vida.
Las horas empezaron a pasar y la fiesta a penas parecía empezar, Lucían tomaba sin control con sus amigos, mientras que yo estaba sentada en la silla de una mesa con mis amigas Anne y Teffany.
—Tu marido está borracho, espero que pueda al menos hacerte el amor en ese estado— Dijo Teffany quien era la más atrevida y lanzada de las tres.
—Teffany, no digas eso, él está disfrutando su fiesta— Le responde Anne, quien siempre busca la parte buena de los demás.
Las miro y me río porque siempre buscan la manera de hacerlo. —Chicas no se preocupen, seguro que esta noche será inolvidable.
Después de aquella respuesta, me levanté de la silla y me acerqué al otro extremo donde estaba Lucían.
Tan rápido me vio, se acercó y me abrazó, su olor a alcohol apestaba la verdad. —Amor ya deberíamos irnos a nuestra habitación, es tarde y quiero que estemos a solas— Le pedí con cariño y calma.
Lucían volvió con sus amigos, les dijo algo que no escuché, pero luego regresó y me tomó de la mano.
Caminamos hacia el hotel, fuimos a nuestra habitación de lujos, y una vez allí, frente a la puerta, la abrió y entró.
Confieso que pesaba que quizás podía tomarme en sus brazos y llevarme hasta la cama pero no lo hizo.
—Espero que te guste esta habitación— Dijo al dejarse caer en la cama.
Solo asentí a decir que si. Me acerqué a él y le di la espalda. — ¿Podrías bajar mi zíper del vestido?.
Sin responder, lo hizo rápidamente, se levantó de la cama y empezó a besarme salvajemente, confieso no era lo que esperaba.
—Al fin vas a ser mía Daphne— Dijo una vez más.
Lucían me tiró hacia la cama y empezó a besarme por todo el cuello con tanta desesperación que no me agradaba.
—¡Detente!— Le pedí incómoda pero él solo continuaba.
Intente que Lucían pudiera ver con mis movimientos que no estaba cómoda pero el parecía no notarlo.
—¡Lucían, te dije que basta— Le grité con tantas fuerzas que él se detuvo.
Lucían se levanta de mi cuerpo y se abrocha el pantalón. —¿Qué te pasa?, ¿Te volviste loca?— Le preguntó con evidente decepción.
—Lucían no espero que me hagas el amor de esa forma, al menos sé un poco más romántico— Le pedí.
Sin embargo, Lucían hizo un gesto desagradable, tomó su saco y caminó hacia la puerta.
—¿A dónde vas?— Le pregunté.
—Volveré con mis amigos, no me quedaré a ser el romántico empedernido que quieres— Me dijo en un tono enojado.
Lucían se marchó de la habitación, sentí una punzada en mi pecho, quería correr tras él pero tampoco quería aplaudir su actitud.
Después de quitarme el vestido de novia, me puse mi pijama de pantalón y me acosté a esperar que Lucían volviera más tranquilo.
Pero dieron las tres de la mañana y no llegaba, así que aún con mi pijama puesta, decidí caminar hacia la playa donde había sido la fiesta.
Al estar ahí, ya no había ningún invitado, los empleados estaba recogiendo todo para que ninguna persona se topara con todo eso.
Me acerqué a un empleado para saber un poco más de lo que había pasado. —Joven, ¿Hace qué tiempo terminó la fiesta?.
—Hace menos de 15 minutos señora— Respondió con amabilidad.
—¿Y sabe qué pasó con el novio? O ¿A dónde fueron todos?.
—El novio se marchó pero no se a dónde iban ni él ni los demás.
Le agradecí por la información, así que volví al dentro del hotel.
No quería estar sola en la habitación, por lo que fui a la habitación de Anne pero parecía estar ya muy dormida porque no abrió al tocar.
Luego fui a la habitación de Teffany, toqué pero no abrió, cuando deje caer mi cuerpo sobre la puerta, me di cuenta que el seguro no estaba del todo puesto, así que solo gire completamente la manivela y abrí.
—Por fin, no dormiré sola en este hotel— Pensé en mi mente.
Caminé en silencio para no despertar a Teffany, pero para mi sorpresa ella no estaba ahí.