Con todo y angustia llegué a la oficina en horario habitual, delante de Jaxon intentaría sonar tranquila y sin problemas. —Buenos días amor —dije, intentando sonar natural, y pareciendo que no tenía problemas.. Jaxon, sentado en su escritorio, me miró desde su lugar. Su expresión era seria, incluso un poco distante. —Buenos días —respondió, pero su seriedad me hizo sentir como si algo no estuviera bien. Me quedé allí de pie frente a su escritorio, incapaz de decir algo por unos segundos, podía sentir que él notaba algo en mí, que había algo que no estaba bien, pero no sabía cómo abordarlo. Finalmente, no pude soportarlo más. —Necesito un enorme favor —dije avergonzada, bajando la cabeza para evitar su mirada. Jaxon dejó de escribir en su computadora y me observó más detenidamente, s

