Los sentimientos y sensaciones seguían fluyendo entre ellos, al grado de que muchos notaron la cercanía entre ese par que se sonreían en complicidad cada que se encontraban en algún pasillo o lugar de la casa. Ambos eran respetuosos, y cuidaban de no mostrar más de lo debido en público, pero hay cosas que con el simple hecho de existir se pueden notar, y así estaba pasando con el amor entre esos dos. —No deberías mirar tan alto —dijo una vez Mariane a la cuidadora de su pequeño hijo León—, porque, a pesar de lo mucho que te estires, no podrás subir ahí, y si él baja contigo muchos no te perdonaremos. Ese susurro había hecho temblar a la joven de cabello castaño, que inmediatamente supo a lo que la otra se refería. Pero no tenía tanto de qué preocuparse, o al menos eso era lo que ell

