1-La única opción.
Pov: Elliot Hilltop.
—¿Le ha informado correctamente la urgencia de la reunión? —cuestiono al notar el retraso de Lori.
—Por supuesto, señor. Se le ha informado a la señorita Jordan la urgencia de la cita. De seguro se ha retrasado por…
Guarda silencio cuando la vemos entrar a mi mansión.
—Elliot, qué gusto me da verte, he estado arreglando asuntos de la boda, algún día deberías acompañarme, sería lindo —con su energía alegre y vivaz entra sentándose a mi lado.
Me mantengo serio, frío e inamovible.
—A veces pienso que no tienes otra expresión que no sea fruncir el ceño y estar enojado. Eres guapo igual. Tu guardaespaldas me dijo que era urgente, ¿qué sucede? —tomo su mano.
No quiero hacerle esto, pero no puedo permitir que sea víctima de mis problemas, ella no está lista para esto. Cuando la conocí creí que lo estaba. Es débil.
—Lamento informarle que lo nuestro se terminó —su ceño se frunce y deslizo de su dedo el anillo que trae.
—¿Qué? ¿Qué haces, Elliot? —reprocha cuando me aparto para tomar un folder.
—Se acabó nuestro compromiso, así como también cualquier relación que nos involucrara —aclaro tajante.
Su boca se abre varias veces, pero nada sale de ella.
—No debe preocuparse voy a proveerla tal como lo prometí cuando le ofrecí nuestro trato.
—No entiendo, me dijiste que te agradaba, me prometiste una vida aquí y llena de bienestar, tú me gustas, llevamos seis meses juntos. Entonces todo es verdad, cuando te aburres te deshaces de tus prometidas.
Si ella supiera lo que realmente les pasa a ellas y estoy tratando de evitárselo porque no lo merece.
Prefiero que me odie a que termine como las demás.
—Así es, me he aburrido de usted, no la quiero más a mi lado, ni siquiera la quiero en la ciudad. ¿Estoy siendo claro o debo ser más específico, señorita Jordan? —coloco frente a ella un contrato junto a un bolígrafo.
—¿Qué carajos es esto, Elliot? —su mirada llena de desconcierto me hace sentir el desgraciado que prometí no ser.
Pero así es esta vida, para sobrevivir hay que ser un maldito y si ella quiere hacerlo tendrá que derramar lágrimas.
—Un contrato donde promete no volver a Los Ángeles si quiere estar en paz. Tiene prohibido acercarse a mí. Se le dará una suma de dinero considerable. Tanto que no deberá trabajar. Es un trato justo —completo volviéndome el villano de su historia.
—¿Así borras a las mujeres de tu vida? ¿Y lo que pasó entre nosotros?
Quisiera decirle que significó algo, tristemente no. Solo fue bueno y por eso mismo estoy protegiéndola. Antes de que sea muy tarde.
—Firme y salga de mi vida. ¿Puede hacerlo? Quisiera continuar con muchos asuntos más importantes —escupo hiriente.
—Elliot… no quiero.
—¡Firme, maldita sea! ¿Cree que por unas malditas noches de sexo significa algo para mí? —rujo.
Sus ojos se empañan.
—¡Eres un maldito!
—Lo soy —digo, con mi voz titubeante que ella no nota—. Mejor váyase para que ya no tenga que sufrir más desplantes. No quiero verla cuando vuelva de la oficina —abotono mi saco y miro a Tompson.
Una sola señal basta para que mi guardaespaldas y mano derecha la oriente.
Ya tiene el boleto de avión y solo necesita firmar.
Por favor, Lori. Si quieres vivir hazlo.
……
Contesto algunos correos confirmando mi asistencia a fiestas de galas donde todos los dueños de los hoteles de las vegas asistirán.
Mi teléfono suena y me sorprende que Tompson me llame.
—¿Qué se le ofrece, Tompson? Interrumpe mi horario laboral.
—La señorita Jordan…
—¿Qué con ella? Me informó que firmó y se subió al avión. ¿Ahora qué? —replico molesto.
Una sola tarea le asigne.
—Debería ver las noticias. Señor, lo lamento.
Arrugo el entrecejo y enciendo la televisión de mi oficina. Mi cuerpo entero se hela cuando veo la noticia.
—No…
—Lo siento, señor.
Cuelgo y golpeo con mi puño el escritorio frente a mí.
Esto no puede ser.
“Último momento.
Un vuelo internacional con ruta Los Ángeles – Las Vegas – Europa se ha estrellado esta mañana en aguas del Atlántico.
Las autoridades confirmaron que no hay sobrevivientes entre los pasajeros y la tripulación.
La aeronave, perteneciente a una aerolínea que ya enfrentaba reportes por fallas técnicas recurrentes, perdió contacto con la torre de control poco después de su última escala en Las Vegas.
Por el momento, se desconocen las causas exactas del siniestro. Equipos de rescate y expertos en aviación trabajan en la zona para recuperar las cajas negras e investigar lo ocurrido.
Continuaremos informando”
Sostengo mi cabeza suspirando.
—¡Maldita sea!
Mi teléfono vuelve a sonar. Esta vez no es Tompson, número desconocido.
—Hola…
—Se lo dije, señor Du…
—Hilltop, ¿cuántas veces tengo que repetírselo? ¿Qué quiere? —escupo mordaz.
—Se lo advertí, si no se casa con mi hija no se casará con nadie y mientras siga soltero le sigue perteneciendo a ella —desgraciado.
—Usted no decide lo que haré.
—Entonces busque mejores prometidas, siempre las encuentra inútiles y débiles. Fue fácil extraerla del aeropuerto antes de que subiera al avión. Ni siquiera sabe defenderse. Una lástima. Con mi hija eso nunca le pasará, ella está lista para este mundo en el que usted incursiona.
—No es mi mundo, se lo he dicho mil veces.
—Más se niegue, peores serán las consecuencias. Ansioso esperando a la próxima chica asustadiza e inútil que encontrará. Podemos evitar más víctimas si decide.
—¡Púdrete! —cuelgo apretando mis puños hasta que los nudillos se ven blancos.
Froto mi rostro frustrado.
Una mujer fuerte, que no le tema a nada. Espero que sea tal y como he leído, que posea ese carácter que necesito.
Es mi última opción.
Le marco a Tompson.
—Señor.
—Necesito que la traiga —ordeno. Guarda silencio un momento—. Sí, a ella, ya sabe perfectamente a quien me refiero.
—¿Activo protocolo de sustracción? Según los informes, está terminando una pasantía en Los Ángeles.
—Tráiganla, ilesa, no quiero un rasguño y bajo ninguna circunstancia está permitido usar la violencia. Ella será mi esposa, trátenla como tal. Podría terminar con quien sea que le toque un cabello. ¿Me ha entendido?
—Entendido, señor. Informaré las indicaciones. Entonces…
Tompson me conoce demasiado.
—Sí, la haré mi esposa a cómo dé lugar, ella es la única y no debí tardarme tanto en buscarla. Me informa cuando ya la hayan traído y recuerda…
—Bajo su voluntad, no a la fuerza. Lo tengo claro, enviaré un equipo especializado.
Suspiro terminando la llamada.
Eres mi única opción y no aceptaré un no como respuesta.