NARRA BRADEN HAWTHORNE Pasaron tres días exactamente y no volví a saber nada de Leyla. Tal y como se lo pedí, se mantuvo alejada. De hecho, hasta yo mismo olvidé lo que había pasado y la mantuve alejada a ella de mis pensamientos. Para ese entonces, ella todavía no tenía ningún tipo de relevancia significativa en mi vida. Tenía cosas mucho más importantes en las que pensar, y una de ellas, era la fiesta que se iba a llevar a cabo el día siguiente, para anunciar mi compromiso con Susan. En mi mente, todavía me debatía entre lo que yo quería y en el cumplimiento de mis deberes. En mi fuero interno luchaba contra las malditas ganas que tenía de enviar las responsabilidades a la mierda y poder ser libre de elegir lo que quería para mi puta vida. Esos tres días me había sentido amargado. Car

