NARRA BRADEN HAWTHORNE —¡No! ¡Tú no puedes hacerme esto! —ladró con desesperación—. ¡Tú no puedes dejarme, Braden! —Susan, entiende que yo no te amo y no quiero casarme sin amor. —¡Me importa muy poco, Braden! —gritó y agradecí el hecho de que la música hubiera vuelto a resonar en el salón, aplacando lo que sucedía allá afuera—. ¡Tú estás obligado a casarte conmigo! —¿Qué? Extendió su mano y con su dedo índice tocó mi pecho, señalándome. —Tú tienes la obligación de llevar a cabo este matrimonio —gruñía, ofuscada—. Eres mío, Braden. Lo has sido desde mucho antes de que yo naciera. Nuestro matrimonio ha sido pactado desde tiempo atrás. —Tú lo has dicho. Nuestro matrimonio ha sido pactado... por otras personas que no han tomado en cuenta lo que nosotros íbamos a querer. —¡Pues yo te q

