Roman:
Cinco meses después.
Cinco meses de novio con Juliet, los mejores cinco meses de mi vida, hemos salido, compartido momentos increíbles, hemos ido a ferias, fiestas de la universidad y demás, ha sido una experiencia maravillosa estando a su lado.
Hoy iría a su casa a verla ya que me dijo que no se sentía bien, no se como haría pero necesito verla y saber que está bien. Compré algunas cosas que se que le harían bien.
Entre al vecindario donde vivía y j***r, las casas eran enormes y lujosas, tuve que entrar a escondidas ya que el vigilante no me dejó pasar por no ser visitante autorizado, era la primera vez que rompía las reglas pero quería ver a mi bonita. No fue difícil encontrar su casa ya que ella me ha descrito como luce por fuera, además de que el buzón dice Familia Castle, lo difícil fue encontrar la ventana de su habitación, camine al rededor de la casa y bingo, ella estaba asomada en ella.
—Juliet —ella bajó la mirada y le sonreí.
—¿Estas loco? ¿Qué haces aquí? —parecía asustada.
—Déjame subir, te traje algunas cosas.
—No.. Vete, mis padres están aquí..
—No me iré, me dijiste por teléfono que no te sentías bien, estoy preocupado..
Busqué con la mirada algo para subir hasta que encontré una especie de escalera con flores en ella, subí como pude hasta entrar a su habitación, ella no estaba aquí, solo me quede observando lo bonita y grande que era, además del rosa que había en ella, exagerado a mi parecer. Luego ella entró y cerró la puerta con pestillo.
—Tu estas loco —me pegó en el pecho y empezó a reír.
La tome de la cintura para besarla, la he extrañado demasiado.
—Quería verte —susurré sobre sus labios.
—Estoy bien, solo fue momentáneo.. —la puerta sonó y ella me metió al closet así que no me quedo de otra que quedarme callado— dime mamá.
—Tu padre y yo saldremos, llegaremos tarde, por favor no salgas —le dijo en un tono molesto—, ya hablamos sobre ese muerto de hambre.
Entonces ya saben pero ¿Cómo?
—Mamá, no es justo que me tengas encerrada, yo necesito ir a la universidad.
—Entonces termina con ese.. Muchacho, es una vergüenza que salgas con el, termina esa relación, tu lo haces por capricho y por molestar a tu padre, si quieres regresar a la universidad, termina con el.
Escuché como la puerta fue abierta y cerrada, yo salí del closet y mire a Juliet quien estaba de espalda.
—Hey bonita —la voltee y estaba llorando— no llores.
—Es que.. No es justo Roman, me quieren separar de ti y yo no quiero hacerlo.. —limpié sus lágrimas— mis padres se han enterado y no se cómo, me han pedido que me aleje o no me dejarán salir.
Me sentía tan impotente por no poder hacer lo suficiente por ella.
—Diles que has terminado conmigo —ella negó—, solo hazlo, así te dejaran volver a la universidad, ahí podremos estar juntos, vernos y comer en la cafetería, yo.. Yo buscaré un trabajo y.. Y podré sacarte de aquí.
—No hagas eso Roman —negó de nuevo—, no tienes que demostrarle nada a mis padres, conmigo es suficiente.. Además de que estamos demasiado jóvenes para hacer algo así, vamos con calma.
—Lo siento —uní mi frente con la suya—, no debí decir eso.. Es solo que no quiero que te alejen de mi bonita —la abracé.
—Eso no pasará, lo prometo.
Nos separamos del abrazo y la Besé de nuevo, ella es todo para mi. Nuestro beso se hizo más intenso, ella metió los dedos en mi cabello y le dio un pequeño jalón.
—Juliet amor.. No podemos.. —mi respiración se volvió errática.
—Yo si quiero —me miro a los ojos—, estoy más que segura de que quiero que me tomes por primera vez.
Y así fue como ambos hicimos el amor por primera vez, era su primera vez y también lo fue la mía, se sintió tan irreal tomarla en ese momento.
(...)
Al día siguiente.
Hoy no había clases así que me tomé el día para reparar unas cosas que hacían falta en la casa, Fairy estaba en la escuela y papá en su trabajo, yo decidí quedarme aquí en la mañana ya que en la tarde saldría con James a comprar unas piezas que necesita la motocicleta.
Después de estar con Juliet tuve que venirme obligado ya que no quería meterse en problemas así que no me quedó de otra que regresar a casa casi a la media noche.
La puerta de mi casa sonó así que fui a abrir, al hacerlo detrás estaba un señor de casi la misma edad que mi papá o quizá un poco más, vestía de traje bastante costoso.
—Si dígame.
—Tu debes ser Roman —me miró de arriba a abajo— soy el padre de Juliet.
Oh j***r.
—Señor Castle, mucho gusto —me dejó con la mano extendida, sin embargo el pasó a mi casa sin ser invitado.
—Seré breve muchacho —me miró de reojo— ¿cuánto dinero quieres para que te alejes de mi hija?
—¿Disculpe?
—Lo que oíste, tu pon la cantidad y te daré un cheque para que te alejes de mi hija —dijo serio.
—Lo siento señor, pero no pienso hacer eso —negué—, yo adoro a Juliet, mi amor por ella no lo reemplaza unos cuántos billetes.
—Todos tenemos un precio, lo único que quiero es que te mantengas alejado de mi hija, es más que obvio que no estas a su altura, mira éste lugar, es horrible ¿que podría ofrecerle un muerto de hambre como tu a mi hija?
—Señor, más respeto por favor —estaba empezando a molestarme—, yo no podré tener la posición económica de usted, pero algo si me enseñaron y es el respeto, así que le pido que me respete. No voy a alejarme de Juliet porque usted me lo pida.
—Entonces, atente a las consecuencias.
Y así fue como salió de mi casa, no se si iba a cumplir su amenaza, pero no pienso dar mi brazo a torcer, no voy a dejar a Juliet por que el me lo pida.
(...)
Recibí una llamada de Juliet para vernos en el mismo lugar donde fue nuestra cita, el mismo donde le pedí que fuera mi novia, me emocionaba tanto que ella me llamara para vernos.
Salí de casa a toda prisa y monté la motocicleta rumbo a la colina donde estaba ella esperándome, al llegar ella estaba recargada en su auto. Deje la motocicleta a un lado y baje de ella.
—Bonita —ella giró su rostro y al verme pude notar que ha llorado— ¿estas bien?
—Si, solo quería verte para que hablemos de algo importante —hizo una pausa— Roman, ya no deseo estar contigo.
Me quedé estático ante sus palabras frías y cortantes.
—Es una broma ¿cierto? Dime que es una broma Juliet.
—No es una broma, ya no quiero seguir contigo, te dije que lo nuestro no tiene futuro, somos muy distintos en muchos aspectos, sobre todo en las clases sociales.
Esto tenía que ser una jodida broma.
—Pero.. Tu me dijiste que no te importaba, que me querías.
—¿Y lo creíste? —sonrió de lado— alguien como yo no podria estar con un simple muerto de hambre como tu, ya hice lo que quería.
—Entonces ¿fui un juego para ti?
—Si, fuiste como un bolso nuevo, me gustó cuando lo vi, lo conseguí y ya me aburrí.. Es obvio que tu jamás podrás darme lo que me merezco, soy una perla, necesito lo mejor y tu no podrás darmelo Roman.
Entonces eso es lo que fui para ella, un objeto al cual usar y burlarse.
—Ayer.. Ayer cuando hicimos el amor y me decías que me amabas.. ¿También fue mentira? —no respondió— ¡Habla maldita sea! ¡¿Fue mentira?!
—Si, fue mentira todo lo que te dije anoche.. Te pido ahora que no me busques, no quiero que me molestes más y que hagas cómo si jamás me hubieses conocido, jamás te quise, jamás te amé.. Es tiempo de que abras los ojos.
—Tu padre te pidió que dijeras eso ¿verdad? —me acerqué a ella— te está presionando para que te alejes de mi y me digas todas esas cosas crueles..
—Esto lo hago por voluntad propia querido —soltó una risa sarcástica—, mi padre tiene razón, merezco mucho más que unas simples salidas al parque o picnics baratos, yo aspiro cosas grandes Roman, cosas que tu jamás podrías darme —buscó algo en su auto, sacó una bolsa y la tiró al suelo, en ella había todas las cosas que le di en estos meses de novios.
Me agache a recoger todo lo que había tirado.
—Esas baratijas no me sirven de nada, son basura al igual que tu —me puse de pie y dejé salir mi llanto—, búscate a alguien con el mismo nivel de mediocridad que tu, de igual forma no vales nada.
Esas palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza como disco rayado, una basura como yo, así justamente me sentía, como una basura inservible.
Ella se subió a su lujoso auto y se marchó dejándome con el corazón hecho pedazos, tomé con mucha fuerza aquellos regalos que le había dado y los llevé a mi pecho dejando salir mi llanto, grité y me dejé caer al suelo, me dolieron tanto sus palabras, yo me había enamorado de ella, la amaba tanto que estaba dispuesto a darle el mundo si me lo pedía, pero yo no era suficiente para ella, jamas lo fui.
La lluvia empezó a caer así que me levanté y subí a mi motocicleta rumbo hacia mi casa, necesitaba desahogar toda la ira que tenia encima. Llegué a casa y entré, mi papá al verme se puso de pie al igual que Fairy.
—Hijo.. ¿Que ha pasado?
—Me enamoré papá.. —solté un sollozo—, me enamoré de la persona incorrecta.
—Hijo..—vino a mi y me abrazó con mucha fuerza— ¿fue esa muchacha? ¿Juliet?
—Si papá.. Fue ella..
Le conté a mi padre hace días que se la iba a presentar formalmente como mi novia. El estaba contento ya que ella sería mi primera novia formal.
—Me dejó por no tener dinero —me separe de el—, me usó para aliviar su capricho de niña rica.
—Dios hijo.. Lo siento tanto.
—No lo sientas papá —me limpié las lágrimas de forma brusca—, es mi culpa por insistir y pensar que una chica como ella le gustaría alguien tan simple e insignificante como yo.
—Un momento Roman —se puso serio— tu no eres insignificante, eres mi hijo y te crié con valores, eres un muchacho inteligente y noble, no te metas eso en la cabeza, es ella la que no valoró eso de ti, no por tener la misma posición económica te hace menos ser humano que ella, ella es la que no te merece.
El tenía razón, no podía pensar de esa forma de mi, yo no soy igual a ella, no lo soy.
(...)
Dos días después.
Hoy regresaba a clases y sinceramente no tenía muchos ánimos de regresar, pero tenía que mantener mi beca para poder continuar con mi carrera.
Deje la motocicleta en su lugar e ingresé, sin pensarlo demasiado entre al salón y me encontré con todos mis compañeros riéndose, al verme uno de ellos se acercó.
—¿Que se siente haber sido usado como trapo? —soltó una risa sarcástica.
—No entiendo de que hablas.
—Toda la universidad sabe que la princesita Juliet, estuvo contigo por capricho, te enamoraste como imbécil de ella —todos rieron— era obvio que ella jamás se fijaría en un tipo tan corriente como tu, eres un pobreton, además de becado —una chica me miró con asco—, hasta a mi me daría vergüenza.
Divulgó lo que sucedió entre nosotros, vaya que bajo he caído.
Los ignore y me senté en mi lugar, luego, entró James y se sentó a mi lado.
—No quiero oír nada por favor, no tengo ánimos.
—Lo siento hermano, jamás pensé que ella haría algo así.. Pero te lo advertí —lo mire mal—, no me mires así Roman, te lo dije, te dije que saldrías herido.
—Suficiente de eso por favor —pedí—, ya fue suficiente humillaciones por hoy.
El solo asintió y no tocó más el tema, yo solo me dediqué a mirar la clase, nada más.
Todos habían salido del salón incluido James, yo no tenía ganas de ir a la cafetería, así que me encerré en la biblioteca para adelantar algunas tareas pendientes, me fui hasta el final de la biblioteca y empecé a anotar lo que necesitaba para el final de semestre.
—¿Escuchaste los rumores? —escuché a alguien murmurar.
—De tantos rumores que existen.
—De la chica Castle con el becado.
—Ah eso, es el chisme del día.
—Pobre chico, ser humillado de esa forma debe ser horrible, desde que ella llegó a ésta universidad se sabía que sería un problema, su padre es el mayor benefactor de aquí, por eso es que ella hace lo que desea.
—Siempre me cayó mal, es una pena por ese chico, se notaba bastante enamorado de ella, pero así es la gente caprichosa.
—Cambiando de tema ¿te postularás para el intercambio?
—No lo sé, las inscripciones son mañana, pero no estoy segura de postularme, no es sencillo irse del país y dejar a tu familia, de igual forma lo pensaré.
—No tardes en hacerlo, las postulaciones duran dos días ya que necesitan hacer ese intercambio entre Canadá y Londres.
Entonces había una oportunidad para hacer un intercambio, si puedo hacerlo, podre irme lejos de aquí y así poder olvidar todo lo que ha pasado. Tomé mis cosas y salí de la biblioteca, en el pasillo todos me miraban y se reían.
—¡Deberías ver tu motocicleta becado! —escuché a alguien gritar.
Salí hasta el estacionamiento en busca de mi motocicleta, ahí estaba, pintada con las palabras "becado asqueroso" había pintura en ella, huevos podridos y olía a orina, ésto ya era demasiado para mi, escuché sus risas, mire sus rostros y ahí estaba el de ella, no había ninguna expresión en el, no se reía pero tampoco hacía nada, más humillado no podía estar. Logró romperme, lo logró.