CAPÍTULO DIECISIETE

1007 Words
BASTIAN   Siento molestia y un poco de inquietud después de la cena de esta noche, pero no tengo ni la más mínima idea de por qué, pues aunque la chica Bloodmoon no sea exactamente la opción que todos nosotros hubiésemos escogido para ser el séptimo m*****o de mi guardia personal, ella demostró con creces que es apta para el trabajo, y de hecho, creo que la reticencia de la mayoría de mis guardias y de mi madre no se deben tanto por su apellido sino por el enorme poder que ella demostró tener durante la competencia, es casi como si le temieran más que odiarla, y en parte es un sentimiento que comparto.   Siendo el rey siempre existe la posibilidad de que otro quiera retarte para conseguir quedarse con tu puesto y eso es algo que la chica Bloodmoon lo sabe más que bien, pues mi abuelo básicamente despojó del trono a su familia y no hay ninguna garantía de que ella no quiera hacer lo mismo con mi trono, mi posición, con ella tan cerca, corre bastante peligro y todos nosotros somos conscientes de ello, bueno, casi todos nosotros porque a mi Beta no se le ocurrió una mejor idea que coquetear con ella tan pronto como tuvo la posibilidad de hacerlo, y no sé si eso es lo que me tenga molesto ahora mismo.   “¿Qué te estaba pasando por la cabeza cuando decidiste hacer eso?” le reclamo tan pronto como nos quedamos solos en mi oficina.   “¿Hacer qué?” August responde haciendo el que no sabe de qué le estoy hablando, aunque por su sonrisita socarrona sé que sólo me está molestando más de lo que ya estoy.   “August, no presiones tu suerte, sabes perfectamente de lo que te estoy hablando, ¿por qué te quieres acercar a esa chica?” le insisto.   “¿A la chica Bloodmoon? ¿por qué no? Es bonita y amable, me cae bien,” él responde encogiéndose de hombros y siento mi rabia crecer.   “No me digas ahora que tengo prohibido hacerme amigo de ella sólo por un estúpido apellido,” él añade cuando ve mi expresión molesta.   “No, no es eso, es que no creo que sea apropiado, conoces las reglas,” le respondo evasivamente, pues ni siquiera yo puedo encontrar una razón válida para que él no se acerque a ella, aparte de la obvia que es que ella es una Bloodmoon, y nunca diría eso porque es mezquino y la chica tiene razón, ella no tiene la culpa de los errores de su familia.   “No estoy rompiendo ninguna regla y ella tampoco, puede que sea tu Beta, pero no soy m*****o de tu guardia personal, eso sólo pasó con mi padre que además de ser el Beta de tu abuelo también era el jefe de su guardia personal, pero ese no es mi caso, y tampoco soy parte de la familia real, así que si quisiera empezar a salir con ella podría hacerlo sin problema,” él me responde y siento una punzada en mi pecho, algo que nunca antes había sentido y me molesta aún más.   “¿Quieres salir con ella?” es lo único que logro decir.   “Pues, no lo sé, no puedo negar que sí me atrae, es decir, ella es bastante bonita, tiene un cuerpo casi perfecto y sí que sabe luchar, eso creo que es lo que más me atrae de ella, es ferozmente sexy,” él me responde y por alguna razón siento ganas de arrancarle la cabeza a mi beta y mejor amigo desde la infancia.   “Sabes bien que no sería prudente,” le digo para tratar de disuadirlo, pero conozco a August, sé que cuando se le mete algo en la cabeza no hay poder humano o lobo, que pueda convencerlo de lo contrario.   “Y tú sabes bien que me importa una mierda la prudencia,” él me responde con una risita, y luego en forma más seria añade:   “No te preocupes, no me voy a apresurar a hacer nada aún, sólo quiero ser su amigo y conocerla más, nadie le habla en este lugar, se debe sentir bastante sola y creo que le vendría bien tener a alguien con quien hablar, además de que así puedo averiguar sus intenciones al querer hacer parte de la guardia real, puede que esto nos funcione a todos, ¿no crees?” él me dice y sé que no puedo argumentar nada en contra porque lo que dice tiene bastante sentido.   “Está bien, te veo mañana entonces,” le respondo.   “¿Por qué te molesta tanto esto? Si bien recuerdo tú eres la razón de que la chica siga viva, y nunca has demostrado guardarle rencor, entonces no entiendo por qué te ves tan molesto porque quiera ser su amigo, ¿te gusta?” él me pregunta y yo casi me atoro con mi bebida.   “No digas estupideces, August,” le respondo simplemente y él sale de la oficina riéndose.   ¿Me gusta la chica Bloodmoon?   No, no puede ser eso, es imposible, ¿cómo podría gustarme? No tiene sentido, no puedo dejarme enredar por las bromas de August, sólo es cuestión de que mañana confirme de una vez por todas qué es lo que tanto me molesta respecto de ella, y ya podré dejar atrás cualquier reparo que tenga sobre su presencia en el palacio, o puede que confirme mis sospechas de que ella trama algo más con su participación en la competencia.   Sé que mi madre piensa que hay algo cocinándose y que la chica Bloodmoon tiene mucho que ver con ello, pero estoy determinado en demostrarle que simplemente está siendo paranoica respecto a ella, y que no hay ningún peligro aparte del hecho de que mi Beta quiera cogérsela.   Mierda, el sólo pensar en ello me molesta demasiado, nunca antes me había tenido que preocupar por las chicas con las que August sale, ¿por qué es diferente con ella?
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