ELINA
“Mierda,” escucho al rey maldecir entre dientes y sé que estamos en serios problemas ahora mismo.
“¿Qué debemos hacer? Alguno de los dos debe pasarse al asiento del conductor y manejar lejos de aquí,” le digo y él sacude su cabeza.
“No, ellos son más rápidos que el auto y probablemente ya hayan puesto trampas para que el vehículo no pueda avanzar,” él me dice y luego cierra los ojos, dejándome confundida por su actitud.
Los Rogues se empiezan a acercar al vehículo y yo me apresuro a pasar el seguro, como si eso fuera a ayudar en algo cuando estamos rodeados de lobos feroces y sedientos de sangre, no sólo ello, en el auto estamos sus dos más grandes enemigos y se nota en la locura evidente en sus ojos que ellos están desesperados por hacernos pedacitos a los dos.
El rey abre los ojos y me mira con una determinación que no creería posible ver en alguien que está en medio de una situación como esta, pero de alguna forma él parece calmado.
“Ya hice un enlace mental con el alfa de la manada Granate para que nos envíe ayuda, también le avisé a August, al jefe de la guardia real y a la jefe del grupo élite, sólo tenemos que aguantar hasta que lleguen,” él me dice y yo lo miro con curiosidad, pues no sabía que él tenía un enlace mental con todas esas personas, pensé que los alfas sólo se comunicaban así con sus parejas y con sus betas, pero supongo que tiene sentido pues él es el rey.
Abro la boca para responderle pero en vez de palabras sale un grito ahogado cuando el auto se mueve bruscamente y un segundo después unas garras atraviesan el techo del vehículo, ninguno de los dos se puede transformar en un espacio tan pequeño por lo que tendríamos que salir y eso nos pondría en riesgo inmediato, no obstante, nuestras opciones se ven limitadas cuando uno de los lobos empieza a tratar de arrancar una de las puertas traseras y es acompañado rápidamente por otros dos.
El rey me mira, mira la herida en mi pierna y luego me dice a modo de orden: “Quédate en el auto,” antes de lanzarse hacia afuera en el momento en el que la puerta finalmente sale volando, un segundo después él trata de transformarse pero uno de los Rogues es más rápido y lo muerde en su costado, evitando así que se transforme de inmediato, sin pensarlo dos veces y aprovechando que los Rogues tienen su atención puesta en el rey quien está tratando de evitar los mordiscos, salto del auto y me transformo de inmediato, siento el dolor en mi pierna agudizarse cuando se transforma en una gran pata, pero la adrenalina del momento hace que lo ignore por completo.
De un salto me pongo en medio de los Rogues y el rey herido, uno de ellos parece realmente asustado con mi tamaño y trata de retirarse pero el que parece el líder le gruñe amenazadoramente y éste se lanza contra mí, no obstante yo soy mucho más rápida y fuerte por lo que lo lanzo contra un árbol cercano, contra el cual choca y emite un chillido espantoso antes de caer inconsciente al suelo. Después de esto todo el caos estalla y varios Rogues se lanzan contra mí al mismo tiempo, yo trato de repelerlos y atacar al mismo tiempo que no dejo que ninguno pueda pasar sobre mí y atacar al rey quien parece muy mal herido.
Cuando uno de los Rogues muerde mi pata herida, lanzo un chillido y sin pensarlo dos veces le arranco la cabeza de un mordisco, haciendo que los dos Rogues que estaban junto a ese se encojan de miedo y sin pararme a darles un respiro, tal como hice en la competencia, ataco una y otra vez, mordiendo, despedazando y lanzando Rogues por el aire hasta que al final sólo quedan tres, los cuales al notar que no son suficientemente fuertes para enfrentarme, salen corriendo con la cola entre las patas.
Así que me inclino hacia el rey quien tiene varias heridas sangrantes y parece estar a punto de caer inconsciente y con mi nariz lo muevo, luego meto mi cabeza por debajo de su brazo y lo insto a que se suba sobre mi lomo, no obstante, él parece no muy convencido de hacerlo y debo insistir un par de segundos más hasta que finalmente cede y se sube con mucho esfuerzo sobre mi lomo, lo siento rodearme con sus brazos y sin pensarlos dos veces echo a correr hacia el palacio, pues sé que es el único lugar que tiene un médico que lo puede tratar.
Un par de minutos después de haber empezado a correr, veo a algunos lobos correr hacia nuestra dirección y sin estar muy segura de si son aliados o enemigos me paro de golpe, me yergo a toda mi altura y les gruño amenazadoramente, pero ellos no me atacan, se miran unos a otros y cuando veo la mirada de preocupación que lanzan hacia la figura sangrante del rey aferrándose a mi cuello, entiendo que son los refuerzos que el rey había llamado.
Uno de los lobos más grandes me mira fijamente y un segundo después escucho una voz en mi cabeza que casi hace que me caiga al suelo por la sorpresa, pues nunca en mi vida había hecho un enlace mental.
“Soy el jefe de la guardia real, supongo que no me reconoces en mi forma de lobo, pero necesito que te calmes,” él me dice con tono serio e inmediatamente me relajo,
“Lo siento,” respondo en mi mente, y luego añado: “Un grupo de Rogues nos atacó justo fuera de la frontera sur, el rey está muy malherido y lo estaba llevando al hospital con el doctor Phillip,”
“¿Qué pasó con los Rogues?” él me pregunta mientras lo veo analizar mi cuerpo casi intacto con un poco de desconfianza, como si creyera que estoy mintiendo sobre el ataque rogue.
“La mayoría están muertos, pero tres de ellos lograron huir,” le informo y veo su expresión cambiar a una de asombro.
De repente siento el agarre del rey debilitarse y sin pensarlo dos veces me echo a correr de nuevo, mientras le digo al jefe de la guardia: “Se está debilitando, debo llevarlo al hospital,”
Pero no me detengo para escuchar su réplica, no obstante, escucho un par de lobos corriendo tras de mí y uno de ellos se comunica conmigo también por enlace mental: “No te preocupes, soy Erick y él es Patrick, somos miembros de la guardia real, te vamos a escoltar hasta el palacio, el jefe fue a inspeccionar el sitio del ataque,”
“Está bien,” es todo lo que le respondo mientras me apresuro a llegar al hospital, pero no había notado qué tan lejos estábamos de allí y me preocupa no llegar a tiempo.
Tan pronto cruzamos las puertas del palacio escucho los gritos ahogados de las personas que nos ven pasar y justo cuando voy hacia el hospital, la princesa Agatha sale corriendo de una de las torres y ella también empieza a gritar aterrada al ver a su único hijo sangrante e inconsciente, aferrándose a la única persona que seguramente ella hubiese elegido para la tarea de protegerlo.
Cuando llego al hospital, un grupo de médicos sale corriendo a recibirnos y me inclino para que puedan bajar al rey y ponerlo en una camilla, el médico real, Phillip, se gira hacia mí y dice: “Tú también estás herida, transformarte de vuelta en humana para poder tratarte,” luego le da la orden a un par de médicos para que se ocupen de mí y aunque ellos parecen demasiado temerosos, se acercan justo cuando me estoy transformando y me rodean de inmediato con una bata antes de instarme a sentarme en una silla de ruedas.
Tan pronto como lo hago, me ingresan por la parte de urgencias del hospital, junto al lugar en donde el doctor Phillip está tratando al rey, moviéndose con rapidez sobre sus heridas y ladrando órdenes a sus asistentes, luego se gira hacia los médicos que me están atendiendo y después de darle una mirada a mi pierna, les dice: “Hay que sedarla, esa herida necesita cirugía de urgencia, es probable que la saliva de los Rogues estuviese impregnada con Acónito para que las heridas que causaran no sanaran de inmediato, ambos tienen que entrar a cirugía de inmediato,”
Sé lo que es el acónito, especialmente la especie conocida como wolfsbane, es considerada como el veneno de los hombres lobo, y en grandes dosis puede ser fatal, pero antes de poder decir nada siento un pinchazo en mi brazo y unos segundos después la oscuridad me consume, mientras observo al rey ser llevado a otro lugar y veo su mirada puesta en mí con una expresión de angustia que a su vez me invade al no saber con certeza si él estará bien.