Cuando termine me metí a mi cuarto, cambiada y abrigada, me tumbe en el suelo, no quería moverme ni para cerrar la puerta que se había quedado un poco abierta, alguien la abrió por completo, limpie la lágrima que se había quedado suspendida en mi mejilla, ese alguien se sentó a mi lado.
— Ally, no sé qué decirte, en este corto tiempo en el que hemos tenido la oportunidad de conocerte, te hemos agarrado cariño, eres nuestra amiga, y nos duele que pases por esto y sabes que estaremos para ti.
— Gracias Alex, eres muy lindo, vayan a descansar.
— Bueno, por una parte, no nos queremos ir, y por otra, es que es sumamente gracioso, ¡no nos dejan!
— ¿Por qué?
— Ven y velo por ti misma.
Mi amigo se levantó y me ofreció su mano. Sam y Mac voltearon a verme, Mac volteo hacia la puerta dond
