Le puse la pechera a mi perro y salimos de la casa, poco después llegamos al campo, aún no amanecía, pero podía ver muy bien, me quite la falda y empezamos a correr por el campo, pero me detuve cuando supe que mis zapatos no funcionarían para eso, busque un tronco que estuviera pesado, pero no lo suficiente para que lo pudiera mover mi perro, el contento empezó a correr dando vueltas por el campo, con el tronco amarrado de su correa, mientras yo hacía ejercicios en el área que había elegido para descansar, abdominales, sentadillas, lagartijas, lo básico y un poco de estiramientos, pues a pesar de ser elástica mis músculos necesitaban estar en forma.
Al terminar, nos sentamos bajo un árbol, ese que daba una sombra amplia, y nos regalaba un delicioso aroma, ya había luz y el frescor de la
