3- Hambriento de Ayuda

2260 Words
Otra vez mí vida se encontraba en juego, por lo menos mí decisión hizo que dejara de lado a la chica. El único problema, es que su nuevo objetivo soy yo. Como nuevo plan, se me ocurrió ir entre los cuerpos para que me siguiera y así llevarlo lejos de dónde estábamos. A decir verdad pensé que funcionaría, lo único que no había tomado en cuenta, es que lanzaría su hoz en mí dirección. -¡CUIDADO! –Gritó la chica que acababa de salvar. Gracias a que ella gritó, pude agacharme a tiempo y la hoz solo siguió hasta clavarse en la pared. Ya la “pelea" entre el y yo, se pondría seria. El no tenía su arma y yo podría usarla en su contra, el detalle era que él tenía de su lado a la chica, que se rehusaba a escapar en cuanto se lo pedí, la cual podría usarla como rehén. -Oye… ¿qué eres? –Le dije en voz alta al demonio. Tuve como idea, hacerle una pregunta para distraerlo, si la chica es astuta, se dará cuenta que estoy dándole tiempo para que se aparte de él. Para que intentara escapar. -¿Eh? ¿Qué soy? Para ser realistas con ustedes ánimas. Soy lo que ustedes llaman en su mundo un recolector de almas. –Responde el demonio mi pregunta. -¿Ánimas? Entonces ¿esto es el purgatorio? –Le dije en respuesta a lo que mencionó. -Pueden llamarlo como quieran, al final el nombre no es lo que importa en este momento. ¿cierto All?. –Responde nuevamente a mi pregunta pero de forma desafiante. -Supongo que tienes razón, el nombre no importa en esta situación. Tu nombre, ¿tienes uno? –Ya le respondí desafiante esperando enfurecerlo. -Ustedes las ánimas son extrañas. No, no tengo nombre. Ahora terminemos las preguntas, tengo que seguir con mi trabajo y me refiero a enviarte al otro lado, All. –Responde a lo que dije mientras se va acercando a mí. Los nervios me estaban controlando, tenía que mantenerme sereno, Si no, este demonio se terminaría llevando a 2 almas mientras buscaba 1. -Deberías de intentar darme el control niño. –Escuché que alguien atrás de mí dijo algo. Solo pude ver mi reflejo en la hoja de la hoz, no tuve otra opción que empezar a forcejear para sacarla de donde estaba clavada. La chica le tiraba cosas a la bestia para darme tiempo… para cuándo me di cuenta… ella intentó ocultarse en una habitación… la tomó como su rehén, para ser realista… es una situación muy estresante, la vida de alguien pende de un hilo. Me desesperé completamente, hasta que pude sacar el arma de la pared. -Sabes ¿Qué si es gracioso All? -Me responde mientras sostiene a la chica con sus 2 manos. .-¿Qué? ¿Qué es gracioso? –Le respondo con nervios mientras trato de sostener la hoz. -Que por lo menos si moriré, ¡ME LLEVARÉ CONMIGO A UNO DE USTEDES!. –Gritó afirmando superioridad. No podía soportar que lo estaba viendo, era la primera vez que veía como parten a la mitad a alguien, como si fuera poco es una persona a quien yo estaba a punto de salvar. Es espantoso, solo me salieron lágrimas. No pude contener las ganas de llorar de furia por lo que acababa de presenciar… No pude salvarla, incluso dio un desgarrador grito de auxilio, me estaba pidiendo ayuda y yo no pude hacer nada. -Oye tú… All… Ayúdame a llegar a casa… quiero ver a mí mamá… por favor ayú… –El demonio interrumpió lo que me decía al haberle arrancado la cabeza. -Ustedes las ánimas sienten muchos sentimientos por los suyos, algunos tristeza, otros ira, algunos hasta deseos sexuales de un mismo o diferente género. Te diré que ella estaba aquí, por haber cometido adulterio, y tú jeje. Estás aquí por cometer suicidio, la verdad, los de tú tipo me interesan demasiado, son tan desalmados que no tienen miedo al quitarse ustedes mismos la vida. El problema es que casi siempre son niñas lloronas, se ponen a lamentarse en cuanto quedan acorralados, al igual que tú en éste momento. –Menciona mientras tira con mucha ira y fuerza la cabeza de la chica, destrozándola contra las puertas que dan al ascensor. > –Me dije aquello en mi cabeza como impulso para defenderme. El miedo que tenía se estaba disipando, estaba más decidido en ir contra él con su propia arma. La balanza se inclina a mi favor, así que corrí en su dirección empuñando la hoz cuando de pronto. Me aventó las 2 mitades del cuerpo de aquella chica, acababa de usarla como un proyectil. Por suerte no logró darme, aún así no era seguro que sí seguía lanzando más cuerpos, no me da la seguridad de que no logrará asestarme uno de sus tiros. -En el siguiente tiro, voy a darte niño. –Dijo el demonio con mucha seguridad de lo que haría. En cuánto lanzó el otro cuerpo, logré esquivarlo. Se me ocurrió hacer que el mismo termine de romper la puerta del ascensor, podría crear un agujero de escape o uno donde sería su tumba. Nunca estuve tan decidido de algo en mí vida, lo asesinaría… aunque fuera lo último que hiciera en el mundo. Así que puse en ejecución mí plan. Me moví por todo el lugar haciendo que le diera a la puerta, cuándo por fin logré que la rompiera, me di la tarea de acercarme más hacía donde se ubicaba, posiblemente se daría cuenta de lo que tenía planeado si no me acercaba a el. Todavía no podía confiarme, aún no estaba fuera de peligro. Sí tomaba el agujero como salida, tendría que considerar la posibilidad de caer hasta el sótano del edificio y morir en el impacto sí no tenía nada para amortiguar mí caída. Sería todo un reto poder hacer que el demonio entrara en el agujero, aunque había un probabilidad de que si se queda con que defenderse, optará por entra en un combate directo. Veamos si podré con el. -De momento eres la única ánima que se niega de forma efectiva a su destino, me sorprende en cierta parte que, aún así siendo todo un llorón, hallaste las formas de esquivar cada tiro que te he dado. Aunque caerás conmigo. –Expresó el demonio en voz alta mientras tiraba más cuerpos. De momento sigo haciendo tiempo, ya casi no le queda con que defenderse. Intentaría provocarlo para que deje su posición y se acerque a mí. -Oye, ¿no te parece un poco cobarde de tu parte que solo me ataques a distancia? Es que siento como si tuvieras miedo por el simple hecho que yo tengo tú arma. –Le dije al demonio esperando a que se moviera hacía mí. -Jajajajajaja ¿miedo? Yo no te tengo miedo All, solo estoy siendo precavido. Así como tu intento de provocarme, un poco útil, solo que no te ve a funcionar. –Dijo en respuesta a lo que acababa de decir. -Eres astuto al igual que yo, notaste que estaba intentando provocarte lo aplaudo. Ahora, como tu no vas a venir, entonces yo iré a por ti. –Le dije mientras iba corriendo hacía el. -Yo siendo tú atacaría a las piernas. –Escuche que alguien me lo dijo al oído. No sabía de donde provenía esa voz, pero me dio una manera para defenderme ante lo que me enfrentaba, con algo de duda a lo que esa voz me dijo. Fui a atacarle en las piernas, fue efectivo al principio el demonio cayó como si nada. No podía actuar de forma arrogante al haberlo derribado, todavía es capaz de asesinarme sin tener la capacidad de mantenerse de pie. -Jajaja debo admitir que supiste darme en un zona que me ha dejado sin la capacidad de poder defenderme, puedes matarme, pero eso no te sacará de aquí. Jajaja –Con algo de dolor el demonio dice aquéllas palabras. Era extraño que luego de que me diera tanta pelea, solo aceptara su realidad. Que lo asesinaría, no lo iba hacer. Si lo hacía sería igual que él, ¿No? Aún así, solo pude apartarme de el, lo dejé tirado en el suelo. Ya la pelea la había ganado yo, aunque no tomé en cuenta que jugaría sucio. Terminó tirándome un cuerpo que se encontraba oculto en la oscuridad, no me lo esperaba, un golpe sucio hizo que me tropezara hacía el agujero del ascensor. Iba a morir si no hacía algo, eso era seguro. Mis opciones eran pocas viendo que solo tenía la hoz cerca y mí sudadera. Solo se me ocurrió usar la sudadera para envolver mis manos y aferrarme con fuerza al cable del ascensor. Fue la única opción que tenía, me lastimé las manos en el proceso, pero por lo menos me encontraba con vida. Solo tenía que bajar poco a poco, mi mayor problema era que mis manos me dolían demasiado como para poder bajar. Intenté aguantar lo más que podía para bajar poco a poco. No podía quedarme colgando en ese lugar. Al llegar al final del cable, noté que estaba en el sótano del lugar, me quité la sudadera de mí manos y con dificultad tomé la hoz, que se encontraba en el suelo, busqué por el lugar el botiquín de primeros auxilios. Lamentablemente lo que buscaba, no lo encontré. Solo habían calmantes y alcohol. No era lo que quería, pero era algo. Así que procedí a tomarme los calmantes, me senté un momento en la parte más oscura del lugar para descansar. Estaba agotado, haberme encontrado al borde de la muerte no era fácil. Pensé por un momento lo que me dijo el demonio, que no era el único. Eso quería decir que posiblemente deben de haber más personas como yo, que posiblemente han conseguido ocultarse y evadir a esas cosas. Aunque era probable que fueran hostiles, no tenía pruebas más que solo la palabra de una bestia que adora asesinar a las personas, dejé de pensar en ello y me recosté en el suelo. Ya era momento que mi cabeza descansara por un momento. Había sido un día muy largo, estaba agotado, en cuanto cerré los ojos, me quedé completamente dormido. Ya al día siguiente, me levanté te del suelo y vi a mí alrededor. Aunque la siesta fue buena, había un sonido de goteo que no dejaba que siguiera descansando, me levanté y me dirigí hacía la puerta de salida. Apenas la abrí para poder ver si había moros en la costa, para mi mala suerte. Habían como 6 de ellos en el lugar, sin contar que el demonio que fue a buscarme en mí cuarto también se encontraba ahí, aunque no podía entender lo que decían. Sabía que era muy obvio que cuidaban la salida por si alguien intentaba escapar. Tenía una idea, solo podría funcionar sí hacía que uno de ellos se acercara a la puerta del sótano. Así que busqué en el lugar, no había mucho, ya que no encontré nada que me fuera muy útil, solo un espejo y algunas herramientas. -Oye, acércate. –Escuché que alguien me hablaba en dirección al espejo. Por curiosidad, decidí acercarme a dónde venía el ruido, en cuánto me acerqué vi que mi reflejo empezaba a cambiar de forma. Solo se veía atrás de el lo que parecía el infierno, mis ojos se veían negros sin contar que mí reflejo me hablaba. -¿No te sorprende que tu reflejo te hable? –Me hace una pregunta mientras sonríe de forma diabólica. -No, ya nada me sorprende a este punto ¿Tú eras quién me hablaba Cuándo estuve en el combate contra el demonio del piso 4? –Le pregunté a mí reflejo. -Se puede decir que sí, eres muy bueno, lograste superar a la muerte en 3 ocasiones. Me presento, soy llA. Tú contraparte en este mundo. –Me responde con un tono de sarcasmo. -¿Contraparte? ¿Acaso eres como mí lado perverso? ¿Cómo el que muestran en las películas? –Le hice más preguntas para aclarar mis dudas. -Sí, soy tu contraparte, no soy perverso… no todavía jeje, la verdad no te creas todo lo que sucede en las películas. Que tu otro lado es el malo, que posiblemente te haga algo malo, nah, eso no va conmigo... si tu mueres, posiblemente yo tambien lo haga. –Me responde mis preguntas y pone su mano en su pecho. -Si eres mi contraparte, significa que puedes salir del reflejo. ¿No? Si tu unica debilidad soy yo, entonces sal para ayudarme a salir de aquí. –Le dije esperando a que estuviera dispuesto a coorperar. -Verás All, no puedo salir de aquí. Solo lo haré cuando hagas un trato conmigo, es la única forma en la que yo pueda manisfestarme en tu plano. Podré viajar entre el tuyo y el mío, sí quieres ayuda... yo te la daré. –Me dice mientras pone su mano en el espejo. -Solo debo poner mí mano en el espejo y se sellará el trato, ¿No? –Le hice una última pregunta. -Sí... ¿Tenemos un trato? –Dijo al verme con una cara seria.
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