— ¿Qué fue lo que hiciste? — miré a Elise — sinceramente me da curiosidad y disculpa si estoy siendo demasiado entrometida.
— Obviamente, la corrí, mira que decir eso solamente porque lo más probable es que Alessandro le pagó — ella resopló molesta — Diego es incapaz de engañarme, tenemos nuestros problemas como cualquier matrimonio, pero eso no incluye la infidelidad. Él es un marido ejemplar.
— ¿Te soy sincera? — pregunté y ella asintió — tu hermano no me cae bien en absoluto, pero no creo que sea de los tipos que pagan para que alguien diga falsos.
— ¿Entonces dices que la enfermera decía la verdad? — pregunto molesta — dime, lo que me faltaba, todos condenan al pobre de Diego y no saben el hombre tan maravilloso que es.
— No te enojes, quizás no fue él quien le pagó — ella me miró
