Ahogada.

3435 Words
NARRA JULIANA. Nos encontrábamos todas las novicias almorzando en una mesa, mientras que las monjas lo hacían en otra y la madre superiora comía con los sacerdotes. –¿Cómo es posible que tenga tan solo 20 años y sea monja?, mira es la más joven de la mesa por mucho –comentó María. –Escuche muchos rumores sobre ella– le respondió Priscila mientras todas en la mesa prestaban aún más atención, yo solo tenía mí atención en algo más, mí mirada por alguna razón solo estaba en un solo par de ojos, en sus ojos. ¿Quién era?, recordé la forma en la que toque su mano hace algunas horas atrás, luego de eso ella simplemente se fue y tarde varios minutos en unirme al grupo, ya que me había perdido en varias ocasiones por estar sola, no entendía cómo había sido tan grosera de irse así. –Cuenta más –habló Daniela mientras acercaba su plato más cerca de las demás chicas. –Algunos dicen que ella nació aquí, otros que sus padres son familiares del sacerdote o la hermana superiora y que ellos le permitieron adelantarse algunos años –susurro mientras yo veía como Valentina era llamada a comer a la mesa de los sacerdotes y la madre superiora, al parecer ellos la querían mucho y la idea de Priscila no parecía tan descabellada ahora – Escuché decir que hay ciertas personas claro malvadas que dicen que es hija de la madre superiora y el padre Camilo. Y aunque todas sabemos que eso no es verdad es cierto que la tratan diferente al resto, a la vista está –terminó de decir mientras todas veía como Valentina era abrazada por la madre superiora. –Yo escuché –comenzó a decir Daniela, pero se detuvo. –¿Qué? – dijeron todas al mismo tiempo. –Es que no se si decirlo, no me parece bueno hablar de otras personas a sus espaldas –respondió ella apenada. –No es a su espalda, solo estamos charlando para averiguar más sobre este lugar, eso no es nada malo, vamos dinos –insistió María convenciéndola. –Escuche que algunos dicen hasta que su familia es muy rica, pagaron demasiado para que ella sea monja sin estudiar, si le preguntas algo de la Biblia no lo responderá, la verdad es que otros dicen que como es bonita enamoró a un antiguo sacerdote que había hace muchos años y él le permitió entrar mucho antes de lo permitido… – susurro mirándonos. –Creo que hablan pura basura – comentó Camila haciéndome reír justo cuando la hermana Valentina estaba viendo, detuvo su mirada unos segundos en mí, me miraba con enojo y yo no entendía el porqué. –La verdad es que es un misterio para todos, pero si tuviera que apostar diría que la teoría de que es hija de Padre Camilo o de la madre superiora no es muy loca e incierta –comentó Priscila insistiendo con el tema llevé un bocado de carne a mí boca y me atragante con ella cuando una voz fuera de nuestra mesa llamó la atención de todas las novicias. –Me gusta más el rumor del Papa – dijo una monja la cual no habíamos visto, pero sabía que no era una novicia, ya que vestía el hábito de monja. *Hábito: Uniforme de las monjas, el de novicias y monjas son de diferentes colores.* Ninguna respondió , todas nos mirábamos entre nosotras mientras aquella monja la cual quién sabe cuánto había estado escuchando. –Veamos, ¿ qué opinan ustedes?, todas quedaron mudas de repente o ninguna sabe el rumor del santo Papa y la hermana Valentina – insistió aquella mujer sentándose en nuestra mesa y mirando hacia Priscila. –No lo saben, debes aprender más rumores –le dijo a Priscila mientras ella miraba hacia el suelo avergonzada . –Se dice que nuestra hermana Valentina cayó en pecado con el santo Papa y él le regaló el lugar en el que está. Sé que suena descabellado, pero una novicia lo dijo el año pasado, ¿a que no adivinan en dónde está ella ahora?--preguntó enojada mirándonos a cada una –Aquí no está , porque las murmuraciones no son de Dios, y una mujer de Dios jamás hablaría así de nadie –terminó de decir mientras se ponía de pie –Hermana Priscila acompáñeme– le comento mientras la joven novicia se ponía de pie y caminaba tras de ella. –¿Quién es ella? –preguntó Daniela. –Su nombre es Eva, es de las más difíciles de aquí y ahora nos odia jamás pasaré –respondió María preocupada. Eva se acercó con Priscila tras de ella a la mesa donde estaban los sacerdotes y Valentina. Apenas Eva comenzó a hablar el rostro de ella se volvió rojo y en sus ojos se podía ver la irá, fue entonces cuando me miró fijamente y me señaló. Baje la mirada rápidamente y sin entender el porque Eva se acercó a mí lado y me pidió que la acompañe. Caminamos por un pasillo oscuro y luego subimos las escaleras, noté que estábamos en las habitaciones de las monjas, miré hacia una de ellas y vi a Priscila con una escoba limpiando. Eva me pidió que esperara unos minutos y así lo hice justo cuando ella apareció. Valentina traía un balde con agua y un cepillo, prácticamente arrojó el balde justo al lado de mis pies de forma tan brusca que un poco de agua cayó de él y mojo mis zapatos. La miré sin comprender su molestia justo cuando dejó caer el cepillo dentro del balde volviéndome a salpicar. No dije una palabra solo la observé intentando comprender porque yo también me encontraba aquí. –Antes de que la misa comience este suelo debe brillar –dijo ella enfrentándome, mis ojos chocaron con los suyos y la respiración me faltó pero su mirada de odio me hizo volver a la realidad. – ¿Por qué debo limpiar esto? – pregunté intentando no enojarme odiaba que me digan lo que tenía que hacer y pero lo que realmente me molestó fue la forma en la que ella lo había dicho. – Las murmuraciones son como la suciedad del suelo, si nadie la limpia un día la mugre nos tapará –respondió prepotente odiaba a la gente así. – Pero si yo no he dicho nada – respondí defendiéndome. –¿Me llamas mentirosa? –preguntó ella acercándose un poco más a mí rostro. –Solo digo que esto es injusto. ya que no he dicho nada – respondí sin bajar la mirada y acercándome un poco más a su rostro, podía oír su respiración desde aquí. – Eso no es lo que yo vi –respondió mirándome con detalle, lentamente sus ojos viajaban por todo mí rostro. Quería decirle que no me había reído de ella, pero no podía hablar, siempre fui buena discutiendo, peleando, siempre fui de responder, pero Valentina de alguna forma me dejó sin palabras. Sin decir nada solo se alejó de mí y camino hacia una puerta a unos metros de mí, suponía que era su habitación. Tarde varios segundos en volver de aquel tipo de hechizo, mí respiración era agitada,mis manos transpiraban y mí mente ya no era mía, si no que le pertenecía. Mire hacia el balde, me remangue y tome el cepillo, esté era tan pequeño, ¿como se suponía que iba a limpiar todo el piso con aquello? , además de el hecho de que nunca había limpiado nada en mí vida, siempre tuve personas que lo hacían por mí, quería irme llorando de allí, llamaría a mí chófer e iría mí departamento donde la comida no era fea, y el suelo estaba limpio, pero entonces debería enfrentarme a la realidad y créanme esté suelo era más sencillo de limpiar que mí vida. Comencé a refregar mientras sentía mis manos secas, el agua tenía cloro, lo sabía por el olor. Comencé a refregar con aquel pequeño cepillo, mirando hacia su puerta, recordando su cara, sus gestos, su mirada prepotente. No entendía por qué era tan grosera conmigo, primero el abandonarme cuando ella debía guiarme y ahora obligarme a limpiar todo este gran suelo con este pequeño cepillo era una tortura. Siquiera había pasado un día aquí, pero de algo estaba segura, no le agradaba a la hermana Valentina y ella tampoco me agradaba a mí. NARRA VALENTINA. Cerré la puerta de mí habitación con traba no se si para evitar que ella entre o para evitar que yo salga tras de ella, pero de lo que sí estaba segura era que aquí adentro no estaba a salvo tampoco pues mis pensamientos me atormentaban donde quiera que fuera. Su labio y la forma en la que los humedeció con su lengua, apenas los había visto unos segundos pero no podía olvidarlo, ¿que es lo que pasaba?, No debería pensar así, no debería sentirme así. Distrae tu mente Valentina, pensé. Me acerqué a la pequeña biblioteca que tenía en mí habitación y tomé el primer libro que pude, casi con desesperación buscaba despejarme. Me senté en el pequeño escritorio, estaba lleno de dibujos y poemas, amaba escribir y amaba dibujar, pero lo que no amaba era ordenar, es por eso que siempre el escritorio estaba lleno de cosas. Abrí un capítulo al azar y comencé a leer justo cuando el ruido del cepillo, apenas se oía, pero en mí mente era un tortura porque me recordaba que ella estaba allí afuera, aquel ruido le recordaba a mis ojos el hecho de tenerla a unos metros y no poder verla. Me levanté de la silla y me acerque a la puerta aún con el libro en la mano, quería salir, pero debía ser fuerte es por eso que me obligué a mí misma alejarme de aquella puerta e intenté acostarme en mí cama, tomé el libro el cual no siquiera me había molestado de leer el título y comencé a leer nuevamente. Pero el ruido del cepillo aún más cerca llamaba mí atención, fue entonces cuando oí su suspiro en forma de queja, una pequeña sonrisa salió de mí. Tome el libro y abrí la puerta para mí sorpresa ella estaba justo frente a ella arrodillada en el suelo, apenas había empezado a limpiar hace unos minutos, pero ya podía ver el sudor cayendo sobre su rostro y su cara levemente rojiza, me lamente el haber salido por aquella puerta, ya que al verla de esa manera me apenaba un poco, pero rápidamente y como cada vez que la tenía enfrente escondí mis pensamientos detrás de mis malos tratos, camine por la parte que había limpiado mientras notaba como su cara se transformaba , estaba enojada y me encantaba aquello, haría de su vida una tortura de tal forma que Juliana se iría de aquí cuanto antes, era lo justo pues mí vida ahora mismo era una tortura por ella, por culpa de ella. Me senté en el banco de madera a unos metros de ella, y la observé a veces cuando ella me miraba simulaba leer aquel libro que traía en mis manos. Suspiro muy fuerte, y solo le dedique una mirada, pero cuando volví mí atención al libro volvió a suspirar de forma molesta como hace unos segundos y sabía o creía que lo hacía a propósito. –¿Te importaría guardar silencio?, es intentar leer –dije molesta cruzando mis piernas hacia el otro costado. –Lo siento, pero… – comenzó a decir, pero la interrumpí. –Estas perdonada –respondí rápidamente, quería comenzar a reír por la mirada de desagrado que hizo en su cara, pero debía mantenerme el papel. –Iba a decir ...– comenzó a decir intentando sonar calmada y fallando en el intento, mientras simulaba no escucharla, ni prestarle atención cambiando de página aun cuando siquiera había leído está. –Que me gustaría suspirar menos, pero el cloro , o mejor dicho la cantidad innecesaria que contiene este balde , ni hablar de que está mezclado con detergente el cual están quemando mis manos, así que perdona si es que mis suspiros molestan tu lectura –comentó poniéndose a unas roja , sus mejillas de ese color la hacían ver demasiado tierna. Yo había preparado aquel balde con agua, cloro y detergente como estaba acostumbrada a hacer, miré mis manos algunas huellas de mis dedos parecían borradas por haber limpiado años de esa forma , ella debía agradecerme el que no le haya puesto aquello con agua caliente como yo limpiaba como me habían acostumbrado a limpiar. La ignore, lo cual la hizo fastidiar más y suspiró nuevamente . –Ni hablar de que tú me diste este pequeño cepillo, el cual está sacando ampollas en mí mano, y cada vez que meto la mano en aquel ácido, agua me lástima – explicó de mala gana, intentó seguir limpiando cuando le pedí que se ponga de pie y obedeció aunque con pocas ganas. –Dos cosas, la primera no me tutees , acabas de decir tú y yo soy tu superior y a los superiores de les habla de usted, sin importar que apenas tenga unos años más que yo y que a tu mente le cueste comprender cómo alguien tan joven puede ganarse lo que desea, nadie me regaló este puesto, y ninguno de tus tontos rumores son cierto –comencé a hablar con rudeza, intentó defenderse, pero por supuesto no la dejé, recordé su sonrisa en el comedor y como se burlaba de mí seguramente y me enfureció aún más. –Y la segunda, apenas si llevas unos metros limpiando y ¿ya te rindes?, aquí nadie hará nada por ti, no tienes sirvientes princesa, esto no es un hotel. Y de la misma forma en la que tú crees conocerme y crees poder hablar de mí haré lo mismo ahora. Dejame pensar porqué estás aquí, aunque es muy sencillo de ver. ¿El dinero ya no te llenaba? ¿Tu novio te dejó?, ¿quieres fastidiar a tus padres viniendo aquí?, o ¿solo es uno más de tus caprichos? – continúe diciéndole a los ojos mientras me acercaba a ella, el blanco de sus ojos se volvía rosado y el agua en ellos se acumulaba, podía ver qué quería llorar, pero no me detuve, la odiaba y odiaba lo que me hacía sentir. –Ya lo sé, viniste de vacaciones estarás dos semanas, vivirás algunas experiencias de las cuales luego podrás reírte con tus amigos mientras te emborraches buscando la felicidad que nadie te da, porque la gente como usted Juliana, es simple y aburrida, y creen que la vida en un juego y creen que pueden jugar con todo, pero no vas a jugar aquí, ni puedes jugar con Dios . Vete de aquí , este lugar no es para ti. Ningún lugar lo es –dije sonando tan fría que jamás creí que podría salir aquellas palabras de mí boca, nunca antes le había hablado así a nadie y no me di cuenta de mí error hasta que una lágrima cayó por su mejilla, tiró el cepillo sobre el balde y corrió lejos de mí. Mire hacia el suelo mojado, y aquel balde de agua. "Debe estar todo limpio, todo limpio". recordé sus palabras y la forma en la que me había hecho sentir, ya que justo ahora sería la misma manera en la que yo había hecho sentir a aquella chica. Camine hacia mí habitación, pero la culpa no me dejaba en paz, las paredes parecían cerrarse mientras los recuerdos volvían, nunca sabes cuánto te hirió algo hasta que tú hieres a alguien más de la misma forma, salí de mí habitación con prisa, bajé las escaleras con aún más prisa, entre a la habitación de las novicias sin siquiera golpear, todas dormían o al menos eso creí. Vi el bolso sobre la cama de Juliana pero no la vi a ella, no sé qué es lo que iba decirle, pero necesitaba verla. Un ruido en el baño llamó mí atención justo cuando llegué a aquella puerta. la cual estaba apenas un poco arrimada, pero cuando estaba por entrar el ruido de la ducha detuvo mí corazón, mis pies se aferraron al suelo aún cuando sabía cuán mal estaba aquello y aunque quería correr algo en mí me lo impidió. Mí mirada fue hacia el espejo ya que esté refleja a Juliana de espaldas quitándose la toalla lentamente, podía sentir el ruido de mí corazón aumentando cuando la toalla cayó al suelo dejando a la vista su cuerpo desnudo, su espalda, su trasero, su piel y sus piernas. Me sentí temblar, no fui mí corazón el que lo hizo, sino que mí centro titilo, y una humedad creció en él. Tenía sus ojos cerrados cuando giró su cuerpo dejando a la merced de mis ojos su cuerpo de frente, mí mirada subió desde sus piernas lentamente hacia su centro, creí que iba a desmayarme justo cuando mí mirada subió por su abdomen y mis ojos se encontraron con sus senos, todo en mí quería entrar aquel baño , todo en mí quería mirar. mí boca estaba seca y era lo único en mí seco en estos momentos. Fue entonces cuando abrió sus ojos, intenté esconderme rápidamente detrás de la pared y creo que logré hacerlo antes de que me viera, antes de que me atrapará . Creí que me daría un infarto justo en ese momento cuando la vi, vi a Camila mirándome desde su cama, ¿ acaso me había visto espiando a Juliana? ¿ Alguien más lo había hecho?, mire hacías las otras camas podía oír hasta la respiración de aquellas muchachas lo que me daba la tranquilidad de que no me había visto, miré hacia Camila quien rápidamente tomó un revista y comenzó a leerla pero ambas sabíamos que me había visto. Huí de aquella habitación, mientras intentaba no pensar en lo que había acabado de hacer. Entre a mí habitación y comencé a quitarme desesperadamente el uniforme, sentía que me ahogaba, quede en ropa interior, el aire me faltaba, camine hacia mí baño, mi mano temblaba mientras la dirigía dentro de mis bragas, la humedad de mí centro se podía sentir desde afuera, me había excitado, verla desnuda frente a mí , ver si piel, ver si cuerpo. Me miré al espejo , me miré con asco, y no pude contener la ganas de vomitar, caí sobre el inodoro y comencé a sacar todo lo que en mí me enfermaba, termine de vomitar me puse de pie y comencé a lavarme la boca sin siquiera mirarme al espejo no podía verme. Salí del baño, el recuerdo de ella, de su cuerpo perforaban mí cerebro, pero cuando recordé la mirada de Camila sobre mí un gran pánico me invadió, necesitaba respirar abrí la ventana, pero el aire aún me faltaba, mí habitación comenzó a dar vueltas haciéndome caer al suelo mientras luchaba por respirar, iba a morir, mí habitación estaba encerrándose, alguien más lo siente?, como sus pulmones se contraen, mí rosario apretaba mí cuello, por favor Dios perdóname no me mates, sentía tanta culpa que la culpa salió de mí cuerpo, y comenzó a crecer, era como agua, como el agua del balde en el que limpiaba Juliana, la culpa era agua entrando por cada abertura en mí cuarto, crecía crecía, comencé a flotar, mí cuerpo se estaba hundiendo, nadie nota como el agua crece en mí habitación?, mí cuerpo estaba frío, cuando el agua creció tanto que logré tocar el techo, tomé el último respiro antes que la habitación estuviera completa de agua, no tenía escapatoria, mí culpa me ahogaría, fue entonces cuando la vergüenza me arrastró hacia lo profundo del océano que mí mente había creado. "La mirada de Camila sobre mí, la mirada que todos tendría cuando lo supieran cuando supieran que había espiado a una mujer, cuando supieran mis pecados. Todo no mí mente, el agua entró a mis pulmones y dejé de respirar. Todo se volvió oscuro cuando mí pecado acabó conmigo. Sé que nadie podrá ver qué mí cuarto está inundado, se que nadie desde afuera notara el agua que me ahoga, ni mí cuerpo flotando sin vida en ella, pues todo estaba en mí mente y desde afuera solo verán a una mujer en ropa interior tirada en el suelo luchando por respirar ya que está completamente atormentada por sus demonios o más bien por la mirada que Dios pondrá sobre ella cuando sepa cuán débil es su hija.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD