NARRA JULIANA. –¿Por qué no responde novicia? –preguntó la madre superiora apurándome. No podía lograr inventar ninguna excusa, estaba completamente en blanco, es por eso que miré Valentina buscando ayuda, debía decir algo cuanto antes y lo primero que salió de mi boca fue tonto y mucho peor que si no hubiera dicho nada. –Yo lo siento mucho, sé que debí haber golpeado, es que buscaba a la hermana Valentina con urgencia– dije mientras intentaba pensar alguna excusa rápida. –¿Por qué? – preguntó ella mirando a la monja. –Es que Camila se descompensó– respondí haciendo que ambas mujeres se levanten de donde estaban sentadas y se preocuparan al instante con mi mentira. –¿Cómo dice?, ¿dónde está ella? – preguntó la anciana mientras caminaba hacia mi lugar. –Vengan, les mostraré–respondí

